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Hoseok

Ha pasado una semana desde la noche con Yoongi en Wan Tan. No he ido al gimnasio y papá ha estado reventando mi teléfono comprobándome al menos, dos veces al día. Me dice que Yoongi ha estado distante y más agresivo en los entrenamientos. Por supuesto que siente que tengo algo de responsabilidad en ello, pero no le hago caso y me sigo haciendo el tonto. No debería importarme y estoy seguro de que no me importa. Jin no me ha contactado en más de una semana tampoco y eso me ayudó a mantener mi mente clara. El único contacto maculino que he tenido además de Jackson por el trabajo, Jimin porque no puede estar sin hablarme y las cosas de todos los días, fue la tarjeta que Yoongi había atascado en la puerta cuando yo estaba en el trabajo hace dos días. Decía:

Lo siento, llámame. Yoongi.

Y tenía su número anotado en la parte inferior. Guardé su número en mi teléfono, pero no he tenido ganas aún de mandarle un mensaje. No estoy de humor para su "Me importa, pero no me importa", "Te deseo pero eres demasiado bueno para mi, Hoseok" Bla bla bla.

No he visto a Jimin desde que salió de mi casa cuando regresamos del gimnasio la semana pasada. Dice que ha estado muy ocupado con el trabajo y su papá se enojó con él porque un día se presentó a trabajar enfiestado. Típico de Jimin.

Saludo con la mano a Jackson, quien ahora me está hablando de vuelta como si no lo hubiera rechazado, y me voy del trabajo. Tengo que caminar más de un kilómetro para llegar a mi auto y para cuando llego, mi cuello está sudoroso y mis muslos duelen. He estado exagerando en lo que respecta a correr en la última semana. Ha sido mi única liberación.

Conduzco a casa, me ducho y me pongo el pijama. Nada suena mejor que una cena caliente y Netflix para mí en este momento. La comida congelada está cubierta con una fina capa de hielo pero no me importa, ha pasado demasiado tiempo desde que he comido una cena para microondas. Cuando cierro la puerta del refrigerador, una foto colorida me llama la atención. Mi rostro más joven se retuerce en un ceño fruncido mientras los labios cerezas de mamá besan mi mejilla. Mi hermano menor está de pie detrás de nosotros, aplastándose al frente para salir en la fotografía con su sonrisa de conejo y papá a su lado, con una sonrisa sencilla y su pulgar hacia arriba. Me encanta esta foto. Me recuerda a un tiempo en el que todo lo que teníamos era nosotros... pero entonces Jungkook y yo crecimos y quisimos cosas diferentes. Nunca entendí por qué mis padres estaban tan desesperados por tenerme de vuelta en casa y todavía no lo hago, pero esta foto me ayuda a lidiar con ello. Jungkook y yo somos su vida.

Meto la cena al microondas y tecleo dos minutos. Mientras espero, mis ojos caen de nuevo en la foto. Quizás debería llamar a mamá. Tomo mi teléfono y me dejo caer en el sofá, ha pasado un tiempo y la extraño. Mientras suena, me remuevo incómodo y nervioso, tomo uno de los cojines y lo pongo en mi regazo.

- Hola, residencia Jung - responde mamá.

- Hola, mamá...

- ¡Hoseok, cariño! -arrulla-. ¿Cómo estás?

- Bien. -Me pongo a tirar un pedazo suelto de cuerda que cuelga de una esquina de mi almohada-. ¿Cómo van las cosas?

- Bien. Tu padre me ha dicho que no has estado apareciendo en el gimnasio... Si pasa algo malo, sabes que siempre hay un lugar aquí.

- Lo sé, mamá. Ten la seguridad de que nada está mal, sólo he estado ocupado. ¿Has oído de Jungkook? - pregunto, cambiando de tema.

- Oh, sí. Está en la frontera descansando ahora. Debería estar en casa en cinco meses. Cariño, ¿vas a venir a cenar el domingo?

Exhalo. Me había olvidado de eso.

- Si, voy a estar allí.

- Bien, bien. Haré japchae y pollo frito.

CONSUMIDO #YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora