Años atrás...

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-¿Por qué volviste? - pregunto una voz a su espalda, 

-Raul - respondió Laura volteándose a el, 

- al principio te entendía, la necesidad biológica, la juventud, etc etc, volvías cada verano, recreabas tu amor de juventud, te acostabas con Eros varias veces, se gustaban estaban solos, no había problema, pero ahora, vamos picando los ta , vamos para atrás Laura no nos hacemos mas jóvenes, esto tiene que parar.

- Mira quien habla - se dio vuelta y confronto a Raúl cara a cara, la lluvia cayendo entre ellos sin interrupción, estaban empapados pero no parecía importarles. - ¿Con cuantas te has acostado tu? Cien, doscientas, o quizás mas de quinientas. No seas cínico ni me vengas a dar lecciones a mi, tu lo convertiste en el monstro que es y ahora te arrepientes. Por primera vez la moral toca a la puerta de Raúl Ferrer, felicidades. - dijo aplaudiéndole en la cara.

- No, yo no lo convertí en ningún monstro, fuiste tu quien lo convirtió, poco a poco te llevaste pedacitos de su alma contigo. Esta con Claudia ahora, enfrenta la idea de que ya no eres la primera.

- ¿Cuántas veces le ha sido infiel? - pregunto ella alzando los brazos al aire - ¡Dímelo! Llevan mas de cinco anos que yo sepa, y en todo ese tiempo, ni una sola vez, ni una sola vez, Eros ha dejado de estar conmigo. Ni una.

- Admítelo Laura, eres la otra, tu misma lo has dicho, eres la otra, ¿quieres vivir tu vida así? Si algún día fuiste la primera fue un tiempo muy lejano atrás.

- La envidia te corroe ¿verdad?

- No se de que hablas.

- Creo que sabes perfectamente de que hablo. Y dices que no soy la primera, pues te equivocas pues yo no tengo lugar, no soy primera ni segunda, soy la única, el se acuesta con ella pensando en mi, queriendo que sea yo, el la besa con los ojos cerrados para pensar en mi, el me ama mi solo a mi, te apuesto mi vida que esta allá adentro preocupado por mi, menos de cinco minutos para que se aparezca aquí.

- Si que te crees cosa, si que no eres la chica que conocí hace diez años. La dulce Laura, la pobre Laura que todos fastidiaban, no para nada, te has convertido en una calculadora hija de puta. Años bajo tu mano manipuladora, pero no esta vez,

- ¿Qué pasa aquí? - Laura no podía esconder la cara de felicidad cuando escucho su voz, cuando sus ojos se clavaron en los suyos el mundo desapareció. No dudo en salir corriendo y lanzarse en sus brazos. Eros la recibió sin pensarlo dos veces.

- Raúl te dije que no te metieras en esto, este es mi problema y mío solo.

- Como digas pero no vengas a nosotros cuando ella se evapore - los malos recuerdos su arma favorita - pero no, ¿verdad? Disculpen Claudia esta en la foto familiar, ella es la chiva expiatoria en esta historia. Laura viene te hace la misma mierda pero tu corres a los brazos de Claudia, la inocente y dulce Claudia. Y lo peor de todo esto, es que saben que tengo la razón. decidan esta situación de una bendita vez.

- no le hagas caso - dijo Eros a Laura, - esta tomado y no ha tenido sexo en dos semanas. Tengo que volver a dentro es tarde, y Claudia...

- Claudia... Claudia.... - exclamo Raúl con los ojos clavados en Laura, - no me digas no te lo dije, tal vez lo que estoy haciendo aquí es ayudarte. Claudia es la esposa, tu eres la otra.

- ¡Raúl! - grito Eros pero demasiado tarde ya la semilla estaba sembrada en la mente de Laura, después de todo ella si que era la otra.

Eros volvería a la cama con su mujer y ella se quedaba en el frio. Raúl le dio la espalda a ambos, camino en dirección al campamento. Laura se separo de Eros bruscamente, dio dos pasos al frente, luego tres, quería perderse en el bosque, una cosa que el no le permitiría.

- habla conmigo, ¿qué te pasa? - pregunto el, apoyando las manos en los hombros de ella con el objetivo de detenerla pero ella los esquivo bruscamente.

- No hay nada que hablar, el tiene razón, ¿quién lo iba decir tenia que Raúl abrirme los ojos? Te he hecho mucho daño, nos he hecho mucho daño, soy una hija de puta y el tiene razón.

- No digas eso, no es tu culpa, es de ambos, tu lo sabes-pero mas mía que tuya pensó ella

- Vuelve allá, sabrá dios que le abra dicho él a la pobre Claudia.

Eros quería asentir, dar media vuelta y regresar al lado de su esposa pero sus pies estaban atados a la tierra, pareciese que con la lluvia le habían salido raíces pero no era causa de la lluvia era causa de la mujer que tenia enfrente, siempre que ella estaba alrededor se le inmovilizaba el cuerpo. Dio dos pasos al frente, luego dos mas, sus narices se encontraban a milímetros, ella levanto la mirada y se encontró con dos ojos hambrientos, mantuvo los brazos cruzados sobre el pecho, retiro la mirada para disimular una lagrima, sabia que si llevaba las manos a los ojos estaba perdida, no quería darle a notar su vulnerabilidad.

- ¿qué nos paso? - la pregunta se escapo de sus labios, Eros abrió los brazos pero ella no de atrevió a entregarse a ellos, no hubo necesidad, el dio medio paso al frente, tomo los hombros de ella, y la abrazo aun ella teniendo los brazos cruzados sobre el pecho.

- Paso el tiempo, eso fue lo que paso, decidimos esperar y el tiempo nos agarro.

- dime que no es demasiado tarde, que aun podemos arreglar esto, que tenemos una solución, pues la verdad, yo sin ti no puedo vivir - volvió la mirada a los ojos de él, pero aquellos brillaban con duda, lo vio tragar, e inspirar...

- Claudia... es ... - ella no podía creer lo que sus oídos acaban de oír

- ¿que es?

- no es complicado, es fácil, no hay peleas, no hay dramas, al fin puedo respirar, pero esta atracción que siento, este descontrol, esta adición - dio dos pasos al frente separando la separación entre ellos, ella elevo el rostro, la lluvia confundiendo sus lágrimas que no paraban de rodar por su mejilla, sabia que este era el fin, que sus palabras sonaban a un adios, 

-entonces, ¿qué quieres?

-no se, J

- ¿quieres que siga con mi camino? Me iré y no volveré nunca más,

-hazlo, por una vez en tu puta no vida haz lo que prometes, las mil veces que sacaste las maletas, las mil veces que recogiste tus cosas de mi apartamento para volverlas a poner de vuelta, esta vez sal de mi vida, y no vuelvas a entrar...

Esas palabras dolieron mucho más que una bala, se miraron por un largo tiempo, al fin ella termino asintiendo, inspiro, cerro los ojos... y espero... al abrirlos el no estaba allí. No seria como si nunca paso, se mentían, sabia que se verían otra vez, sus vidas estaban entrelazadas, sus familias eran amigas, no podrían evitarse...

La única forma seria tomar esa maestría... y intentar rehacer su vida, intentar olvidar, forzarse a olvidar.

Su padre no lo tomaría muy bien, ni su madrastra, años más fuera de casa, pero era lo que tenia que hacer. Eros y ella no podían compartir el mismo aire, menos el mismo universo, Miami les quedaba muy pequeño.

Le pidió espacio, y se lo daría.


Puntos Suspensivos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora