Capítulo 13 - Malas Noticias

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Han pasado ya tres horas desde la llamada de Sam para informarnos que no podrán regresar debido a la nevada. En el exterior ya ha anochecido por completo y nos encontramos totalmente solos en la cabaña, sin ninguno de los trabajadores.

Me levanto del sofá con cuidado para no despertar a Adam y bajo el volumen del televisor. Me encamino hacia mi habitación. Necesito sacar las cosas de Sam para llevarlas al otro cuarto.

Arrastro un par de maletas que tenía bajo la cama y organizo su ropa caótica en su interior. Una vez llenas, las saco al pasillo, una a una, con cuidado. Justo en ese momento, el teléfono suena y me dirijo a atender la llamada. Salgo corriendo escaleras abajo, pasando por donde está Adam para asegurarme de que sigue dormido, lo cual confirmo. Es mi turno de responder el teléfono.

- ¿Noah? Soy la Directora Wayne. Siento mucho que os encontréis solos en la cabaña. En aproximadamente dos horas, todos vuestros compañeros y el servicio de cabañas llegarán. La nevada ha disminuido pero ha causado algunos daños en la estructura del internado. Aquí la tormenta ha sido más fuerte. Según los bomberos, los cimientos no están en buen estado, por lo que vamos a trasladaros a todos a las cabañas en las que os encontráis. A partir de enero, continuarán las clases desde vuestros ordenadores. Os entregaremos uno a cada uno estas navidades. Tened paciencia y no salgáis de la casa en ningún momento hasta nuevo aviso.

- Sí directora, avísenos si hay alguna novedad.

- Muy bien. Buenas noches, Noah.

- Buenas noches directora. - la llamada termina y cuelgo el teléfono. ¿Cómo puede una nevada causar tanto daño?

Me dirijo de nuevo a la habitación, pero caigo al suelo al no ver las maletas que he colocado antes en el pasillo, lo que hace que el ruido al caer sea mucho mayor. En muy poco tiempo, Adam está detrás de mí, jadeando y medio dormido.

- ¿Estás bien? - me tiende la mano y me ayuda a levantarme - Qué susto me has dado.

- Perdona, no vi la maleta y tropecé. Puedes volver a dormirte; puedo manejar esto sola - camino hacia la habitación lentamente, pero parece que me he hecho daño en el tobillo, ya que cuanto más camino, más dolor siento.

- ¿Te has hecho daño, verdad? Déjame ver ese tobillo, and, ven que te llevo a tu cuarto - me toma en brazos, y no rechisto. - Mmm... parece un esguince. Voy a buscar vendas para inmovilizarlo y evitar que empeore. - asiento con la cabeza.

- Mmm.. parece un pequeño esguince. Voy a buscar vendas para inmovilizarlo y evitar que empeore. - asiento con la cabeza.

Pasan unos minutos y Adam regresa con un botiquín. Se sienta a mi lado y alza mi pie, colocándolo sobre su regazo para facilitar la tarea de vendar mi tobillo.

- Deberías descansar un poco, quédate aquí sin mover ese tobillo mientras se le pasa la hinchazón; así se curará más rápido.

- Pero.. solo me quedaba llevar cuatro cosas para terminar el cambio de habitación, sino Sam se enfadará conmigo...

- ¿Cuándo vuelven?

- En unas horas... - me levanto de donde estoy, pero Adam me señala con aire amenazador.

- Ni se te ocurra, yo me ocupo. Además, el se cambia a esta habitación soy yo. Duérmete un rato; seguro que cuando despiertes, ese tobillo estará bien.

- Está bien, gracias.

- No hay de qué, ¿para qué están los amigos?

Adam comienza a mover las cosas de una habitación a otra, reorganizando el espacio. Mientras, incapaz de conciliar el sueño debido al ruido que hace, me pongo a dibujar y a escuchar música. Esto, poco a poco, me va relajando hasta caer dormida.

Adam

Noah se ha quedado dormida después de un rato. Pensaba que le había pasado algo más grave, y aunque estoy recuperándome del susto, solo era un pequeño esguince de tobillo. Eso, sin embargo, ha resultado en que yo tenga que hacer solo la pequeña mudanza de todas mis cosas. Estoy exhausto; cambiar las cosas de una habitación a otra es una tarea agotadora.

Cuando regreso a la habitación donde está Noah, me siento en el borde de la cama donde ella está acostada y la observo. Se le ve tan tranquila... hasta que en un momento dado, ella empieza a moverse y a gritar. Me pongo muy nervioso, sin saber qué hacer. Tal vez lo mejor sea despertarla, ¿no?

- Noah, Noah, tranquila, despierta, es solo una pesadilla. - Después de unos segundos, ella abre los ojos algo aturdida.

- Lo... lo siento. - Esconde su cabeza entre mi pecho y la almohada. - Maldita sea.

- ¿Qué ha pasado? Puedes contármelo si así te sientes mejor. - ella niega con la cabeza.

- No, no es necesario, apenas la recuerdo, pero gracias.

- Te traeré un vaso de agua - le sonrío, me levanto y me voy a la cocina. Al regresar a la habitación y entregárselo. Ella bebe y vuelve a acostarse. Creo que es el momento de dejarla descansar y seguir con las pocas cosas que me quedan por mover.

- Adam, espera, quédate, tengo miedo - me mira - Por favor...

- ¿Miedo? Pero solo son las ocho de la tarde, Noah. No te va a pasar nada, solo era una pesadilla. - Su expresión cambia a una de decepción. - Está bien... - me siento en la silla del escritorio, mirándola, esperando que en algún momento vuelva a dormirse.

- ¿Pero qué haces ahí? Ven aquí, idiota. - no puedo evitar que una sonrisa se apodera de mi rostro. Me levanto de la silla y me dirijo hacia la cama, me siento, o más bien, me lanzo encima de la cama. Poco rato después, ella cae dormida y, minutos más tarde, yo también.

****

Realmente nunca he tenido un esguince de tobillo, así que por muy leve que sea no se decir el tiempo que tarda en curarse. Lo siento.

Entre sombras y secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora