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Una ultima razón, era todo lo que debía escribir, un ultimo motivo por el cual odiaba a Bakugo Katsuki.
Y es que era muy fácil odiarlo, era odioso y irrespetuoso, arrogante y egocéntrico, hasta narcisista, al menos para todos, eso era lo que ella pensaba antes, esa fue su primer impresión y tal vez esa seguiría siendo si no hubiera compartido tiempo con el.

"Ocho, tu canción favorita del álbum"
Su memoria, había decidido poner esa opción en cuanto él dijo ese número, era verdad, siempre lo utilizaba, él lo sabía por que en alguna ocasión se lo había dicho, como él le había contado cuáles eran los únicos chocolates que no destetaba, como ella le había dicho que también le agradaban ya que no era tan dulce, como él había memorizado la canción que venía componiendo, de como recordaba hasta su pequeña tontería de los cubiertos entre otras más cosas. Esos detalles que hacían que él no fuera un desconocido.

"Enana"
Su estatura. Casi veinte centímetros más que ella, siempre se había considerado bajita, y así lo era, pero con el solía sentirse aun más pequeña, algunos dirían que era por lo imponente que se veía, aun que Bakugo resultaba hasta infantil en algunas ocaciones al menos con ella, recordaba como la segunda cosa que había puesto en la lista era solo por el sentimiento de impotencia que sintió cuando no pudo alcanzar el control, seguido de algo de arrepentimiento y vergüenza.
Él había empezado a despertar ciertas emociones que no eran normales en ella y él había empezado a enamorarse de ella hace tiempo.

"Te demoraste, enana"
San Valentín, la festividad que ella solía no celebrar ahora la recordaba como el día en el que le había dejado una caja de sus chocolates preferidos, y en la lista pudo haber puesto chocolates o las cartas que se habían desplegado de su casillero. Sin embargo en ese momento odio su cara, la de el, porque si no fuera ridículamente atractiva, no habrían un montón de regalos u otros detalles en su locker, y la de ella misma por no ser tan bonita como todas las chicas que le habían mandado tarjetas o obsequios. 

"Wake me up"
Jiro siempre había amado la música, era su pasión, a partada por su sueño de ser héroina, está volvía a su vida poco a poco con los preparativos del festival, el día que la habían delegado vocalista principal volvió a sentir ese amor a componer, quiso crear una pieza que la hiciera sentir como antes y sin embargo la frustración la alcanzó, no sonaba tan bien como debería, no sonaba tan acorde, no lo sonó hasta esa noche en donde el complemento su canción. Ella quería un contraste, y lo había encontrado, como también había encontrado otro lado del chico, ese que cantaba y prestaba atención, el que había memorizado su canción, en ese momento odio su voz, solo por que sonaba como todo lo que había imaginado para una canción.

"I wanna be alone, alone with you, does that make sense?"
Esa tarde se había sentido así, Jiro no sabía porque lo pensaba, siempre le había gustado esa canción y sin embargo ahora no podía dejar de escucharla, 'estar sola contigo'. Si alguien se hubiera dado cuenta probablemente estaría alegando de él desperdicio de tiempo, de como cuando quería pasar tiempo a solas tuvo que compartirlo, pero nadie lo noto, nadie nunca lo supo y le bastaba, le bastó saber que fue su momento y que esa tarde había sido para los dos, y no tenía sentido lo mucho que lo pensaba, como en sus ratos de soledad después de ese día se la pasaba divagando en que estaría haciendo, quería su compañía, quería estar sola, con el, así como lo estuvo en el parque esa noche o en su habitación, quería tenerlo cerca, pero eso nunca lo admitirá, porque ella lo odiaba a él, por el hecho de que algo tan de ella, tan suyo como lo eran sus ratos de soledad ahora eran solitarios por la ausencia de él.

"Ya se que eres mi fan, Orejas"
Un lado de el que no conocía, todos en su clase describirían a Bakugo como malhumorado, excepto Jiro, al menos para sus adentros sabría que el chico era mucho más, porque primero mencionaría su 'asquerosa' actitud o sus ridículos apodos, pero estaría recordando la sonrisa que tenía al final del concierto, aun que podría recordar también la sonrisa cerrada que tenia el día en el que estaban afuera cantando, o cuando lo persiguió hasta la cocina solo por el control. Con ella a él siempre se le escapaban sonrisas, tal vez si estuviera más atenta lo notaría, como también notaría que él también tenía ese efecto en ella, ya sea por sus gritos o sus palabras bruscas, Bakugo siempre lograba que Jiro se riera. Solo hubo un momento de felicidad del cual ella nunca se enteraría, el día que durmió en su habitación y el quiso guardar un recuerdo, dejando atrás su orgullo y todo en lo que creía, la persona que 'odiaba' era quien más le producía esa alegria.

Ocho razones por las que te odio (𝔅𝔞𝔨𝔲𝔧𝔦𝔯𝔬𝔲) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora