Dada la conmoción ocasionada, los vecinos han hecho llamar a don Serafín, el párroco del lugar, para ver si el borrachín está desvariando y necesita del consejo que tan solo un hombre consagrado puede dar.
―Pero vamos a ver, Carlos ―dice don Serafín―, qué fantasmas, ni fantasmones. ¿Estás seguro que no fueron los ratones?
―Aquí mismo caiga muerto si lo que digo no es cierto. Ese caserón está encantado y nadie podrá convencerme de lo contrario.
El revuelo va en aumento así que, decididos a resolver el entuerto, se convoca una reunión extraordinaria.
¡Primer punto del encuentro!
Probar las rosquillas elaboradas por Roberto. Tienen ese toque a anís tan bueno...
¡Segundo punto a tratar!
¿Existe ese fantasma o es un cuento para asustar? Sea como sea, lo deben averiguar.
El debate comienza acalorado pues una parte afirma que es mentira mientras que, la otra, menos convencida, no quiere un fantasma en la casa vecina.
Tras larga discusión es Doña Vicenta, siempre atenta, quien concluye la reyerta.
―Resolver este secreto es nuestro deber ―afirma, muy digna―. Murillo del Tocón tiene una reputación que mantener.
Todos los vecinos se muestran de acuerdo. Si existiera un secreto recorriendo airoso las calles del pueblo, perderían el galardón: ¡qué terrible situación!
Por tanto deciden que, esa misma noche, sin más tardar, cuatro valientes acudirán al viejo caserón a investigar.
El primer candidato es Carlos, que se presenta voluntario sin dudarlo. El borrachín está decidido a salvaguardar su dignidad aunque, para ello, tenga que volver al terrorífico lugar. Le sigue Juliana, que siempre hace lo que le viene en gana. La joven, enérgica y alocada, se niega a perderse una aventura tan extraordinaria. La tercera incorporación es Valentina, siempre divina, ya que, como influencer reconocida, debe mantener a sus followers al día. Por último, escogido por aplastante mayoría, tenemos a don Serafín. Él es el único que no quiere ir pero, dada la votación, no tiene otro remedio que unirse a la disparatada misión.
¿Qué esconderá el viejo caserón? Esperemos que estos cuatro resuelvan la cuestión.
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El fantasma de Murillo del Tocón
MizahEn todo el mundo es sabido y, por todos conocido, que en Murillo del Tocón ningún secreto está seguro ya que, no existe ninguno, que no haya sido descubierto y anunciado a los cuatro vientos. Eso, claro está, hasta que Carlos comienza a desvariar...