Prólogo

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El egoísmo del hombre es tal, que hay que mostrarle la recompensa en una vida próxima para poder hacer el bien en esta. El hombre es tan, pero tan soberbio que estando vivo quiere ser inmortal, siendo inmortal quiere estar muerto, y estando muerto quiere estar vivo. En la mente del mismo hombre no cabe sus propias capacidades; pero hay algo de lo que cada hombre está seguro, y es que cada hombre es un mundo, cada mundo mira una realidad diferente, pero hubo uno de entre todos que entendió la realidad de la vida en la existencia.

Que fuerte se ha vuelto la filosofía en la mentalidad del hombre, que aún tras la muerte existen dudas, incluso aún de verlo todo sienten que no han visto nada porque no se conocen a sí mismos, menos conocerán lo que no pertenece ni a la mente que ha tergiversado la sencillez de la realidad que delante de sus ojos se ha escondido.

En lo más recóndito de la absoluta nada, solo miraba al techo de la imagen negra que yacía en cada lado al cual mirase. Esperaba algo, no sabía qué, solo tenía el presentimiento de que algo estaba a punto de suceder, pero no sabía qué era.

He visto cientos de hombres a través de la eternidad del universo, pero al parecer hay algo que aún escapa incluso a mí misma comprensión — Hizo presencia la voz de la existencia misma la cual hablaba con cada parte del moribundo cuerpo, cuerpo el cual no entendía nada de lo que estaba pasando, pero era lógico.

Un hombre nunca ha podido entender al 100% lo que ve, entonces, ¿qué presentaba la posibilidad de que pudiera entender lo que no ve? Exacto, nada. No perdía nada contestando a aquella voz y resolver las exasperantes dudas que presentaba.

Antes incluso de comentar su duda quedó en silencio, puesto que ya no encontraba sentido ni siquiera al mero hecho de responder, no le parecía lícito mediar una sola palabra siendo ya inexistente según sus esquemas.

Deja a un lado lo que piensas, tus dudas, tus sentimientos, tus emociones; tu vida pasada, lo que estás pasando ahora y solo pregunta, total, ¿qué es lo que hace al hombre lo que es? — Mencionó la voz de la existencia, frente a lo que el cuerpo aún moribundo no hizo caso, y quedó aún sin expresar sus dudas a la existencia.

Tal vez no me creas, pero yo también tengo dudas — Las palabras de la existencia llamaron la atención del moribundo hombre, el cual a simple vista no parecía tener ningún interés en lo que le decía la existencia, pero a la existencia nada de lo que existe se le escapa, conociendo bien dentro del chico que existía un cierto interés por saber a lo que se refería.

Yo la existencia he estado desde eternidades observando a cada raza, cada especie, cada embrión, cada átomo, cada planeta, y entiendo todo lo que vino después de mí, pero no entiendo lo que vino antes de mi — Las palabras de la existencia eran contundentes y buscaban aumentar el interés ya presentado en el chico, a lo que continuó hablando — Conozco la creación de todo, pero no conozco la creación de mí; al final del día, incluso los poderosos tenemos nuestras propias dudas, lo que indirectamente nos hace... como hombres.

La lógica de la existencia hizo cerrar los ojos al moribundo quien, sumergido en sus propios pensamientos, prefirió simplemente no hacerle caso a la voz de la existencia, viendo aquello como simplemente algo sin sentido que no tendría ninguna clase de repercusión en el futuro de la realidad, pero al parecer estaba más equivocado que cualquier otra cosa.

Existen tres planos existenciales, en donde estás tú es el tercero y más pacífico, el segundo es uno neutro y, el primero, es uno caótico, entonces te pregunto, ¿quieres acceder a alguno de estos planos existenciales? — La existencia no demostró rodeos en la pregunta incitando al chico a mover sus ideales a un lado y simplemente empezar de nuevo.

Hombre de Guerra - Yo en DXDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora