🎬 | ❝Rompí mi propio corazón porque fuiste demasiado educado como para hacerlo.❞
ㅤㅤNaomi siempre creyó que
ㅤㅤSatoru Gojo era únicamente
ㅤㅤparte de su imaginación, una
ㅤㅤpersona que vivía en sus sueños,
ㅤㅤhasta que se toparon cara a cara
ㅤㅤen el ca...
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ㅤㅤSATORU GOJO estiró sus brazos sobre su cabeza, soltando un suspiro cansado. La noche estaba por caer, eso significaba que podía irse a casa a descansar, hasta que su alarma sonara a la mañana siguiente y le indicara que era hora de levantarse.
Metió las manos en los bolsillos de su pantalón, caminando por los pasillos de la desolada escuela. Ijichi de seguro estaría esperando por él afuera, listo para conducirlo hasta su departamento. Para desgracia del hombre de traje, tendría que esperar a que Gojo hiciera una última parada antes de finalmente dejar Jujutsu Tech.
Tocó la puerta dos veces, suave, no queriendo asustar a la persona del otro lado. Dió un paso hacia atrás, creando un poco de distancia. Con su dedo índice jaló su venda hacia abajo, dejando su cabello caer sobre su frente.
Para cuándo la puerta fue abierta, Gojo ya había metido la funda en su bolsillo.
Sonrió cuando vio a la tímida mujer asomar su cabeza detrás de la puerta. Llevaba un moño desordenado y ya se había cambiado a sus pijamas.
— ¿Lista para dormir? —Preguntó en un ligero tono burlón, señalando con su mano su vestimenta.
Las mejillas de Naomi Iwazumi se tiñeron de rojo.
— Uhm... —Mordió el interior de su mejilla.
Habían pasado cinco meses desde que despertó en el hospital sin recordar nada, meses en los que se habia apegado al hechicero de ojos azules como garrapata y, al no tener donde ir, Shoko decidió que era buena idea tenerla en la escuela. De esa forma se le haría más fácil chequearla.
— Solo quería saber cómo te había ido hoy. —Habló en un tono más suave, la castaña se relajó ante aquello—. Yūji dijo algo acerca de como se te dificultaban las cosas más básicas.
La mirada de Naomi cayó ante aquello, lucía avergonzada de si misma. Satoru no la culpaba, nadie lo hacía, pues había pasado doce años y algunos meses dormida en una cama y, cuando finalmente despertó, lo hizo sin sus recuerdos.
Así que sus preciados estudiantes habían decidido que ayudarían a la castaña. Megumi la ayudaba con cosas sobre el mundo de la hechicería, aunque las maldiciones no los hayan molestado desde la caída de Sukuna. Yuta y Maki la ayudaban con cosas de la actualidad y lo que se había perdido los pasados doce años, por otro lado, Yūji solía decirle los datos más random que encontraba en internet, aunque eso no le fuera de mucha ayuda.
— Lo siento. —Murmuró la castaña—. Lo intentó, realmente lo hago.
Satoru levantó su mano, colocándola en su cabello castaño. Le sonrió.
