Septiembre 23 de 1994 Parte II | Solo estamos aburridos...

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Al tener el libro, Maxine se dirigió a la biblioteca. Se acercó al escritorio de la bibliotecaria Madame Irma Pince, una mujer alta y estricta con cabello marrón y ojos del mismo color. Mientras la mujer agarraba el libro, le dijo a Maxine que esperara, ya que tenía que anotar. En ese momento, Maxine pudo ver a Peeves detrás de Madame Pince, mirándola con recelo. Peeves tiró una montaña de libros y giró alrededor de Maxine, mirándola con sospecha o enojo de broma, como desafiándola a un duelo.

Siguió con la mirada a Peeves y solo pudo sacarle la lengua en burla. Mientras tanto, en la biblioteca, Maxine observó los estantes llenos de libros y el silencioso ambiente de estudio. Madame Pince continuó anotando, aparentemente ignorando la travesura de Peeves.

Maxine se preguntaba qué le sucedía a Peeves y se rió un poco al pensar que probablemente no podría molestarla demasiado. "INMUNIDAD 80%", reflexionó.

—Todo listo, puede retirarse —decía Madame Pince. Maxine simplemente asintió, expresando sus agradecimientos.

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Sintiéndose un tanto liberada, saco sus auriculares para explorar el castillo o dar un paseo antes del almuerzo. Subía las escaleras tranquilamente cuando notó a los gemelos Weasley en una esquina, con George Weasley apoyado en la pared. Decidieron acercarse a molestarla, aunque no recordaba con qué motivo. Seguramente la saludaron mientras ella ya se disponía a ponerse los auriculares y abrir un chupetín o paleta (como le dicen en otros países).

Con el chupetín en la boca, Maxine se quitó los auriculares para hablar con ellos, ya que se disponían a comenzar una conversación. Mientras tanto, el pasillo del castillo mostraba la arquitectura característica y las diferentes pinturas que decoraban las paredes, creando un ambiente lleno de historia.

George Weasley sonreía ampliamente mientras Maxine se tomaba un momento para guardar sus auriculares.

—¡Hola, Maxine! Siempre justo a tiempo. —George se reía.

—Sí, no pensábamos atraparte. —Fred se reía mientras miraba nerviosamente alrededor y luego volvía a fijar la mirada en Maxine.

Ella se quitó la paleta de la boca y sonrió. —Oh, hola chicos...

Los ojos de Fred brillaban mientras le devolvía la sonrisa. —Siempre es encantador verte, ya sabes.

George asintió y sonrió, apoyándose contra la pared. —¿Qué tal?

En el fondo, Angelina Johnson y Alicia Spinnet subían las escaleras y saludaban a los gemelos.

Fred estaba demasiado centrado en Maxine para prestar atención a Angelina y Alicia, pero George logró enviarles un asentimiento mientras estaba apoyado en la pared.

—Señoritas.

Maxine se puso de nuevo la paleta, jugando con el palito en la boca. Iba a saludar también, pero las chicas ya estaban subiendo de nuevo las escaleras. Se quedó mirándolas un momento cuando se fueron.

George notó a Angelina mientras subía las escaleras con Alicia a su lado. Angelina le sonrió y le envió un guiño al pasar junto a ellos.

Fred también notó a Angelina, pero sus ojos estaban pegados en Maxine. George se rió y empujó a Fred.—Oye, Fred, te pica la curiosidad, ¿no?

Fred finalmente notó a Angelina y abrió los ojos como platos mientras le lanzaba una mirada fulminante a George.

George se rió y continuó bromeando —Oye, Fred, ¿la angelita acaba de batir sus alas hacia ti?

Fred gruñó y apretó los puños con fuerza, apretando los dientes.

Maxine escuchó la conversación de los dos, mirando distraída a la nada, deseando descubrir algún chisme interno.

El Diario de Maxine Borage | RD HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora