ESTA NO ES LA TÍPICA NOVELA DE ROMANCE

Prologo

Lo último que podía recordar era que estaba viendo la pelea de Choi Han, el héroe de Roan, y la estrella blanca, el líder de la organización que acabo con los dos continentes, hasta que la estrella blanca notó su presencia. Murmuró unas palabras que no pudo escuchar con claridad y luego White Star lanzó lejos a Choi Han, para luego activar su poder ancestral de fuego y lo arrojó en su dirección. No tuvo el tiempo suficiente para siquiera pensar en correr o utilizar su lanza cuando el fuego llegó a su cuerpo y terminó quemándola por completo.

No pudo ni asimilar el dolor cuando su cuerpo se incinero. Su conciencia se fue, poco a poco y cada vez más lento. Había muerto. Era el final de todo para ella.

No, NO, NO! Ella no podía morir así, no aún.

Ella tenía que encontrar a su hermana menor, lily, no podía acabar todo ahí.

Su padre estaba muerto, murió protegiendo a los suyos y luchando para que otros no tuvieran que hacerlo y caer. Su madrastra Violan también y su hermano, su inteligente hermano menor, murió incluso antes, luego de sucumbir a las terribles heridas que sufrió en el incidente de la celebración del cumpleaños del rey, en la plaza gloria.

Su hyung Erick murió protegiéndola y ella no pudo hacer nada por él. Nunca pudo decirle lo mucho que lo quería, ni lo mucho que valoraba que siempre haya tratado de estar para ella, incluso cuando su propia familia no estuvo.

Erick, que hizo tanto por ella, termino atravesado por una lanza con mana muerto en lugar de ella, el precio de eso fue su vida.

Lo último que tenía era su hermana lily, o al menos la sensación de que podría encontrarla con vida. Su pequeña y linda hermana, que era solo una niña cuando su territorio fue acabado, fue arrebatada de su lado por los Sekka.

Esa maldita familia, todos ellos eran unos malditos hijos de puta, tenía ya un resentimiento, que no le pertenecía, con ellos.

Pero, a pesar de que antes de matar a Clopeh Sekka este le dijo que su hermana ya no existía más, algo dentro de su corazón le decía que su hermana aún vivía.

Ese sentimiento fue el que la mantuvo viva a pesar de perder a todos los que le importaron.

Y ahora todo se fue. Los sacrificios hechos no importaron, porque ella ya estaba muerta.

Ya no podría encontrar a su hermanita, ni abrazarla para olvidar, solo unos instantes, toda la guerra y perdidas. Pero tenía que acertarlo, ya estaba muerta, ahora solo podía pedir que su hermana Lily pudiera ser salvada.

O eso pensaba.

Sintió algo extraño, y no porque fuera algo que desconociera, no, era algo con lo que estaba demasiado familiarizada, mover su cuerpo.

Pero eso era algo imposible, había muerto quemada hasta los huesos, ni los más grandes magos podrían regenerar su cuerpo y, aunque pudieran hacerlo, nadie con vida lo haría por ella. Porque, después de todo, era una basura y todos la tachaban de inservible y asesina.

¿Era acaso esto lo que los sacerdotes llamaban el más allá? Estaba segura de que estaba muerta entonces era lo más fácil de pensar. Estaba en el lugar al que iban las almas después de morir.

Abrió los ojos, lentamente, y parpadeó un par de veces para acostumbrarse a ¿El cielo? Eso parecía.

Cuando su vista se ajustó a la nueva claridad pudo ver el cielo azul. ¿Por qué estaba aquí? En vida no había sido alguien buena, incluso desde antes de la guerra.

No importaba la razón, se sentía cálido. Admiro el cielo por un tiempo indefinido, sintió una leve brisa mover sus hebras pelirrojas con suavidad.

—Veo que estás disfrutando mucho de estar aquí, Catherine Henituse.