Rosas. [MuiTan/TanMui] TERMINADA

Notificaciones

[Tanjiro][13/1/22]

Apenas despertamos, estuve a punto de prender mi celular solo para revisar la hora. Pero, recordé la foto que había subido el día anterior, y un tenue miedo volvió a apoderarse de mí. No estaba listo para ver si había llegado una notificación.

Volvimos a tomar un baño juntos, desayunámos juntos mucho más temprano de lo normal, salimos juntos mucho más temprano de lo normal.

Aunque Inosuke y Zenitsu dijeron que no tenía que preocuparme por el papeleo de ayer, tenía que asegurarme de que todo haya salido bien. Prendí mi celular y esperé unos 3 segundos para que no se trabara.

Lo que pasó después nos sorprendió a él y a mí. Mi celular no paraba de vibrar con notificaciones. De esto es de lo que estaba asustado.

Muichiro sacó su celular y empezó a grabar.

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— Tanji, eres muy popular. — dijo, apuntando a mi rostro asustado con la cámara.

— Mui, no paran. No puedo ni siquiera desactivarlas, ayuda... —

Muichiro me pasó su celular y yo le pasé el mío. Grabé su rostro bonito mientras él hacía algo. Ni siquiera estoy seguro del qué.

En algún momento, logró algo y paró de vibrar. Se le iluminaron los ojos.

— ¡Lo logré! Las desactivé. — mis ojos también se iluminaron.

— Necesito llamar a Zenitsu. —

Le devolví su celular y él me pasó el mío. Paró de grabar.

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Cuando entré a buscar el contacto de Zenitsu, noté que tenía 8 llamadas perdidas de él, todas hace 30 minutos.

Apenas presioné el dedo para llamarlo de vuelta, contestó en menos de 3 segundos.

— ¡Tanjiro! ¡Maldito! ¡A mi y a Inosuke nunca nos subes! — gritó a través de la línea.

Mantuve la calma con mi sonrisa cotidiana mientras escuchaba a Zenitsu decir más quejas.

— ... Buenos días. ¿Cómo les fue ayer? — dije con la tranquilidad más normalizada que pudiera imitar.

— ¿Ayer? ... Oh, si, bien. Ni siquiera era tanto, estuvimos una hora extra y la mitad de esa hora fue de nosotros peleando por lo de las uvas. Ni siquiera llegamos a una conclusión... — pronunció, algo molesto en su tono.

— Qué bueno. —

— ¿Eso es todo? Ten cuidado hoy, los rumores se esparcen rápido. —

— Lo sé, no te preocupes mucho. Intenta llegar a tiempo. Chau-chau. — colgué. Tengo el hábito de no dejar a nadie despedirse.

Muichiro agarró mi mano.

— ¿Cómo estás? No hablamos nada en la mañana mientras nos alistábamos. — me miró suave.

— Estoy tranquilo. Más o menos. — solté una risita que hizo que saliera algo de aire blanco.

— Ayer... No, hace unas horas, dijiste que pensabas en... – pausó, sonrojándose. – En ese "Algo más". ¿Quieres que hablemos de eso? —

Sentí mis mejillas arder.

— ... Claro. —

Él hizo muchas preguntas. Me preguntó si yo quería hacerlo, cómo quería hacerlo, cuándo y mis preferencias. Sorprendentemente, se sintió como una conversación natural.

Llegamos a la conclusión de que somos muy jóvenes para llegar a... Lo que se le llama penetración, pero, todo lo que estuviera antes de eso estaría bien. Qué vergüenza escribir esto.