007.

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-No pienso besarte sólo para que me hagas las tareas.

-Bueno entonces suerte repitiendo desde primer semestre.

Haerin se dió la vuelta dispuesta a irse pero Danielle la detuvo.

-No, no pienso repetir.

-Entonces quiero mis besos.

La castaña suspiró, se odiaba en ese mismo momento, no podía creer que tiraría su dignidad a la basura. Pero todo sea para salvar el semestre.

No lo pensó dos veces y para convencer a la menor de que aceptaría el trato la tomó de las mejillas y juntó sus labios en un casto beso.

La sensación de los suaves y dulces labios de Haerin le hizo sentir una sensación extraña.

Se separó rápidamente al sentir las mejillas de la contraria hirviendo. Y si, Haerin estaba completamente roja mientras trataba de comprender lo que había pasado.

-¿Entonces? ¿Harás mis tareas?-Danielle preguntó.

-S-sí.

-Bueno.

Danielle sonrió y salió del salón como si nada hubiera pasado mientras que Haerin seguía ahí de pie, tocando su boca y recordando el beso.

-Danielle me besó... Lo hiciste Haerin... Lograste que Danielle te besara...

Haerin comenzó a dar saltitos de alegría, y quién no estaría feliz si la persona que te gusta te diera un beso.

Pero no fue un beso de amor, sólo fue para que yo haga sus tareas.

Dejó de dar saltos y suspiró triste.

¿Algún día vas a amarme Danielle?

Era lo único que Haerin deseaba, algún día poder ser amada por aquella chica que sólo le prestaba atención a sus apuntes y no a sus sentimientos.

𝗛𝗢𝗠𝗘𝗪𝗢𝗥𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora