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Hasta en el infierno había poder, tal y como en la tierra había gente más poderosa que otra, obviamente él más poderoso era yo, pero el demonio que me seguía no se quedaba atrás, era sádico y puramente malvado, pero con principios. Alejo Acosta, mi mano derecha, era parte de mi familia, lo consideraba mi hermano.

— Ysy: ¿de que me perdí? —sonrió, había estado de vacaciones en el paraíso, como dije, más poder, más beneficios—

— D: muchas cosas —susurre—

— Ysy: ¿y ese? ¿Que hizo para merecer eso? —preguntó confundido—

No solía hacer castigos individuales, menos personalizados.

— D: hacia bullying —dije y me miro más confundido—

El castigo de Ignacio era simple, estaba en una pequeña habitación, una pared hirviendo se acercaba a él u la única forma de que no toque el resto de su cuerpo, era frenarla con las manos.

— Ysy: es bonito —susurró— y no tiene marcas muy visibles

Me reí, cuando alguien muere viene acá tal cual salió de la tierra, marca de disparo, cicatriz, tatuaje o quemadura seguía ahí, como murió por sobredosis no tiene ninguna marca muy visible, digamos que cotizaba.

— Ysy: lo quiero —dijo y frene el castigo, todavía no había comenzado así que Matías estaba intacto— ¿por cuanto?

— D: quince grandes —dije y sonrió—

— Ysy: te doy treinta, pero lo quiero así, sin ningúna marca por tus castigos —dijo y asenti—

Chasquee los dedos y un pequeño demonio apareció.

— D: trae a Julieta, decile que tenemos una gran venga —dije—

Julieta preparaba a los vendidos, esto pasaba seguido y llevaba toda una preparación.

— Ysy: me gusta hacer negocios hermano —dijo dándome la mano—

Tal vez hasta los peores necesitaban esperanza y redención.

𝘼𝙈𝘼𝙉𝙏𝙀 𝘿𝙀𝙇 𝘿𝙄𝘼𝘽𝙇𝙊 - duki + lit killah [𝙁𝙄𝙉𝘼𝙇𝙄𝙕𝘼𝘿𝘼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora