EL TRATO
Paseton estaba confundido.
La bonita y amigable pelirroja lo guió por la mansión, pero a el peli azul le extrañó el hecho de que no se toparon con ninguna otra persona.
Tal vez fue una orden de la pelirroja, a ella realmente no pareció sorprenderle que él estuviera ahí. En cambio, era casi como si lo hubiese esperado.
Teniendo en cuenta que se dirigió ahí por el aura que la pelirroja desprendía tenía sentido, o eso es a la conclusión a la que llegó luego de analizar un poco las cosas.
Sin que Paseton lo notara, al estar tan metido en sus pensamientos, la pelirroja se había detenido. Sólo se dió cuenta cuando estaba por chocar con la chica y esta lo detuvo colocando su mano sobre el pecho de el mayor.
Catherine, por su parte, estaba nerviosa. Claro que el dios de la muerte le había dicho que tendría visitas, pero nunca le dijo que una de ellas sería el hijo mestizo del rey ballena. Aunque, pensando un poco más, le podría servir tener una buena relación con el príncipe de la tribu de las ballenas.
Claro que no esperaba un apoyo grande, pero, si jugaba bien sus cartas, algo podía obtener.
Estaba segura que le ayudaría tener el mar vigilado. Mucho más sabiendo lo que se avecina, tanto por sus recuerdos como por los libros.
Aunque no sabía que es lo que el hombre pretendía hacer. Para su mayor calma, el hecho de que los artefactos del dios de la muerte no reaccionaran negativamente, significaba que no era nada malo o peligroso que atentara contra su seguridad.
Daría su mayor esfuerzo por no cometer un error y terminar en guerra con la tribu ballena.
Tendría suficientes guerras en un año más y vivió suficientes para no querer otras distancias.
Finalmente llegó a su destino, su oficina, ese lugar que no uso durante toda su vida ahora se convirtió en el lugar en el que planearía todo a futuro.
Detuvo al peli azul que casi choca con ella y abrió la puerta, invitando a este mismo a entrar. El chico entendió y, un poco vacilante, dió un paso adelante, para luego sostener la puerta dejando que ella pasara primero.
—Incluso si la dama soy yo, tú sigues siendo el invitado. Quien debería pasar primero eres tú.
—Insisto.—Respondió de forma cortez el peli azul, no quería faltarle al respeto a la señorita.
La pelirroja simplemente asintió y pasó por la puerta. Como sea, no haría esta situación más lenta de lo que era. Se sentó en su escritorio y esperó a que el peli azul se sentara en la silla frente al escritorio.
El chico lo hizo y Catherine procedió a presentarse ante el chico, no necesitaba hacer las cosas tan largas.
—Primeramente, buen día, soy Catherine Henituse.—Ya tenía conocimiento acerca de quien era el chico frente a ella, pero no pasaba nada si corroboraba un poco.
—Me llamo Paseton, es un placer conocerla, señorita Henituse.—Sin cambiar su expresión, la pelirroja asintió en reconocimiento.
—Llámame Catherine. Ahora, vamos a lo que realmente interesa.—La chica procedió a sacar algo del cajón de su escritorio mientras Paseton la observaba, atentamente, vigilando cada uno de sus movimientos.
La pelirroja no parecía ser peligrosa, es más, su aura era de una santa, una presencia divina, bondadosa y justa. Le causaba una sensación de tranquilidad que, a pesar de sus intentos, no le permitía ponerse en alerta contra ella.
La chica no se inmutó ante su mirada, simplemente se encogió un poco de hombros y no le tomó mucha importancia.
—Supongo que si viniste aquí es por algo.—El chico la miró y asintió, confirmando lo obvio.
—Sí, no estoy seguro de que lo sepas pero hay un aura divina a tú alrededor.—La pelirroja se sorprendió, pero lo ocultó muy bien del chico.
Por supuesto que lo sabía, pero no tenía ni idea de que alguien más, que no fueran sacerdotes o santos, pudiera sentir esa aura.
Sin previo aviso, la voz del dios de la muerte se escuchó dentro de su cabeza {Que descuido de mí parte. Las personas que yo considere que serán grandes aliados tuyos pueden sentir el aura divina que desprende} Y, tan repentina como llegó, la voz se fue.
Catherine maldijo tanto al dios de la muerte, en su mente, que estaba comenzando a fruncir un poco el ceño, pero recordó que estaba hablando con Paseton así que lo dejó pasar para concentrarse.
Tarareo un poco y después colocó unos papeles a la vista de Paseton, él los observó por un momento, estaban en blanco.
—Si viniste aquí por eso, puedo suponer que quieres ayuda, ¿es así?—Paseton asintió, un poco nervioso.—Bien. Entonces quiero que escribas que quieres que haga por ti y luego yo agregaré cláusulas.
—¿Eh?—El chico se sorprendió, no esperaba eso.
—Estamos haciendo un contrato.—Le dijo la pelirroja.—Yo te ayudare si considero que puedo hacerlo y tú me regresaras la ayuda en la misma o similar medida.
La explicación de la chica fue suficiente para que el peli azul comenzara a escribir.
Luego de que terminara, la joven noble leyó lo que el chico escribió y estuvo de acuerdo en ayudarlo. No eran cosas muy grandes, era sólo ayuda para llegar a un punto específico del bosque de la oscuridad, del cual Catherine sabía la ubicación exacta gracias a los libros que le dió el dios de la muerte. También pedía permiso y apoyo para inspeccionar el lugar.
Catherine simplemente agregó como clausura que, debido a los dos favores, Paseton tendría que ayudarla a ella y, para asegurar una buena relación y no solo deuda de favores por contrato, le propuso mantener contacto para cualquier circunstancia que pueda surgir.
La pelirroja sabía el trágico final que tendría el chico peli azul, así que decidió que lo evitaría por que era preferible tenerlo de aliado a que dejarlo fallecer de forma dolorosa.
Ambos firmaron el acuerdo, en el papel, y se dieron la mano para pactarlo. Sin saberlo, la chica había conseguido lo que sería uno de sus mejores aliados y un gran compañero.
1029 Palabras.
Díganme, quieren que ya agreguemos a
la transmigrada que cree que puede ser mejor
que Catherine, o agregamos primero
a los niños preciosos que tanto amamos.Los leo en comentarios. Tomen agua,
coman saludable y estudien, no sean
como yo que llevo dos semanas
que no asisto a clases.1080 Palabras.
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ESTA NO ES LA TÍPICA NOVELA DE ROMANCE
Fiksi PenggemarChae Min-Ah es una chica coreana, o al menos lo era antes de transmigrar a una novela de romance. La novela a la que transmigró trata sobre la joven señorita Tanalia Sekka. La joven es obligada a casarse con Alberu Crossman, el príncipe heredero del...