-911, ¿Cual es su emergencia?-
-Hay un niño de unos 18 años en la puerta de mi casa, su camisa tiene sangre...-
Fue lo que escuchó la policia detras de la linea una madrugada que creían era como cualquier otra, proviniente de una señora mayor que v...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Semana 1, año 2020...
-Él chico es algo...reservado- Mencionó uno de los policias que custodiaban el lugar abriendo la puerta color rosado a una habitacion acolchonada, con una mesa en el centro y dos sillas, una vacía y otra con un chico de vestimenta blanca y cabellos castaños.
El menor parecía perdido en sus pensamientos hasta que puso un pie dentro de la habitación, que pese a que sus tacones no hicieron ruido alguno, este volteó de inmediato, con sus ojos semi ojerosos y brillantes que le daban una extraña sensacion.
-Hola Jay, ¿Cómo estas?- Preguntó con una sonrisa y voz cálida Soyeon, una policia que trataba de resolver el caso conocido como "El chico de camisa ensangrentada", como lo había explicado la señora que lo reportó con la policia hace casi un año -Me han dicho que no hablas mucho, ¿Es verdad?- Jay, como en realidad se hacía llamar, movio su cabeza de lado a lado, respondiendo a su pregunta de una manera básica -Pero, ¿Sabes como hacerlo?- Jay asintió. Él no era un paciente revoltoso como todos los del piso en el que se encontraba, era un chico calmado y más callado de lo que pudieron esperar. No sabían mucho de su pasado, ni como acabó en el país, no había rastro alguno de documentación de sus padres o de su nacimiento. Al investigar nadie había reportado la desaparicion del menor ni mucho menos el parentesco que tenia con el hombre que se dice "asesinó" -Claro- Sonrió poniendo su maletín sobre la mesa, logrando que Jay reaccionara y se hiciera para atrás con algo de miedo.
Lo poco que sabían de Jay era que salió de donde vivía y lo primero que hizo fue tocar la puerta de los vecinos, la mayoría no le abrieron esperando que se fuera con terror a que los atacara debido a las manchas en sus predas, pero debido a la insistencia que había tenido en la casa de la mujer, con miedo decidió llamar a la policia. Las cámaras de seguridad no detectaron mucho más de eso, se lo vió salir de la casa e ir por lo que creen que fue "ayuda".
Desde el primer momento el chico no dijo ni una palabra, cuando preguntaron su nombre el solo levando su brazo, mostrando en su muñeca un pequeño listón color rosado con la inscripción: "Jay Chang- 08/03/2001". Marcando su nombre y lo que sería su nacimiento. Quisieron hacerle estudios de signos de tortura o abuso pero fue imposible, el único contacto que pudieron tener con él fue a la distancia, como a la hora del baño, darle sus alimentos e incluso cuando tomaron su ropa para examinarla. Jay se notaba obediente ante cualquier peticion de la policia y enfermeros, pero notaban el cambio de actitud cuando estos eran de genero masculino, por eso decidieron poder a Soyeon como encargada del caso.
-No temas, solo son unos papeles- Volteó el maletín para que el mismo chico pudiera checar el contenido del mismo, quedandose más tranquilo con eso. De este sacó una pequeña libreta y dos boligrafos, uno normal y otro con un color blanco rosado -Necesito saber más de ti que solo si y no, ¿Estarías dispuesto a hablar conmigo?- Dijo tendiendole la libreta, el castaño miro directamente a sus ojos como si buscara la verdad en los mismos, dicen que lo ojos son ventanas al alma, Jay tal vez creía en eso, luego de unos segundos asintió tomando entre sus lastimadas manos la libreta -Me han dicho que te gusta el color rosado, ¿Es verdad?- Le sonrió mostrandole ambos boligrafos y como era esperado, eligió el rosado. Lo que no esperaba era que rápidamente se pondría a escribir algo en la libreta.