𝕽𝖆𝖟ó𝖓 𝖚𝖓𝖔

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Jirou, desde ese día, tachó a Bakugou como 'El rubio engreído' y desde el minuto uno le mencionó a sus compañeros que su actitud era detestable, se quejaba de que se la pasaba gritando todo el día y que debería controlar esos problemas de ira, era increíble la cantidad de veces que explotaba, y más increíble aún las veces que su amiga, a quien 'No le interesaba nada lo que hiciera Bakugou', lo mencionaba. Jirou admitía su atractivo, de los más guapos de la clase, pero eso no hacía que lo odiara menos, porque era así, lo odiaba. Pese a los intentos de Mina de admitir que le gustaba, su respuesta siempre era la misma:
—No me gusta Mina, ni siquiera me agrada, lo odio, es así de simple.
Aun que Mina no se tragaba ese cuento, el resto de la clase si, todos sabían la opinión de Jiro por su compañero y algunos incluso la compartían, 'Bakugo es una rubia gritona que siempre estaba de mal humor' así fueron las palabras exactas, ademas de un 'lo odio' como siempre, los dos se odiaban a ojos de todos, puesto que ambos tenían opiniones del contrario que no eran las más positivas, solo que la chica era más "sincera" en cuanto a lo que decía, no tenía pelos en la lengua, de verdad retaba a Bakugou y lo odiaba.
Por eso fue sorprendente cuando en una práctica este la protegió, todo el ejercicio estuvieron discutiendo debido a la 'Falta de memoria de Bakugo para recordar nombres'
—Tu intenta localizarlos constantemente, Orejas.
—Soy Jiro, no 'orejas'

-¡Hay alguien! ¡Orejas!
-¡Soy Jiro!

Así pasaron discutiendo, el resto de sus compañeros de equipo estaban hartos, nadie se concentraba con tantos gritos, de repente todo se llenó de un pegamento, y jiro intentaba localizar al enemigo mientras alegaba con Bakugo
—¡Jiro!
—cállate orejas

—¡Y empezaré con Jiro!
Alto de ella se escuchó otra voz, estaba a pocos segundos de atraparla, era todo, había fallado, si no fuera por el estúpido de Bakugo, si se hubiera aprendido su nombre, si tan solo

Solo sintió una patada, no dolió mucho; lo que más le dolió fue su orgullo. Bakugo, en un movimiento rápido, se impulsó y generó una gran explosión. La había salvado; todos veían con atención eso.

Así es, Bakugo la había salvado, a la chica que odiaba.

—Huh? ¿Hay algo mal en mi ojo? ¿O se vio como si protegiera a Jiro? -Mencionó Monoma con burla.
—Sí, así es -Habló Denki.

Prefería perder el ejercicio a tener esta humillación. Claro que Mina se lo restregó en la cara, una y otra vez. Ahora, sentada en un círculo con la mayoría de sus compañeros, todo había empezado con una vaga propuesta para pasar el tiempo y había terminado en un juego de verdad o reto, todos querían que admitiera que el gesto de Bakugo había sido increíble. Pero ella no iba a ser eso. ¿Cómo podría? Ya era suficiente verle la cara con esa sonrisa de superioridad, como si todo fuera suyo. No, no había posibilidades, ni siquiera estaba en la sala, pero sabía que de alguna u otra forma llegaría a sus oídos, y ella no le iba a dar eso.

—Vamos Jiro, te salvó la vida.
—Mina, él no salvó nada, estás siendo ridícula, no había nada que salvar, además, ¿él?—mencionó con una clara burla.
—Jiro, debes admitir que Bakubro fue muy varonil.
—Bah, ni siquiera logra llamarlos por su estúpido nombre.
—Eso es de cariño.
—¿De cariño? Denki, ¿te freíste el cerebro?
—Claro, búrlate, yo sé que en el fondo nos ama.
—Ay por favor, él no ama a nadie, ni a ti. Es más, los odia a todos, si no hubiera estado jodiéndome-
—A todo esto, ¿por qué lo odias?

Buena pregunta. lo odiaba, solo sabía que lo odiaba.

—¿Por qué? Es simplemente desagradable, no sé por qué-
—Yaaa un asco, sabemos lo que piensas, creo que Sero y todos los demás se refieren a ¿qué te hizo?

¿Qué me hizo? Pues existir, así de sencillo.

-Es repugnante, de verdad no entiendo cómo no-

Algo se iluminó en la mente de Mina mientras su amiga daba su cátedra de insultos hacia Bakugo.

Ocho razones por las que te odio (𝔅𝔞𝔨𝔲𝔧𝔦𝔯𝔬𝔲) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora