Capítulo 6: De regaños y miedos.

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—¡¿En qué estabas pensando?! —Hermione se encogió en su lugar ante la mirada enojada de Fury. Sus ojos marrones llenándose de arrepentimiento y temor mientras se abrazaba así misma. La mirada de todos estaba sobre ella. —¡Te dije expresamente antes que te quedarás junto a los demás!

Hermione abrió la boca para hablar, pero luego la cerró. No estaba segura de que responder. Él señor Fury estaba molesto con ella. Estaba enojado. Hermione sabía por experiencia que nunca era bueno cuando un adulto se enojaba con ella. ¿Qué iban a hacerle esta vez? ¿Qué castigo le darían? ¿iban a golpearla hasta el cansancio de nuevo? ¿O la encerrarían en una habitación oscura sin comer por tres días de nuevo? ¡Oh, no! ¿Le iban a quitar la comida de nuevo? ¡Ella ya se había acostumbrado a comer!

El pánico llenó a Hermione mientras escuchaba a Fury regañarla. Estaba asustada. Aterrada. Lagrimas se aglomeraron en sus ojos, pero ella se negó a dejarlas caer porque nada bueno salía si lloraba. Generalmente los castigos empeoraban si ella lloraba.

—¿Tienes idea de lo qué pudo haberte pasado? ¿Tienes idea del caos que puede desatarse si Loki juega con tu mente y tus poderes se desatan?

—L-lo siento. —Hermione se forzó así misma a hablar, ignorando con todas sus fuerzas el nudo en la garganta.

—Este lugar no es el departamento de Phil, Hermione. No puedes simplemente hacer lo que quieras. —Fury estaba siendo duro con ella. —Tienes que aprender a obedecer cuando se te da una orden. ¿Phil no te enseño eso antes de venir a-?

Tienes que aprender a obedecer. La frase la hizo temblar. El recuerdo de un medico diciendo lo mismo antes de encerrarla en la celda oscura volviendo a su mente.

—Lo siento mucho. —Hermione se apresuró a hablar, interrumpiéndolo. Su cuerpo temblando mientras se hacía más pequeña en su asiento. —¡No lo volveré a hacer! Voy a obedecer, lo prometo. Nunca voy a desobedecer y me quedaré quieta, y te juró que no haré nada sin preguntar primero. Y puedes dejarme sin comer todo el tiempo que quieras como castigo. También puedes pegarme o ponerme esa electricidad que duele, te prometo que no me quejaré y no pelearé si deciden hacer los experimentos de nuevo, pero por favor, por favor, por favor no me encierren en la habitación oscura. Por favor. —ella le rogó. La ansiedad y el pánico que creció cuando se dio cuenta de que las personas allí solo la miraban sin decir una palabra. Ella no pudo reconocer las miradas en sus ojos y eso la asustó.

Hermione sintió una mano tocando su hombro. Ella chilló y saltó, encogiéndose en si misma. Fue pura suerte que la magia no hubiese actuado en su defensa.

—Está bien. —fue Natasha quien se había acercado. —Oye, nadie va a lastimarte.

Hermione no le creyó. —Por favor, no me digas mentiras. —le dijo. —No seas tan cruel.

—Nadie va a lastimarte. —Fury le aseguró, acercándose con cautela. —Te lo dije antes, Hermione. Lo que viviste en ese lugar no te ocurrirá de nuevo. Te protegeremos.

—Pero fui mala. —Hermione murmuró. —Tengo que ser castigada por ser mala. Es lo que... e-es lo que merezco.

—Tú no eres mala. Y ciertamente no mereces ser tratada de la forma en que lo hicieron contigo. Eres una niña.

—¡No me mientas! —Hermione sintió una chispa de rabia llenarla, mientras miraba al hombre. Ella sabía que no era buena. ¡Ella mató a los doctores! ¡Ella era un monstruo desde que nació! ¿Por qué estaban tratando de hacerle creer que no era así? ¿Qué tan crueles eran estás personas para darle falsas esperanzas antes de castigarla? —¡Sé lo que soy! ¡Lo sé!

—Hermione... —Fury trató de calmarla.

—¡No! —Hermione gritó, con amargura. —Sé que piensas que soy un monstruo. Peligroso. Malvado. ¡Lo sé! ¡Vi los papeles de Phil! ¡Los leí! ¡Sé que están controlándome! ¡Sé que tienen miedo de que haga cosas malas y por eso nunca me dejan salir de ese lugar! ¡Sé que tenias miedo de que liberara a Loki! ¡Lo pensaste! ¡Estás asustado por mis habilidades igual que los doctores!

—Eso...

—¿Poderes? —Tony preguntó.

Hermione lo miró. —¡Esto! ¡Depulso! —ella movió su mano, en dirección a la mesa del lugar, haciéndola volar y chocar con una pared, destruyéndola por completo. Fury gritó su nombre y los demás la miraron sorprendidos. Hermione pudo distinguir temor en los ojos de algunos agentes.

—¿También tienes telequinesis entonces? —los ojos de Tony brillaron con interés. —Puedes teletransportarte y tienes telequinesis... Eso no te hace un monstruo, niña. —él le dijo con un aire despreocupado. —Aunque tal vez tu cabello lo sea. Parece que está echando chispas.

—¡Stark! —fue Steve quien habló, dándole una mirada de advertencia.

—¿Qué? —Tony dijo. —La niña debería aprender a peinarse. No sé si eso es un nido de pájaros o solo su pelo que parece tener vida propia.

Hermione miró sorprendida a Tony. Él no parecía... parecía que nada de eso le importaba. ¿Por qué? ¿Por qué el hombre...? Él ni siquiera la veía como un monstruo en ese momento, ni siquiera después de lo que ella hizo. En su lugar, Tony solo se dedicó a criticar su cabello.

Fury suspiró. —Señor Stark, Doctor Banner, pueden empezar a buscar el Teseracto. —les dijo, para después pasar a mirar a Hermione. —Ven conmigo. Te llevaré a un lugar seguro donde-

—Quiero ir con él. —Hermione señaló a Tony.

—¿Qué? —Fury la miró sin comprenderla.

—Exacto, ¿Qué? —incluso Tony parecí sorprendido. E incrédulo.

Hermione se acercó a él, negándose a decir otra palabra. No quería ir con Fury de todos modos, tenía miedo de que él la castigara. Ella había cometido muchos errores ese día. La niña había perdido esa pequeña chispa de confianza que tenía en el hombre.

—Por cierto, niña, ¿De qué organización terrorista vienes?

Hermione miró a Tony, quien la miraba con una ceja arqueada.

Ella no le respondió. 

Just One Day |Hermione G| Avengers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora