•| Prometimos Amarnos |• Diego Moguel y Tú ♡ cafeypanconazucar

Se me pierde el tiempo

Una vez termino mi turno laboral me apresure a llegar lo más pronto posible a casa. Quería arreglarme un poco y no ir con Diego con una apariencia desordenada por las horas de trabajo y mucho menos en este horrendo uniforme.

Llegué a casa más o menos a las 7:30, salí del trabajo a las 06:00 pero el transporte público no hace mucha justicia a eso, en cuanto llegue lance mi mochila con mis cosas a la cama en mi habitación y cambie mi aspecto lo mejor que pude con otro atuendo abrigado para el frió se la noche, un maquillaje mas producido y arreglado y un peinado alineado y lindo. Este proceso me tomo al menos 45 minutos por lo que a las 07:15 ya estaba lista. No tome en cuenta de que estaba teniendo mucha prisa siendo que tenía tiempo de sobra. Suspire y aproveche para cenar algo, camine hasta la cocina y ya ahí saque leche del refrigerador y cereal de la alacena, no sabía si comeríamos algo haya pero aún así quise llevar aunque sea algo ligero en el estómago. Una vez tuve mi plato de cereal con algo de plátano picado camine a la sala y ahí me senté a ver mi teléfono mientras comía para matar el tiempo un poco. Después de un buen rato mi plato ya estaba vacío por completo y ya me estaba aburriendo, definitivamente debo tomarme las cosas con más calma la próxima vez, ni siquiera se porque le tomé tanta importancia, a estas alturas lo considero más un amigo que un artista al que veré hoy en la noche; revise mi reloj y marcaba la hora de las 7:52 apenas. Respire agobiada y por un momento considere decirle por mensaje de texto si podría llegar más temprano pero no quería ser grosera con él, de seguro tiene más cosas que hacer en estos momentos, es una persona ocupada y yo no puedo interferir en eso.

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Diego en ese momento: 🛌💤

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Decidí seguir entretenimiendome mirando videos cortos en mi teléfono nuevamente. De todos esos videos el algoritmo se había encargado de que al menos el 70% fueran de él y su banda. Sus canciones se volvían cada vez más populares entre el público y debo admitir que eso me alegraba, es increíble cuando tú amor al arte da frutos y te pone en la cima de esa manera, hacer lo que amas y ser reconocido debe ser uno de los mejores placeres de la vida; ojala yo tuviera esa suerte con mis pinturas pero no todos podemos ir por ese camino.

Pasó el tiempo demasiado lento a mí parecer pero el reloj finalmente marcó las 09:00 y yo de inmediato me alegré, diego llegaría en cualquier momento así que me levanté del sofá y corrí a mi habitación para tomar mi bolso y agregarle lo más escencial, volví a la sala y me quedé sentada esperando su señal de llegada; un mensaje, una llamada o el sonido de su motocicleta llegar.

Pasaron algunos minutos y diego no llegaba, comencé a preocuparme dudando si llegaría de verdad o no. Mire la hora en mi teléfono, 09:21. Busque la aplicación de llamadas y busque su contacto, a punto de dar el clic en su contacto escuché la puerta sonar, me levanté de inmediato y corrí a abrirla.

— ¿Si? — pregunté luego de abrir la puerta

— Hola, lamento llegar tarde. Salve a una anciana de ser asaltada por un maleante — me dijo como excusa teniendo una sonrisa burlona en el rostro, aún así lograba notar que estaba avergonzado y un poco nervioso; supongo, debe ser por su retardo.

— oh vaya, eso suena como algo de suma importancia — le seguí el juego entre risas y salí de mi casa cerrando la puerta tras de mi.

— en fin ¿Nos vamos? — pregunto con caballerosidad dándome su brazo para que la sostuviera

Rei y simplemente pase de largo caminando hasta la motocicleta. Diego se confundió unos segundos pero finalmente solo dio una ligera y casi inaudible risa y me siguió.

Después de un buen rato manejando por fin llegamos a la plaza. La mayoría de locales ya habían cerrado; sin embargo, había algunas que aún se encontraban abiertas y disponibles, dejo la motocicleta asegurada en el estacionamiento y ambos caminamos hasta una cafetería, lo cual me pareció curioso, ya que, fue en una cafetería donde nos vimos por primera vez hace apenas algunos días, hasta el momento me sigue pareciendo un momento increíble y sureal.

Después de comprar cada uno su café caminamos hasta una mesa exterior de la cafetería y nos sentamos.

— Y bueno ¿Por qué quisiste invitarme a venir? Digo, no me molesta pero si me gustaría saber — pregunté con curiosidad para luego dar un trago a mi caliente bebida.

— Oh ninguno, solo es para charlar y conocernos un poco más. Eres una buena amiga y me agradas — me respondió tranquilo y sonriente

— Oh ok, bueno ¿Qué te gustaría saber primero? — pregunté sin más

— No lo se... Por ejemplo... — a punto de hablar es interrumpido por varias voces que conocíamos bien

— ¡Hola! — saludo smoke en voz alta con una gran sonrisa

Detrás de él estaban Jota y Daniel sonriendo con tranquilidad y limitándose a simplemente levantar la palma de su mano como saludo.

— ¿Qué chingados hacen aquí? ¿Cómo supieron que yo...? — pregunto diego confundido y exaltado

— Yo les dije — respondí con normalidad mirándolo

Diego me volteo a ver con confusión

— ¿Qué? ¿Por qué? —pregunto

— Me pareció que sería buena idea si también venían con nosotros a relajarse — le dije con una sonrisa llena de alegría

— Si diego, todo es mejor cuando estamos nosotros ¿A poco no? — pregunto daniel en plural

Smoke y jota respondieron que si estando de acuerdo con sus palabras mientras que diego solo cruzó los brazos un poco enfadado. Se sentaron con nosotros y yo los saludé con el típico saludo de puño y palma a cada uno.

— Me alegra mucho que hayan venido chicos, espero no quitarles tiempo valioso, ustedes deben ser de agenda llena — les dije

— Nah tranquila, es bueno desconectarnos y relajarnos de vez en cuando — respondió Daniel de forma alegre

Diego rodo los ojos con frustración y simplemente se resignó a la compañía extra.