Capítulo 7

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Respiró lentamente, buscando calmar las ansias que la atormentan para evitar decir o hacer algo de lo que más tarde podría arrepentirse. Porque ahora mismo se encontraba en donde menos quería estar desde su infancia antes de retroceder en el tiempo, una reunión social de nobles.






Catherine planeaba pasar los próximos días tranquila, planeando a futuro mientras cuidaba de los dos niños a los que acogió sin que nadie se diera cuenta. No es que los niños fueran una molestia, pero los rumores que sin duda surgirán si la sociedad noble se entera de ellos sí lo serán.

Por eso, y por cuestiones de seguridad, sólo Catherine, Hans y Beacrox, tal vez Ron también, sabían de la existencia de los niños.

No se los ocultó de Ron, pero tampoco se lo dijo directamente, aunque no dudaba de que él ya lo supiera. Catherine quería involucrarse lo menos posible con Ron.

De todas formas, la dejaría sola para cumplir con su venganza en el momento en el que Choi Han apareciera. Lo mejor era evitarlo para que al final su abandono no doliera tanto.

En el caso de Beacrox, no era tan cercana a él, de todas formas. Tal vez, cuando eran pequeños y su mamá todavía esta viva, lo fueron, pero ya no más.

Todo lo bueno que pudieron tener se perdió cuando ella comenzó a actuar como basura, aunque Catherine nunca admitiría que realmente quiere a Beacrox y que él fue como un hermano mayor para ella. Ya no valía la pena, porque eso ahora no significa nada.

Y Hans, se sentía en deuda con Hans. Después de que los Molan se fueran, Hans fue el único en toda la mansión Henituse que se mantuvo a su lado.

Todos estaban demasiado ocupados cuidando de Basen, claro que ella no reprochaba eso, porque se hirió demasiado en el incidente de terror en la plaza gloria. A pesar de que la prioridad claramente era la salud de Basen, Hans cuidó de ella y sus heridas por la paliza que el loco héroe le dió.

Y, por si fuera poco, en la guerra, fue el único que la siguió sin importar que.

Cuando perdió a toda su familia, su territorio y gente, cuando Erick se sacrificó por ella, quien estuvo siempre a su lado apoyándola a pesar de todas las adversidades y problemas fue Hans y sólo Hans.

Antes de que Paseton se fuera de la mansión Henituse usó unos de los artefactos que el Dios de la muerte le había regalado, específicamente el conjunto de rubí que le permitía saber dónde estaba.

Si recuerda bien, en una parte de los libros que el Dios de la muerte le dió se menciona que el hijo de el rey ballena murió por el veneno de sirena ya que, al ser un mestizo, era él al único de la tribu ballena al que podía afectarle.

Aunque su cuerpo nunca fue encontrado, todos los de la tribu ballena sabían con certeza que él ya no estaba vivo.

Pero Catherine no le dejaría morir, al menos no de esa manera, completamente solo agonizando en dolor.

Alguien como Paseton, que desde el primer instante era honesto y recto, merecía vivir una vida plena y duradera en lugar de morir. Además de que ahora era un aliado.

Mientras Paseton no le traicionara, Catherine le protegería.

Ayudar a su gente y aliados era primordial, incluso en la guerra en la que no se podía estar seguro de nada.

En su línea de tiempo anterior, una de los héroes encontró la cura para el veneno de sirena, la propia sangre de las sirenas, cuando intentaba salvar a sus compañeros héroes de morir por el mismo.

Con ese conocimiento, sólo había que atender al mestizo a tiempo o, preferiblemente, evitar que sea envenenado. Por ahora sólo se centrara en cuidar a los niños.


















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⏰ Última actualización: Sep 19 ⏰

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