Destruir artículos personales

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Son las tres de la mañana ya, no puedo creer que siempre haga lo mismo, una y otra vez se va y me deja solo, siempre en el peor momento, vuelve cuando quiere, espera que lo reciba con los brazos abiertos y un "Amor, volviste! perdóname".

Él me ama, yo lo amo, de verdad, pero siento que a veces se va de las manos, se está volviendo algo controlador y, aunque la palabra suene extremista, hasta tóxico.

Hay veces que me siento aprisionado en este lugar, aunque se que me puedo ir cuando quiero, no puedo, simplemente mi mente, o quien sabra que, no me deja. No sé si es por lo que pasó el otro día en las escaleras, o si es el hecho de que a pesar de todas las peleas y problemas que tenemos.

Él siempre me recuerda lo mucho que me ama. Me dice que soy hermoso, que soy muy gracioso, que le encanto de mil y un formas, cada parte de mi cuerpo, cada lunar y cada peca. Yo sé que él lo hace, pero sus acciones muchas veces no demuestran lo mismo.

Tres y media da el reloj, estoy en el sofa quedándome dormido, cuando suena mi celular una llamada dice "Número desconocido"

- ¿Hola?

- Hola mi amor, estás despierto, estoy afuera, ¿me abrís?

- ¿Ivan?

- Si mi amor, soy yo, ¿me abrís?

Me tardó unos segundos despertar por completo y asociar dónde estaba, que pasaba y que escuchaba.

- ¿Que le paso a tu voz?

- Unos problemitas de tragos

Tragos, claro, pensa Sebastián, ¿cuando no son los tragos?

- ¿Desde que teléfono me estás llamando?

- Del de la vecina, perdí el mío cuando me cambié el pantalón

- Espera, ¿Por q...- no valía la pena- ahora te abro

Sin lugar a duda no sabe lo que dice, o lo dice sin saber.

La manta con la que estaba tapando mi cuerpo cae sobre el rincón del sofá, me incorporo para sentarme y calzar mis pies. Me levanto del cómodo sillón para en su lugar caminar hasta la puerta, sacar su seguro y abrirle al borrachín que vive aquí.

Un "muchas gracias doña" se escucha antes de abrir la dichosa puerta.

- Hola amor, gordi, Basti, corazón de melocotón, prec- tuve que interrumpirlo, esto estaba siendo muy raro de presenciar, se estaba acercando para besarme.

- Solo entra ya

Él desvío su mirada a como iba vestido, sin mucha ropa claramente, me estaba quedando dormido en el sillón, no iba a estar de gala.

Entra dentro del lugar, cierro la puerta con llave y me apoyo en la misma. Ni una palabra tuve que decir para pedir explicaciones.

- Fui a una joda de último momento amor

- ¿Puedes, por favor, dejar de decirme así? pura mamada tu "amor"

- Pero amor, te estoy-

- Deja de decirme así- dije con un porte serio

- Bueno, pero que sepas que paso eso y por eso volví a esta hora

- Ajá, ¿y el pinche party empezó a las ocho de la tarde y terminó a las tres de la madrugada? usualmente cuando me dejas solo a la mitad de una discusión y te vas a una fiesta, vuelves al otro día como a las once, ¿o me equivoco?

- Si, pero en la de hoy...

- Y si me puedes explicar por qué chingados te cambiaste el pantalón en el transcurso de la noche estaría muy feliz la verdad

VIOLENTOMETRO- Sproier// Spreen x Roier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora