Just Close Your Eyes

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El aliento caliente de Michael golpeando contra la piel de tu abdomen era ciertamente agobiante.

Hacía que la piel de tu cuerpo se erizara y enviaba escalofríos que recorrían tu espalda y a veces llegaban a hacerte temblar violentamente.

Estabas tan asustada, tan anonadada que tú cuerpo se sumergió en un frío indescriptible. Solo sabías que se sentía frío desde los dedos de tus pies, hasta la punta de tu nariz.

Michael decidió que para ese momento se había cansado de los "besos" en la marca que había dejado en tí.

(Aviso, contenido sensible NSFW)





Pronto Michael movió sus manos hacia el borde de tus pantalones. Tu mirada se abrió en terror en solo un segundo y sin dejar que procesaras la escena por completo Michael ya había arrancado cualquier prenda de la parte superior de tu cuerpo.

Querías gritar, pero sabías que no serviría de nada. Querías luchar pero sabías que eras más débil. El miedo era tu aliado, era lo que siempre decías, pero nadie te habla de la impotencia que se siente el estar sometido a una situación así y saber que sin importar lo que hagas, sea cual sea tu decisión, tu cuerpo será vulnerado sin que puedas hacer nada.

Empezaste a sollozar con más fuerza, ya sin importar medir el volumen de tus llantos. A Michael no pareció importarle como antes, el simplemente estaba enternecido en una zona específica de tu cuerpo que le llamaba la atención.

Lo había mencionado antes. No era la primera vez que veía tal cosa como el sexo, pero nunca lo había experimentado y ahora estaba curioso.

Tenía una mirada hambrienta, llena de lujuria, disfrutando esa sensación intoxicante que envolvía su cuerpo con fuerza.

Esa sensación tenía cuerpo y voz propia, porque él podía jurar que una voz tenue le hablaba en susurros, le decían lo que tenía que hacer, lo llenaban de esa sensación, lo invitaban a experimentar aquello que siempre había observado con tanta curiosidad.

Relamió sus labios como si estuviera pasando por una resequedad terrible, o como si estuviera hambriento, a punto de deborar su presa y comerla de un solo bocado.

De hecho no estabas preparada para lo que iba a suceder a continuación, pues así es como Michael Myers abrió tus piernas de lado a lado, incluso tuvo la audacia de poner una de tus piernas sobre su hombro para tener más fácil acceso a tu zona íntima.

Estabas a punto de protestar cuando sentiste la lengua húmeda de Michael rozar la piel de tu intimidad haciéndote jadear y cubrir tu boca para evitar hacer algún sonido.

Pronto el pequeño roce de Michael se volvió en movimientos rápidos y profundos, saboreando tu escencia y metiendo su lengua una y otra vez en tu interior. Odiabas aceptarlo, odiabas disfrutar de la sensación, pero se sentía tan bien...

Tanto que en lugar de empujar su cabeza fuera de tu zona decidiste meter tus dedos entre su espeso y rubio cabello y tomarlo para incitarlo a seguir con su cometido.

Él gustosamente siguió saboreandote mientras escuchaba los tenues y profundos sonidos que salían de tu garganta y lo hacían sentir cada vez más excitado.

Tu estómago se sentía como un caos mientras tú respiración se volvía cada vez más y más entrecortada. Tu pecho subía y bajaba frenéticamente y cerraste los ojos con fuerza mientras arqueabas tu espalda para conseguir un mejor alcance.

Simplemente no podías pensar en si estaba bien o no, te sentías culpable, pero la sensación de placer era como una espesa niebla que borraba cualquier rastro de otra sensación y pensamientos que no fueran el toque de Michael.

Era embriagador, intoxicante y estimulante...

Michael siguió con su cometido hasta que sintió que no era suficiente, su zona baja goteaba un líquido pegajoso y podía sentir la presión de su miembro ejercer contra la tela de su pantalón.

Él sabía que hacer, pero se sentía extraño, era como si un sentimiento desconocido lo detuviera de seguirte tocando. Aunque su mirada recorría cada centímetro de tu cuerpo, veía con hambre la manera tan lasciva y vulnerable en la que te encontrabas y como tú cuerpo parecía llamarlo en vez de rechazarlo cómo antes.

Un sentimiento de duda lo inundó, era extraño, lo era porque no recordaba la última vez que había sentido algo además de odio y asesinar a todo y todos.

Tu observaste la figura de su cuerpo iluminado por la luz de la luna a través del ventanal, era una escena extraña y no sabías cómo sentirte ahora. Era como si todo en tu cabeza se volviera un caos y no pudieras pensar claramente. Tan agobiante que un dolor inmenso te hizo caer sin fuerzas sobre la cama y cerrar los ojos automáticamente.

Michael te observó por un momento, curioso de tu reacción, pero rápidamente todo aquello que había llenado su cabeza se despejó, dejándole el camino libre para poner en marcha su cometido.














Haré pronto una segunda parte, lamento no haber subido capitulos como siempre, he tenido que pasar por muchas cosas y hace poco me robaron el celular donde trabajaba para esta historia.

Pido una disculpa y actualizaré pronto, muchas gracias por su comprensión, Los quiero mucho!

Cold Blood (Michael Myers x Tn) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora