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Miraba a Mauro tirado en la cama, había conseguido curarlo por completo pero sabia que probablemente sentía todo el cansancio en el cuerpo de igual forma, no hablabamos, solo me pidió que no lo dejara solo.
Estaba confundido conmigo mismo, de golpe sentía tanta pena y rabia por lo que vivía este pibe, sentía la necesidad de protegerlo y alejarlo de todo lo malo a toda costa, se me había hecho el malo una o dos veces pero en realizadad es como un conejito, frágil y delicado.

— L: ¿podes hacer cualquier cosa? —preguntó y asenti— ¿podes matarme?

Mierda.

— D: no —mentí, si podía hacerlo—

Asintió y cerró los ojos, me senté en la cama al lado suyo y puse una mano en su pecho me miro y le sonreí.

— L: ¿que pasa rey del infierno? ¿Sos blandito de golpe? —solté una risa y suspiro—

— D: no te van a volver a hacer nada —dije—

— L: ¿no tendría que elegir yo que quiero a cambio de darte mi alma? —preguntó—

— D: esto lo quiero yo —dije y sonrió—

— L: ¿lo vas a matar? —preguntó, no parecía asustado, al contrario, sus ojitos verdes brillaban con deseo—

— D: no creo llegar a eso —sonreí— pero si tengo que hacerlo, te dejo ver nene sádico

— L: no soy un nene —dijo y me reí—

— D: al lado mio hasta un viejo es un nene —dije— así que si sos

— L: ¿puedo elegir pegarte una trompada? —preguntó—

— D: no, tampoco —conteste— atrevido

Nos reímos y lo ayude a quedarse dormido, claramente necesitaba descansar.

𝘼𝙈𝘼𝙉𝙏𝙀 𝘿𝙀𝙇 𝘿𝙄𝘼𝘽𝙇𝙊 - duki + lit killah [𝙁𝙄𝙉𝘼𝙇𝙄𝙕𝘼𝘿𝘼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora