00. Bennet

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★┆capítulo uno: Bennet




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Sophie Bennet estaba haciendo lo mismo que solía hacer cada noche, escribir, mientras escuchaba como salían suaves notas de su viejo tocadiscos. La poesía o las simples historias de romance habían sido su lugar seguro desde que sus padres le dieron su primer libro de Jane Austen, y desde que luego ella fue alimentando ese amor por las letras leyendo a autores como Shakespeare o Lord Byron.

Sophie no contaba con muchos amigos, en el instituto público al que iba no había mucha gente que ella podía considerar afín, le caían bastante bien la mayoría, pero apenas podía entablar conversación con nadie, ya que nadie se interesaba por los mismos temas que ella, y ella no entendía muy bien sobre lo que hablaban los demás, y estar hablando sobre gente y criticando como se vestían no es que le gustara mucho, desde pequeña aprendió a encerrarse en su propio mundo sin tener las ganas de fijarse en los demás.

Por eso, de vez en cuando se ponía a leer Orgullo y Prejuicio, imaginando que acompañaba a todas partes a Elizabeth Bennet, a la que consideraba como su hermana por el hecho de llevar su mismo apellido y mismos intereses.

—Sophie, ¿Puedes salir al salón un momento por favor?

Normalmente su madre llamaba a la puerta delicadamente para no molestar haciendo ruido a Sophie. Pero esta vez ni siquiera había tocado a la puerta, por eso Sophie se extrañó bastante, debía ser algo bastante importante, y no dudó en salir enseguida de su habitación.

Cuando bajó las escaleras de caracol decoradas por una alfombra roja que ya se podía considerar vieja y polvorienta vio a su padre y abuelo muy serio mirándola en el salón.

—Buenas tardes Sophie querida — La saludó su abuelo con esa sonrisa que Sophie había guardado en sus recueros. Ella y su abuelo tenían muy buena relación, ya que prácticamente él era el único que estaba en casa siempre y la había creído. Deseaba que su padre hubiera salido a su padre. Pero pese a que el padre de Sophie siempre había querido lo mejor para ella, nunca había desenlazado una buena relación con su hija.

—¿Qué pasa padre? — Preguntó Sophie un tanto confusa mientras entraba al salón.

—Tu padre y yo hemos tenido una gran idea hija — Murmuró la señora Bennet desde el sillón beige que hacía poco había ocupado — Lo hemos hablado con los Dalton y lo ven bastante factible.

Sophie se quedó un poco extrañada, ¿Qué tenían que ver los Dalton con una decisión importante que habían tomado sus padres? Ah no ser que... no podía ser.

—No es eso — Dijo la señora Bennet al ver las caras de asco que estaba haciendo su hija después de haberse quedado pensando — No te obligamos a casarte con el joven Dalton tranquila. Aunque seria un buen partido. La última que le vi estaba más atractivo y tendrá un buen trabajo.

—Mamá, para por favor, que asco, en la vida se me ocurriría — Contestó Sophie mientras todavía tenía esas expresiones de asco en su cara. Quizá otras chicas tenían prohibido hablar así o comportarse así, pero pese a que los Bennet tenían mucho dinero y eran una familia respetable siempre habían dejado a su hija desarrollarse y hablar o actuar como ella quisiera, mientras que fuera educada.

Sophie conocía a Charlie Dalton desde que eran pequeños. Ella había crecido siendo educada, estando en su propio mundo y siendo introvertida, en cambio, Dalton lo hizo siendo un gamberro extrovertido, pero que al igual que Sophie, albergaba un gran amor por las letras, cosa que a la mayoría que no estudiaba con él Welton le resultaba difícil creer.

Normalmente Sophie se convertía más segura de si misma y extrovertida cuando estaba junto a Dalton, pero eso era algo que ella no iba a admitir en esta vida ni en la siguiente. Todos sabían que Sophie odiaba a Dalton con toda su alma, aunque extrañamente cuando estaba junto a él se la veía genial y muy feliz, pero cuando volvía a separarse de él volvía a jurar que lo odiaba.

Y sobre lo que decía la señora Bennet era algo que Sophie ya estaba cansada de escuchar, ya que lo había estado escuchando toda su vida, tanto de parte de su madre como de la señora Dalton. Ambas querían que sus hijos al convertirse en adultos se casaran, pero eso era algo que ellos habían respondido asqueados durante toda su vida.

—Vas a ir a Welton — Declaró su madre sin miramientos.

—¿A Welton? ¿Dónde va Charlie? Pero es una escuela para chicos solo — Mencionó Sophie todavía extrañada. Como iba a ir ella a Welton si solo era para chicos.

—A tu padre y a mí no nos gusta lo que te están enseñando en tu escuela, y a Charlie le dan clases muy buenas, hasta le enseñan latín — Menciono Claire Bennet, su madre, todavía sentada en el sillón beige — Los Dalton nos dijeron que podían conseguir que te admitieran.

Las palabras de sus padres no cobraban sentido del todo en la cabeza de Sophie. ¿Ella en Welton?

—Le hemos pagado una gran suma de dinero a Welton y has sido admitida en la escuela para este último curso y poder entrar en una gran universidad — Acabó de explicar su padre.

Por una parte, esa idea le gustaba a Sophie, el tener la oportunidad de aprender más profundo sobre temas que a ella le intensasen, y tener la oportunidad de ir a una gran universidad, ya que las mujeres no solían ir a universidad como por ejemplo Harvard o Cambridge. Pero por otra parte sabia que ser la única mujer allí iba a ser difícil, no para hacer amistades, ya que tampoco tenia amistades, no le importaban si eran mujeres o hombres, mientras tuviese seria bien. Lo difícil seria encajar o por ejemplo que los profesores entiendan que no es un hombre. Pero lo peor seria tener que aguantar a Charlie Dalton todo el curso.

—Además, allí conoces a Charlie — Dijo su madre muy repentina — Podréis hablar otra vez, ya que no os veis desde abril por perdernos las vacaciones porque estabas enferma — En realidad Sophie fingió estar enferma para no tener que ir a esas vacaciones con los Dalton — Y él te puede ayudar en lo que necesites.

Sophie estuvo toda la noche sin dormir porque resulta que al día siguiente era cuando la tenían que llevar a Welton, y ahí todo cambiaria. Ella dejaría su casa durante meses, y todo lo que conocía, para estar en una habitación minúscula rodeada de habitaciones donde estaban los chicos. Iba a ser un curso, un tanto interesante.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐚𝐤𝐞𝐬 | 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐢𝐞 𝐃𝐚𝐥𝐭𝐨𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora