TICK TOCK ━━ harry potter

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✾ ‧₊˚ ‣ CAPÍTULO 5 🌙
━━ En donde se atienden las quemaduras 𖧧

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LA CHICA ROSIER siguió a Sirius hasta la cocina y se quedó de pie junto al fregadero, con la mano sumergida en agua fría. Sirius se movió rápidamente, mirando a través de varios armarios mientras intentaba encontrar el ungüento que había mencionado que trajo la señora Weasley.

Finalmente lo encontró y lo colocó en el mostrador donde estaba Aviana, girando suavemente su mano y sacándola del agua, examinando las marcas rojas en sus palmas y colocándola nuevamente bajo el agua.

—¿Entonces tienes experiencia en el tratamiento de quemaduras? —preguntó Aviana, mientras Sirius continuaba buscando el resto del botiquín de primeros auxilios, buscando un rollo de vendas.

—No, en realidad. Tengo experiencia en el tratamiento de cortes, pero no de quemaduras. Sólo recuerdo lo que hizo Molly cuando intenté abrirlo —admitió Sirius, acercándose con las vendas, sacando un paño de cocina de la pila de vendajes recién lavados y acercándose a Aviana.

—Mierda... —Aviana no pudo evitar exclamar mientras Sirius retiraba su mano del agua, mostrando cuán graves eran las quemaduras—. Lo siento... —se interrumpió y Sirius se encogió de hombros.

—No te preocupes. Esto podría doler —advirtió, comenzando a aplicar el ungüento en sus quemaduras, e instintivamente, cuando empezó a escocer, Aviana apartó su mano.

Ella suspiró, sin decir nada mientras extendía su mano una vez más, siseando cuando el ungüento comenzó a aplicarse nuevamente, pero sin apartar su mano nuevamente. —Aquí vamos —dijo Sirius, y en lugar de ponerle las vendas manualmente, agitó su varita y se envolvieron alrededor de sus manos.

—Gracias —dijo en voz baja, pareciendo confundida mientras Sirius llenaba una tetera con agua y la colocaba sobre el quemador.

—Estoy haciendo chocolate caliente. Remus me enseñó cómo hacerlo hace años —entonces Sirius murmuró algo que Aviana no entendió del todo y la chica de repente se vio invadida por una sensación de confusión. ¿Desde cuándo se sentía tan cómoda con alguien en esta casa? ¿Por qué él era tan amable con ella? Era algo que rara vez ocurría.

—¿Entonces Dumbledore te envió aquí por qué, exactamente? —preguntó Sirius, después de haber preparado el chocolate caliente y colocar una taza frente a Aviana. Sabía cada detalle de por qué Dumbledore había enviado a la chica Rosier a quedarse con ellos, sin embargo tenía la sensación de que la adolescente necesitaba hablar con alguien.

—Porque mi papá es un idiota que hace estupideces y lo atrapan por ello —dijo Aviana, tragando saliva con dificultad y luciendo bastante incómoda mientras alcanzaba su taza con su mano buena, llevándosela a los labios para ocultar cualquier emoción que hubiera allí.

—¿Azkaban? —preguntó Sirius, y frunció el ceño cuando la chica asintió.

Ella pareció luchar con algo por un minuto. —Es... —comenzó antes de callarse, con la mandíbula apretada mientras miraba fijamente su taza. Sirius sabía fácilmente el tipo de persona que era Aviana, así que simplemente esperó.

—¿Es... es malo allí? —Aviana finalmente logró decir. Había oído hablar de Azkaban; Merlín lo sabía desde que tenía siete años, e incluso si no lo hubiera hecho, seguramente lo habría descubierto en su tercer año.

—Lo superé —comenzó Sirius, pero su rostro se empañó.

—Lo siento, no debería haber preguntado —todo lo que Aviana parecía hacer era disculparse esa noche, pero con esto realmente necesitaba hacerlo: no era asunto suyo.

—No, está bien. Deberías saberlo, es donde va tu papá —tragó Sirius y sus nudillos se pusieron blancos mientras agarraba su taza.

—No... señor Black, realmente no es necesario —Aviana se apresuró, pero Sirius simplemente se limitó a hacerle un gesto, con los ojos fijos en una marca en el centro de la mesa.

—Azkaban es como un lugar sin felicidad. No hay ni la más mínima pizca de ella, no hay nada. Simplemente nada. No hay felicidad, ni tristeza tampoco. Te vuelves loco en cuestión de semanas, perdido en tu propia cabeza. Y los dementores -Dios los dementores —Sirius se quedó en silencio, claramente luchando con sus recuerdos.

—Escuché de Ron y Hermione que te has encontrado con muchos durante tu tercer año —Sirius cambió ligeramente de tema—. Deberías conocer bien el sentimiento.

—Supongo que sí. Parecían atraídos por mí, no fue tan malo para mí como algunas personas... Potter, estoy hablando de Potter —dijo Aviana. Sirius no dijo nada ante su claro disgusto por el chico, había experimentado suficientes miradas entre Ron, Hermione y Aviana para entender que no había sentimientos positivos entre ellos.

—Sí, ¿y Remus te dio clases? —preguntó Sirius, con un claro brillo en sus ojos mientras hablaba de su mejor amigo. La muchacha asintió, reprimiendo un bostezo—. Un patronus en toda regla, ¿eh?

—¿Él te dijo eso? —Aviana parecía bastante complacida de saber que Sirius sabía de su logro, y la idea la tomó por sorpresa. ¿Por qué le importaba tanto un hombre, este convicto? pensó—. Debería volver a la cama.

—Buena idea. Me aseguraré de no advertir a Fred y George sobre tus manos. ¿Asumo que en cuanto antes obtendrás tu venganza? —Sirius tuvo otro brillo en sus ojos cuando Aviana asintió.

—No perfeccioné varios hechizos perfectos para este tipo de venganza por nada. Buenas noches Sirius... gracias —dijo Aviana, terminando su taza de chocolate caliente y Sirius agitó su varita, enviando la taza al fregadero.

No necesitaba decir por qué le estaba agradeciendo; Sirius sabía que tenía suerte de conseguirlo, considerando los modales habituales de Aviana. Pero algo fue diferente esa noche, era como si algo hubiera cambiado, se formó un respeto mutuo entre ellos que Aviana no había experimentado con nadie más en la casa.

Y tal vez, sólo tal vez, eso se debía a lo similares que eran.

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