Despierto a media noche debido a la incomodidad en la que me encuentro. Miro el reloj colgado en la pared y apenas son las dos de la madrugada. Me levanto del sofá, donde también está Adam con casi medio cuerpo en el suelo, una imagen bastante divertida, la verdad.
Me encamino a la cocina y cojo un poco de agua. Fuera ha empezado a nevar. Subo las escaleras y me dirijo a la habitación, pero antes, tengo curiosidad. ¿Habrán vuelto ya todos a casa mientras dormíamos? Justo cuando voy a abrir la puerta de la habitación que está delante de mí, mi teléfono empieza a sonar. Dejo lo que tenía entre manos y me encierro en mi cuarto, contestando la llamada, que resulta ser de mi madre. ¿A quién se le ocurre llamar a estas horas? ¿Está loca? ¿Tantos días sin saber de ellos y ahora me llama?
- ¿Sí?
- Noah, soy mamá, sé que allí es tarde, pero tenemos que hablar.
- No tengo nada que hablar contigo. No he sabido nada de ustedes durante meses. No vuelvas a llamarme.
- Pero hija... - No dejo que termine y cuelgo el teléfono. Ordeno las camas para que podamos irnos a dormir sin problemas. Una vez hecho, me dirijo al salón donde Adam está durmiendo. Intento despertarlo; el sofá no es el mejor sitio para pasar la noche.
Cuando por fin consigo despertarlo, nos dirigimos hacia nuestro cuarto. Él, en vez de irse a dormir a su propia cama, se dirige directamente a la mía. Chico listo, hasta durmiendo sabe dónde va. Le sigo y me acuesto a su lado.
Paso la noche pensando en la llamada de mi madre que, después de meses sin saber de ellos, decide contactar conmigo.
- ¿Qué ocurre, pequeña? ¿No puedes dormir? - Niego con la cabeza. - Cuéntame, ¿qué pasa, cariño? - Un leve sonrojo cubre mi rostro, y le cuento a Adam lo que me pasa. Cuando termino, ambos permanecemos en silencio un par de minutos hasta que doy media vuelta colocándome cara a cara con él, recostada a un lado de la cama. Adam acaricia mi espalda por debajo de mi ropa, haciendo que mi piel se erice por el cálido contacto de su piel. Poco después, caigo dormida en un profundo sueño.
A la mañana siguiente, soy la primera en levantarme. Así que decido despertar a Adam con besos. Él se va despertando pero se hace el dormido, su sonrisa le delata.
- Vaya, es una pena que todavía sigas dormido... - Me levanto y me dirijo a la cocina a por el desayuno. Pocos minutos después, Adam ya se encuentra rodeando mi cintura con sus brazos.
- ¿Tienes algún plan hoy? - Niego con la cabeza. - Me gustaría llevarte a un sitio. - Yo asiento con la cabeza. - Bien pues, estate lista en 15 minutos, llamaré a un taxi.
Como a toda prisa los cereales y salgo corriendo a la habitación. Quince minutos más tarde, me encuentro en la puerta de la cabaña lista para salir. Llega Adam, y salimos de la casa. Nos montamos en el taxi, y media hora después, llegamos a nuestro destino: un bosque que más bien parece un sencillo y bonito prado.
Caminamos durante un corto tiempo a través de árboles y plantas, similares a los de una jungla. Más adelante, se puede apreciar una luz que ilumina una casa enorme y preciosa. Nos dirigimos hasta allí, y observo con cautela a Adam, quien permanece a mi lado con una enorme sonrisa. Mi corazón late de forma audible contra mis costillas, sintiendo los ojos de él fijos en mí. Llegamos a la puerta de la casa, y ambos nos miramos. Nuestras miradas se encuentran, y juntos cruzamos el umbral de la casa. Permanecemos en silencio mientras él me conduce a través del edificio, encendiendo las luces a su paso. El interior es más asombroso que la fachada. Es como una casa de madera, similar a la cabaña donde vivimos hace un mes, pero esta es diferente. Es más pequeña, y aquí solo pueden vivir dos personas.
Cuando menos me doy cuenta, Adam acerca nuestros cuerpos, haciendo que nuestras frentes se toquen y ambos nos miremos a los ojos.
- ¿Qué te apetece hacer hoy? - No soy capaz de responderle. Juntamos nuestros labios, dando paso a un beso casto pero dulce. Las manos de él van subiendo por mi espalda debajo de mi blusa, sus suaves manos provocan que un escalofrío recorra todo mi cuerpo. Estamos cada vez más juntos, andamos hacia algún lugar del cual no estoy segura, y caemos en un colchón, lo que me hace pensar que estamos en una habitación de la casa y... esto está yendo muy rápido.
Ambos nos separamos con nuestras respiraciones agitadas, y ninguno responde. Es justo en ese momento en el que me ruborizo y me aparto un poco de su agarre.
- Adam, yo...
La tensión en la habitación se siente de repente cuando leo el mensaje de Samantha. La situación ha pasado de ser alegre y relajada a una atmósfera tensa y amenazadora. Adam y yo intercambiamos miradas preocupadas, conscientes de que la situación se ha vuelto más seria de lo que podríamos haber imaginado.
- Esto no puede ser una broma, ¿verdad? - pregunto, buscando en los ojos de Adam alguna señal de que todo esto es simplemente un malentendido.
- No lo sé, pero no podemos ignorarlo. Debemos hacer algo - responde Adam, evidentemente preocupado.
Rápidamente, tomo el teléfono y trato de responder a Samantha: "Noah: ¿Quiénes son? ¿Qué quieren? ¿Dónde estás? ¿Cómo podemos ayudar?"
La respuesta llega rápidamente: "Sam: No hables con nadie. Sal de la cabaña. Ve hacia el bosque y espera instrucciones."
La instrucción parece extraña y peligrosa. Sin embargo, en esta situación de incertidumbre, cada acción se siente como una decisión de vida o muerte. Adam y yo intercambiamos miradas nerviosas.
- Tenemos que hacerlo. No podemos quedarnos aquí sin hacer nada - sugiere Adam, levantándose del sofá.
Me pongo de pie a su lado, ambos conscientes de que nos estamos adentrando en territorio desconocido.
- ¿Y si es una trampa? - pregunto, con un nudo en el estómago.
- No lo sabemos, pero no podemos ignorarlo. Necesitamos enfrentar esto juntos - dice Adam, con determinación en sus ojos.
Ambos nos preparamos para salir, conscientes de que el peligro acecha. Me aferro a la esperanza de que todo sea una confusión o una broma de mal gusto. Mientras salimos de la cabaña hacia el bosque nevado, la oscuridad y la incertidumbre se ciernen sobre nosotros, y solo el tiempo dirá qué destino nos espera.
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Entre sombras y secretos
Roman pour AdolescentsLa vida de Noah es transformada de la noche a la mañana cuando es llevada a un internado. Una vez allí un halo de secretos y sombras entrelazan su destino de maneras inesperadas. A medida que intenta adaptarse a su nueva realidad, se encuentra con...