011.

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Varios días habían pasado, Danielle había terminado sus tareas y las había entregado a tiempo, recibiendo una felicitación por parte de la profesora, pero claro, todo se lo debía a Haerin quién había aceptado ayudarla.

Además de eso, sus amigas también habían logrado terminar todos sus pendientes y la castaña estaba feliz. Sin embargo había alguien que no lo estaba y esa era Haerin.

Como la pelinegra lo supuso desde un principio, Danielle sólo la había buscado por sus apuntes, ya que después de aprobar el semestre no volvió a dirigirle la palabra.

Jueves al medio día, el profesor de literatura no asistió así que el grupo tuvo hora libre, hora que Danielle aprovechó para descansar en la cancha bajo un árbol junto a sus dos amigas.

En su vida había prestado tanta atención a las clases y ahora que lo había hecho, su cerebro al parecer se había cansado.

Mientras algunos jugaban fútbol otros sólo charlaban en las gradas o simplemente dormían.

-Hey Bobby, deberías de darle un balonazo a la nerd, a ver si así se le acomoda el cerebro.

El amigo del mencionado apuntó a la pelinegra que caminaba tranquila mientras parecía comer galletas. Bobby sonrió con malicia.

Y como era de esperarse, el muchacho pateó el balón con fuerza dándole justo en la cabeza a Haerin, quién cayó al suelo.

-¡A ver si así se te acomoda el cerebro nerd!-Bobby gritó y comenzó a reír.

La pelinegra sólo observó con dificultad como los lentes que Danielle le había comprado ahora estaban rotos en el suelo además de que sus galletas también estaban en el mismo estado.

Y sin esperarlo, las lágrimas comenzaron a salir.

-¡Dani, Dani, Dani!-Yunjin sacudió a una Danielle casi dormida.

-¿Qué diablos quieres?

-Acaban de darle un balonazo a Haerin.

-¿Y a mí que?

Danielle se despertó y observó el lugar donde Yunjin apuntaba, a unos metros estaba Haerin sentada en el suelo mientras cubría su rostro con sus manos.

-Al parecer le afectó, no se ha levantado en varios minutos.

Entonces la castaña recordó cuando ella también le dió un balonazo y la forma en que Haerin lloraba, pero también recordó la carita triste que la pelinegra ponía cada vez que ella la ignoraba o simplemente pasaba de largo, ni siquiera se había dignado a darle un gracias por ayudarla con el semestre y tampoco había cumplido su parte del trato.

Su cuerpo reaccionó y a paso apresurado se acercó a Haerin que aún seguía en el suelo, y su corazón se hizo pequeño cuando la escuchó sollozar. Pero ese dolor cambió a un sentimiento de molestia al ver los lentes rotos.

La castaña se arrodilló frente a la menor y le habló con suavidad.

-Haerin...¿Te duele mucho?-sólo asintió ―Déjame verte, Rin...

Con cuidado tomó sus manos y las apartó de su rostro, observando como las lágrimas aún bajaban de sus mejillas.

-Mira nada más....

Danielle acarició el golpe que se hacía ver cerca de la frente y que al día siguiente sería un gran hematoma.

-Ven, vamos a enfermería, ahí te pondrán algo de hielo y pomada.-Haerin sólo se dejó llevar por Danielle, quién la había tomado de la mano y le había ayudado a ponerse de pie, no sin antes juntar lo que quedaba de sus lentes.

Minutos después, el dolor estaba cesando y las lágrimas también, ahora la pelinegra se encontraba en silencio sentada en la camilla de la enfermería, esperando por Danielle.

-Volví.

Sus ojos brillaron al ver que en sus manos, la castaña traía un paquete de galletas como las que se le habían caído.

A veces me ignoras y a veces eres tan atenta, no te entiendo Danielle.

-Te compré otras, tal vez te suban el ánimo, por cierto ¿No te llevas bien con Bobby?

-No, ellos... Ellos siempre me tratan mal por ser una nerd...

Idiotas.

-Bueno, desde hoy ten por seguro que ya no lo harán.

-¿Por qué no?

Danielle no respondió, al contrario sólo le dedicó una sonrisa y el corazón de Haerin se aceleró cuando sintió los suaves labios de la castaña sobre el golpe y luego otro en su frente.

-Cuídate.

Danielle salió de la enfermería dejando a la menor suspirando.

𝗛𝗢𝗠𝗘𝗪𝗢𝗥𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora