Tu vecino Ghost Riley

Parte 5 Siendo claros

Tratando de recuperar la compostura y el aliento, todavía un poco agitada, abriste la puerta, viendo a un Soap un poco ansioso.

Soap- Ah Abril, pensé que no me escuchaban tocar- por primera vez desde que lo habías conocido, te molestaste con él.

-Si, disculpa Soap pero le estaba limpiando la herida a Ghost.

Soap- Si, si, seguro- te vio incrédulo- como sea, ya se fue tu amiguito pero no creo que deje de buscarte y yo me...- Simon apareció justo a tu lado, caminando hacia la salida, un mechón de cabello rubio sobresalía por el espacio de los ojos de su pasamontañas, evidenciando su pequeña travesura, Soap lo vio entendiendolo todo al instante y evitando reír, se sonrojó- me voy, quizá estaban un poco ocupados.

-Qué... no, estaba limpiando la herida de Ghost, si le dio un buen golpe- dijiste nerviosa tratando de disimular-.

Soap- No sabía que eras tan frágil Ghost- dijo en un tono burlón mientras Simon lo veía incómodo-.

Simon- Ya basta Johnny, nos vamos ahora- lo observó serio.

Soap- Está bien- Simon se giró hacia ti mientras te encogiste de hombros, nerviosa, apretando sutilmente los labios.

Simon- Me puedes dar tu número de teléfono por favor Abril?- asentiste con la cabeza y se lo dictaste mientras él lo registraba en sus contactos de celular, te llamó para que tuvieras su número- cualquier cosa que pase, si viene otra vez ese tipo, llámame y vendré para asegurarme que estés bien si?- lo viste a los ojos y notaste anhelo y preocupación en ellos.

-Si- sonreiste genuinamente, acariciaste su mejilla y le diste un beso simple en la boca encima de su pasamontañas, Soap los veía sorprendido- descansen- Simon asintió en silencio y se unió a Johnny y caminaron hasta su casa entrando en ella mientras los observabas en la puerta de la tuya.

Te sentaste en la mesa de tu cocina mientras te servías una taza de café, sí, definitivamente, su escena de pasión significaba algo, significaba que ambos se gustaban y deseaban lo mismo, nunca habías sentido algo así por nadie, pero Simon Riley rompía con todos los estereotipos de chicos que te habían atraído antes. Aunque en su exterior parecía alguien rudo y frío, habías comprobado que podía ser un hombre apasionado y entregado, pero también tierno y sutil al mismo tiempo, tomaste tu celular viendo su número telefónico en las llamadas entrantes y rápidamente lo registraste, sacaste de la alacena unos panquecitos de mantequilla y te dispusiste a cenar.

Estando en tu habitación, con la tenue luz de tu lámpara de noche, acomodada en el buró a un lado de tu cama, contemplabas el techo oscuro, te mordías el labio inferior sutilmente mientras recordabas ese beso, esas caricias y esas ganas de devorarte que el serio señor Riley te había mostrado, él era lo que tú querías pero por un motivo desconocido el no daba el primer paso, por lo que decidiste ser tú la que lo daría.
Tomaste tu teléfono y le escribiste un mensaje esperando su respuesta. Después de unos segundos, una notificación de mensaje entrante te sorprendió, era Simon, que te había respondido con un "no te preocupes, no dejaré que nada malo te pase", tu corazón se encogió de ternura al leer ese mensaje, le contestaste casi enseguida, una respuesta suya con un "si claro, puedes limpiar mi herida otra vez", te sonrojaste y dejaste el celular sobre el buró y te dispusiste a dormir.

Por la mañana, mientras salías a tu carro para ir al trabajo, diste una vista rápida a la casa de Simon y Soap, el sol apenas estaba iluminando el día, pero no había rastros de ellos, pero sin duda estaban en casa, ya que la camioneta estaba en su entrada.
Tu día transcurrió con normalidad, Rose había asistido a juntas toda la mañana y no habías tenido mucho trabajo que hacer, así que te pusiste a revisar el nuevo contrato de negocios que tendrían mientras comías tu sandwich y tu jugo de naranja. Estabas viendo el documento en la computadora cuando un mensaje en tu celular te sorprendió, era Simon. Tu corazón dio saltos de gusto aplaudiendo y le contestaste con un "estoy bien, desayunando, qué haces tu?" tratando de abrir la conversación, pero su respuesta no fue inmediata.