⌗𝟎𝟒.

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𝖂𝖎𝖑𝖉 𝖁𝖔𝖞

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𝖂𝖎𝖑𝖉 𝖁𝖔𝖞.
 
 
 

ೄྀ𝑷𝑶𝑽 𝑩𝑰𝑳𝑳.
 
 
Había convencido a mis padres para que becasen tanto a Tom como a Georg y a Gustav, quería que asistiesen a la misma escuela que yo iba.

Sabía que Tom podría protegerme de los abusos que estaba recibiendo por parte de Frederick, Tiffany y sus secuaces.

Frederick o Erick, como se hacía llamar para parecer más cool, según él, siempre había estado jodiendo mi vida desde que tenía un ápice de memoria.

Desde el jardín de infantes, se había pasado gran parte de su vida insultándome de ser un mariquita y Tiffany había sido lo mismo, pero con otra historia.

Cuando tenía doce años ella había tratado de besarme, lo había logrado y había insistido en que fuésemos una pareja, pero a mí me repugnaba su forma de molestar a la gente, creyéndose que por tener dinero lo podría lograr todo.

La rechace, gran error.

Se unió al otro imbécil para hacer mi vida a cuadritos.

Mis padres me habían preguntado sobre porque quería que esos tres, fuesen alumnos de una prestigiosa escuela como lo era la mía, y aunque les pareciese un tanto extraño, ya que no conocían absolutamente nada sobre ellos, les insistí en que serían mis únicos amigos en ese lugar, ya que los demás siempre me molestaban en la escuela. Ellos sabían sobre el comportamiento de Erick conmigo.

Como odiaba a McCain, era un maldito.

Hoy tenía práctica de boxeo y había aprovechado para que enviasen las cartas de asistencia, esperaba que ellos aceptasen, aunque bien sabía de su odio por las escuelas de niños pijos, como Tom las hacía llamar.

Si tan solo supiese que éramos gemelos, todo habría cambiado, pero mis padres no podían enterarse de nada de esto o acabarían por alejarlo de mí.

Había llamado a Patrick Jane, mi chófer y a mis dos guardas para que me llevasen hacia el gimnasio de Tom, me encantaba verlo practicar.

Podría parecer algo acosador de mi parte, pero en mi defensa debía de decir que se veía jodidamente bien.

Cuando llegamos miré fijamente a Patrick.

— Hoy no hace falta que venga a recogerme, me llevará mi entrenador. Lo mismo para ustedes, no hace falta que me acompañen, saben que solo haré mi práctica de boxeo, y además, que estoy tratando de hacer amistad con ese par de tres. — Hice un pequeño puchero. — Por favor, no le digan nada de esto a mis padres, ya saben como son, sobre todo a Simone. — Dije casi en una súplica.

𝐓𝐎𝐘. | 𝑻𝑶𝑳𝑳.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora