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𝕭𝖗𝖊𝖆𝖐 𝖁𝖔𝖞.
ೄྀ𝑷𝑶𝑽 𝑩𝑰𝑳𝑳.
Estaba dispuesto a todo, pero iba a hacer que mí hermano me considerase su único vencedor. Lo quería a mis pies, no me había podido sacar de la mente aquel beso que le había dado.
— Toy, reacciona. ¿Comenzaremos la clase o te quedarás ahí como un pasmarote? — Tom me observó con gesto burlón.
Había llegado el Lunes y como habíamos quedado, había asistido a nuestro encuentro. Había llevado ropa cómoda, un chándal gris de tiro bajo y un jersey blanco de tirantes unas tallas más pequeño para que se quedase pegado a mi cuerpo.
Me sentía orgulloso de la elección que había tomado, puesto que había llamado la atención de la mayoría de tíos que habían en el gimnasio, pero a mi solo me interesaba tener la de Tom.
— Estoy más que listo, ¿cuál va a ser la lección de hoy honey? — Dije con un tonito presumido.
— Aprenderás lo básico, vas a hacer una llave de defensa. Así que ven aquí. — Rodeó sus ojos y con tono amenazador me llamó, se colocó a mi espalda rodeandome con sus brazos.
Estábamos muy pegados, podía sentir su respiración en mi nuca.
— ¿Y ahora? — Arqueé una ceja esperando sus siguientes indicaciones.
— Venga jugador, imagínate que soy un asaltante, ¿va? Pues yo al atacarte lo primero que haría sería tomarte por la espalda y seguramente llevaría algo filoso como una navaja, así que lo que tú tendrías que hacer es tomar mi brazo, con el cual te este por apuntar directo a la yugular y mientras yo me distraigo pensando que tú vas a tratar de soltarte. Tú usarías tu otro brazo para golpear mi abdomen, lo cual me haría sobresaltarme y de un rápido movimiento deberías de alejarte. — Tom volvió a ponerse en posición, así que asentí a cada una de sus indicaciones.
Hice justamente lo que me pidió. Traté de golpear su estómago, pero el tío estaba más duro que una roca, lo cual ocasionó que soltase un pequeño chillido.
Me había lastimado la mano.
— No seas nenaza. — Se carcajeó por mi reacción a lo cual yo le lancé un gruñido como respuesta de defensa. — Con eso no vas a poder hacer mucho cariño.
— Ash, ya verás tú que sí. — Volvimos a repetir la posición solo que esta vez usé mi codo ya que mi muñeca había sido una mala opción, pero él, como si tuviese reflejos láser, me tomó por el puño y me dio una vuelta completa logrando que quedase nuevamente de cara a él.
