III

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Akutagawa y Oda se sentaron en la mesa, rodeados por el tentador aroma del curry recién hecho por el hombre. El joven miro el plato de comida frente a el, algo incomodo, a pesar de la promesa de el hombre sobre no envenenar el curry su desconfianza seguia en pie. Oda noto su incomodidad y le da una sonrisa.

— No te preocupes, no envenene la comida. —El hombre le dice.

Akutagawa se quedo en silencio, tomo la cuchara, saco un poco de curry y arroz y se lo metio a la boca. El sabor era suave y dulce, un poco picante, el sabor junto al arroz era una combinacion perfecta. Las mejillas de Akutagawa se sonrosaron sin que el se diera cuenta, lo que hizo que Oda se riera.

— Parece ser que te gusto. —Sonríe el hombre.

Esa sonrisa lo hizo sentir un poco mejor a lo que estaba. Mientras pasaba el tiempo en el que iban comiendo, Akutagawa miro a Oda. No parecía diferente a lo que recordaba, llevaba diferentes ropas por cierto, su barba parece más afeitada.

— ¿Cómo sabes que estás muerto aquí? —Pregunto en voz baja.

Oda lo miro algo sorprendido y deja la cuchara en el plato aún lleno. — Cuando apareci, me di cuenta que había algo raro aquí. Antes de buscarte a tu departamento, decidí ir a la librería... Para ver si mi novela estaba allí. —Oda se da una pausa y Akutagawa se da cuenta de una mirada triste en el hombre. — No estaba.

Akutagawa deja salir un suave "oh" y mira a otro lado.

Oda continuo.

— Había esperado tanto tiempo en hacerla y terminarla, mi sueño era solo verla ahí en una librería. Supongo que tendré que esperar un poco más... —

Esperar un poco más.

— Se supone que hoy iba a llegar a las librerías. —Dice el hombre.

Hubo un silenció.

Hubo una necesidad en Ryuunosuke.

Una necesidad en alegrar a Oda-san, por lo que se le ocurrió una idea. Akutagawa terminó de comer lo suyo y le agradeció al hombre.

Mientras Oda lavaba los platos, Akutagawa corrió a su habitación y abrió su cajón, buscando unas entradas a una obra musical que Chuuya le había regalado hace unos días. La obra iba a ser hoy, probablemente eso podrá levantar los ánimos a Oda.

El sonríe a sus adentros.

Akutagawa caminó a la cocina y llamó la atención del mayor. — Oda-san, tengo unos boletos para una obra musical. ¿Quieres ir? —

Oda parpadea por un momento confundido, proceso y le sonrió a Akutagawa.

— Por supuesto. —

.

Caminaron por las calles de Yokohama, Oda se veía notablemente feliz y alegre de pasar tiempo con Akutagawa. Comentó sobre el Yokohama de su universo, parecía tener todo igual.

— ¿Salías mucho... Con mi versión de tu universo? —Pregunta Akutagawa.

Oda asiente. — Siempre es un problema sacarte de casa, te gusta estar más en la agencia o ahí. Salgo más con Gin-chan. —

No one compares to you, but there's not you (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora