Capítulo XI

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Al otro lado del Mar Estrecho, Rhaego tuvo que lidiar con muchos hombres que quería usurpar el trono de su madre en Essos, empezando con Pentos, el joven Príncipe ha demostrado su valía en varios enfrentamientos recordándoles a todos que era hijo de Khal Drogo y de Daenerys Targaryen. Kinvara le asignaría un sacerdote Rojo llamado Zahir quien lo ayudaba en muchos asuntos. A los Dothraki no le gustaba la presencia del hombre. Pero el Príncipe insistía que les daría suerte en su camino

El semental que montaría al mundo, así lo llamaban las viudas Khaleesi, el Khal más fuerte de todos, los llamaban sus jinetes de sangre y lo demostró en cada batalla que ganó. Su madre había liberado y gobernado Lys, Meereen, Volantis, Yunkai, Astapor y el Mar Dothrak. Sin embargo, Lys no fue tomado como tal, al igual que Pentos y Volantis. Mi deber era conquistar todos los territorios y ya tenía Pentos, ahora me dirigía a Ghoyan Drohe para después ir a Norvos. Allí se reunían un montón de hombres en su contra y pensaba matarlos, para seguir su camino a Qohor y por último a Vaes Dothraki. Debido a que un Khal se dice llamar el señor de esas tierras

El Príncipe era un niño para muchos y eso generaba burlas en sus rivales, pero su poder se demostraba cada vez que arrasaba con una ciudad. No toma esclavos, ni mujeres para su placer, pero si masacraba sin pensar en las consecuencias, era un Dothraki con todas sus letras. Muchas mujeres de su Khalasar se le insinuaban, pero el joven no miraba a ninguna con ojos de lujuria muchos menos de deseo, muchos pensaban que tenía fascinación por los hombres, pero ni eso llegaba a ser cierto, debido a que ningún caballero le atraía. Lo que nadie sabía es que el joven tenía una meta y debía cumplirla, tenía que tener Essos en sus manos antes de llegaran los Caminantes porque si algo llegaba a pasar, su familia tendría donde llegar

Ghoyan Drohe, Norvos y Qohor no pudieron con su Khalasar, Vaes Dothraki era su siguiente destino y más aún cuando llegó un mensajero de Qarth diciendo que Xaro Xhoan Daxos lo quería conocer y que se dirigiera a su ciudad. Zahir le dijo que esa ciudad era rica en tesoros y tenerla bajo el estandarte de los Targaryen era una gran ayuda económica para sus hombres y para la proveniente guerra. El joven no lo dudó y entro al Mar Dothraki para enfrentar a su siguiente enemigo

El campamento se instaló a unos metros de donde se supone estaría el otro Khalasar, Rhaego en las noches afilaba sus Arakh como le había enseñado Daario cuando estaba con él. Ahora el mercenario se encargaba de resguardar Meereen, Yunkai y Astapor. Mientras el legítimo heredero llegaba a poner orden. Cuando el sueño venció al joven se fue a dormir a su carpa, como siempre había mujeres desnudas que se ofrecían a él, pero el joven se negaba. Después de sacar a las mujeres se acostó en el catre y cuando el sueño estaba en su mejor momento comenzó a escuchar ruidos y a ver sombras en todos lados. Con agilidad tomo una de sus dagas para defenderse de las sombras que le dejaban grandes marcas en su cuerpo, el joven no podía tocar ninguna, en su mente llegó el recuerdo de la sombra que atacó a su madre y recordó la magia de sangre, pensó que Zahir lo había traicionado y que ese sería su fin. Pero antes de que sucumbiera el sacerdote apareció y lo salvó, pero eso no evitó que el chico se desplomara. El rumor de que Rhaego se había muerto recorrió el Khalasar y también llegó al campamento enemigo, el Khal enemigo usaba a una Maegi llamada Mirri Maz Duur y así ganaba sus batallas sin pelear, esperando que todos estuvieran asustados por la pérdida de su Khal lo que faltaba era saquear y obtener esclavos. Sin embargo, en la anoche quien terminó muriendo bajo un Arakh fue el enemigo del Príncipe. Con sus brazos vendados y una mirada fría, Rhaego salió de entre las sombras y degolló a su enemigo. Drogon repartía fuego y sus hombres tomaban las cosas que le pertenecían a ese Khalasar, desde caballos hasta riquezas. La Maegi intento seducir al Príncipe ofreciéndole oro y riquezas, el joven se negó y la llevó a Drogon quien no dudó en comerla. Con aquella masacre el joven Príncipe tendría una mirada fría, se podría decir que rivalizaba con la de Sansa, ahora parecía un lobo al acecho y no dejaría que nadie más lo pisoteara

Song of Ice and Fire [Daensa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora