La noche estaba bastante tranquila mientras caminaba a paso lento por las calles de la ciudad, en un barrio que abundaba en comidas callejeras para ser más específico, reviviendo todos aquellos olores que una vez probó en su infancia. Vestido con una camisa celeste, unos pantalones holgados negros y un barbijo que cubría su rostro en conjunto con su cabello, Jongwoo se había dado el día simplemente para disfrutar.
La semana había estado muy agitada en su trabajo, escuela, las visitas diarias al hospital buscando hacer más avances con el castaño, fácilmente podría decir que la rutina lo estaba agotando y le sacaba más energias que los resultados que aportaba, pero realmente quería llegar a hacer justicia por su amigo, por su otra mitad, por Jay.
Caminar siempre lo había reconfortado, la madre Irene solía decirle que cuando se sintiera enfadado o demasiado estresado por algo, saliera a caminar al patio, una vuelta, dos vueltas, a la tercera vuelta los pensamientos se aclaraban y lograba darse cuenta de que la situacion no era realmente importante, o incluso terminaba siendo demasiado infantil para su edad. Desde ese momento lograba encontrar calma coduciendo sus pies sin rumbo alguno, solo respirando distintos aromas, como perfumes, el mar, el pasto, etc.
Compro un café frio americano en una de las tiendas de convivencia que había en la zona, en otras situaciones hubiese puesto sus auriculares para mejorar el ambiente, pero ese día, quería cambiar de sintonía y solo deseaba, por primera vez en mucho tiempo, escuchar el sonido de las demás personas conviviendo. Así fue que sentado en un parque, con una grandiosa vista al Río Nakdong, se dispuso simplemente a difrutar de los placeres que la vida le podía prestar por unos ligeros y fugaces momentos.
Y aún en sus momentos más tranquilos no podía evitar que aquella persona que tanto alegró su infancia apareciera en su cabeza. De pequeño solia imaginar que junto a Jay vivirían juntos, se cuidarían entre si y serían más que felices sin importar las personas con las que se toparan, una clara realidad que nunca se había podido realizar. A veces en sus sueños, imaginaba como juntos iban al parque, se divertían y solo eran unos jovenes como los demás, sin problemas, traumas, miedos o inseguridades. Solo ellos dos contra el mundo.
-¿Esta ocupado?- El sonido de una voz profunda y masculina lo sacó completamente de sus pensamientos, que sin notar, se habia quedado viendo a la nada misma. Analizo un poco la pregunta, realmente no sabia si habia escuchado con claridad debido a la sorpresa.
-Oh, no no, adelante-
El hombre era de una estatura bastante prominente, cabello negro, ojos gatunos y labios rosados, que resaltaban bastante a contraste de su palida piel. Lucía de unos 30 años, iba vestido con una largo saco negro y, debajo de este, una camisa blanca con corbata oscura. Probablemente un oficinista como lo eran muchos.
Jongwoo no quiso ser muy entometido, después de todo solo se trataba de alguien como cualquiera, que buscaba dejar sus preocupaciones saliendo un rato al parque. Dio un sorbo a su bebida mientras que a la distancia, podía observar como un grupo de chicos jugaba con un balón, reían y se divertían sin importar si ganaban o perdían.
-Que divertidos son los niños, ¿No lo crees?- Preguntó, ganando nuevamente la mirada del pelinegro menor -Son tan inocentes y despreocupados del mundo, a veces me gustaría poder ser como ellos- Continuó.
-Supongo que si- Se limitó a decir con simpleza. Jongwo nunca habia sido muy bueno al momento de hablar con las personas, menos si se trataba de alguien mayor. Cuando convivía con niños pequeños era otra la situación, se comportaba muy comprensible y juguetón con ellos, tal vez porque toda su vida, al ser un niño de horfanato, aprendió como tratar con niños de todas las edades, mientras que de las personas mayores solo comprendía lo bipolares e irresponsables que podían ser a la hora de la crianza.
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Murder? - 《JAYWOO》
Fiksi Penggemar-911, ¿Cual es su emergencia?- -Hay un niño de unos 18 años en la puerta de mi casa, su camisa tiene sangre...- Fue lo que escuchó la policia detras de la linea una madrugada que creían era como cualquier otra, proviniente de una señora mayor que v...