THE RAIN HITS

1.3K 119 9
                                    

Cuando Michael se separó del beso después de un rato pudiste notar un fino hilo de saliva cuando se separaron.

Cerraste los ojos, no querías mirarlo, estabas avergonzada. No con él, estabas avergonzada contigo misma.
"Esto es como esas típicas historias donde la protagonista sufre síndrome de Estocolmo." Pensaste para tí misma. Pero no querías aceptar un comportamiento como ese, pues eras una prestigiada psiquiatra, ¿cómo podrías caer en algo tan nefasto como eso?... ¿Verdad?

Michael volvió a tomarte de la mejilla con fuerza, el quería volver a besarte, sentir sus labios jugueteando con los tuyos. Le encantaba la forma en la que parecias querer resistirte a él, pero no lo lograbas. Era algo que lo exitaba inmensamente, era por supuesto, algo interesante.

-No- murmuraste en voz baja tratando de alejarlo. El miedo se había apoderado de tu cuerpo, pero tu mente seguía sin aceptar la situación.
-por favor...- Estabas cayendo en lo más profundo de la miseria, te sentías tan indefensa y vulnerable, sentías que el podría quebrarte en pedazos en cualquier momento, pero no querías ser violentada de esta manera.

La mirada de Michael se clavó en tus ojos como cuchillos recién afilados, era una mirada asesina, tan amenazante que no pudiste evitar temblar con más fuerza. Cerraste los ojos nuevamente, pero el solo aumentó la fuerza en su agarre.

Sus ojos se paseaban por todo tu cuerpo, que resaltaba debido a la ropa mojada que llevabas encima. Notó tus caderas, tu pecho y tu abdomen, algo en el lo empujó a explorarte y seguramente nada lo iba a detener, ni siquiera si rogabas por detenerte. A él no le importaba nada de eso, solo pensando en su propia satisfacción pues te veía como un objeto al cual poseer.

Michael Tomó tus muñecas entre su mano, acorralandote contra la cama y dejándote completamente vulnerable.
No dijiste nada, solo sollozabas en voz baja rogando porque todo fuese una muy bizarra pesadilla, pero la realidad estaba mucho más lejos que eso.

Él posó su mano libre en tu abdomen, tocandolo con delicadeza y marcando cada línea de tu silueta, apretando suavemente tus caderas mientras notabas un hambre creciente en sus ojos. Su mano subió un poco más arriba, deteniéndose en el inicio de tus pechos. Un escalofrío recorrió tu cuerpo mientras tus nervios estaban de punta.

Su dedo índice se paseo por el borde de tu sosten, siguiendo las curvas hasta el final. Se detuvo un momento antes de soltar tu agarre de tí. Creiste que ya había terminado, pero no podías estar más equivocada.

Comenzó a desabrochar los botones de tu camisa si es que a eso se le podía llamar así, pues empezó a abrir tu camisa con tanta fuerza que algunos botones salieron volando por toda la habitación, cayendo escandalosamente en el suelo. Tu trataste de empujarlo pero el ni siquiera se movía, simplemente continúo con lo único que le interesaba, hasta que dejó tu pecho descubierto aún con tu sostén.

-No, Michael! No lo hagas por favor...- gritaste en pánico, definitivamente no querías esto, no podías dejar que eso sucediera. Trataste de golpearlo, pero eso solo lo hizo enojar más. A cambio, recibiste una fuerte cachetada que te hizo cerrar la boca de inmediato.

Te sentías impotente, te sentías tan indefensa, tan mal que las lágrimas no tardaron en bajar por tus mejillas como agua. Tu cuerpo simplemente dejó de luchar y te quedaste completamente bajo su Merced, esperando que lo que fuera que iba a hacer llegara a su fin.













(Atención, contenido NSFW/abuso. En ningún momento tienes porqué sentirte atraído hacia esta acción. No me hago responsable si siguen bajando.)








Michael sacó su característico cuchillo y lo hacerco lentamente a tu pecho... Pero no hiciste nada, no te moviste ni gritaste. Solo presionaste tus dientes con fuerza sintiendo como tú cuerpo se ponía cada vez más tenso. No querías ver, pero algo te empujaba a observar, era como una tortura.

Cold Blood (Michael Myers x Tn) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora