Parte 2 Nueva vida, nuevas amistades

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Tu corazón palpitaba agitado mientras tratabas de recobrar la compostura, nunca te había atraído ningún chico así, al menos, no de esa manera. Sin decir una sola palabra sabías que el señor Riley te tenía totalmente embobada y te preguntabas mentalmente como era posible que te pudiera afectar de esa manera.

Te quedaste un rato más sentada en el piso mientras Beka te observaba impasible dándose un pequeño baño mientras se escuchaban los pequeños niños disfrutar de un domingo sin tareas ni escuelas, sonreíste para tus adentros y te levantaste del suelo, acariciando la cabeza de tu pequeño minino y te dispusiste a continuar con tu día.

Así transcurrió una semana desde aquel encuentro, poco a poco te fuiste acoplando a tu nuevo estilo de vida, entre tus mañanas apresuradas tomando el transporte a dos calles de tu casa, el trabajo y las tardes de pilates y noches tranquilas de duchas en tu bañera, se fue formando una rutina diaria de tu vida, no tenías aún muchos amigos aunque siempre eras muy alegre, siempre había sido así, tu pequeño círculo de amigos estaba conformado por dos amigas de la escuela y siete chicos a los cuales conocías muy bien, se podría decir que siempre habías tenido facilidad para tener más amistad con chicos que con chicas y aunque estabas consciente de que quizá la gente podría especular de tus motivos para tener más amigos hombres, desde hacía un tiempo atrás eso no te importaba; además siempre habías querido destacar más en lo académico y profesional, eras la asistente de directora de una pequeña empresa de administración, los gastos de la renta de tu casa corrían por tu padre y solo te ocupabas de tus gastos de alimentación y oficina y de Beka claro.

Desde el día de tu encuentro con el señor Riley y Soap, sus encuentros casuales se hicieron más constantes, aunque solo coincidían en el contenedor de la basura de la cochera, en la mayoría de las ocasiones era Soap quien te saludaba amigablemente y en la minoría era el señor Riley, serio, solo te daba un vistazo rápido y entraba a su casa, no habías conocido a alguien tan desconcertante y misterioso como él, sin saber que pensaba de ti o por qué te veía de esa forma; quizá tú vestimenta de oficina no era la adecuada o pensaba que eras unas niña tratando de ser independiente.

Durante tus jornadas laborales, tratabas de concentrarte en tu trabajo y lo hacías bien o al menos ese era siempre el incentivo de tu jefa, "buen trabajo Abril", y le sonreías en respuesta pues además de tu relativamente buen primer salario, eso te motivaba.

Ese viernes tu carga de trabajo había aumentado de último momento y habías salido una hora después, caminabas por la calle casi arrastrando los pies pues tus zapatos de tacón te lastimaban y querías llegar y meterte en tu pijama para ver películas acurrucada en tu cama con Beka, llegando a tu casa, viste a Soap podando el césped.

Soap- Hola Abril!- agitó una mano en el aire saludándote sonriendo, tu le devolviste la sonrisa y el saludo mientras te encaminabas a la puerta de entrada- wow, qué bien te ves- te sonrojaste de inmediato.

- Muchas gracias, tu también te ves bien- no supiste mucho que decir en ese momento mientras lo viste sonreír genuinamente.

Soap- No se que tan bien pueda verme en este momento pero si me he visto mejor, hoy me tocó hacer las tareas mientras Simon fue a recoger a Riley a la pensión, así que para haber hecho todo lo que hice hoy, creo que sí me veo bien.

-Quien es Riley?- le dijiste interesada, solo habías escuchado que ellos dos vivían en la casa.

Soap- Ah- sonrió- Riley es nuestro perro, está entrenado para combate pero no te preocupes es inofensivo, o al menos contigo y con tu gatito si, Riley no te va a lastimar por qué así se lo van a ordenar- se calló abruptamente y te sonrió-

-Ah bueno, no me preocupa mucho eso, bueno, te dejo Soap.

Soap- Si Abril, un gusto verte- le sonreíste mientras te dirigías a la puerta de tu casa.

Tu vecino Ghost Riley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora