7.

115 12 2
                                    


Hoseok.

Me despierto con la sensación de fragmentos de vidrio siendo empujados lentamente en la parte trasera de mis ojos. Mi cabeza golpea incansablemente y mi boca está seca como un desierto.

Roinol.

Me quejo y en silencio hago un voto para no volver a tomar. Casi puedo oír la voz de Jimin burlándose de mí. He dicho eso demasiadas veces.

Ruedo en mi cama y me enderezo. Me siento como una mierda. No, me siento peor que una mierda en realidad... ¿Qué puede ser peor que una mierda? Me duele tanto el cerebro que ni siquiera puedo responder una pregunta tan fácil como esa.

Jalo mi bata que está colgada en un perchero y me deslizo en ella. Soñoliento, camino a la cocina. Cuando entro a la sala, Jimin está dormido en mi sofá vistiendo una playera negra y unos bóxers negros que puedo jurar que son míos. ¿Debería despertarlo?

Continúo mi camino a la cocina y saco del armario una cacerola junto a una cuchara de metal, regreso por donde entré hace unos momentos y me planto al lado de Jimin. Golpeo sobre la base de la cacerola, llenando la habitación con un glorioso ruido provocador de dolor de cabeza y él prácticamente levita unos segundos por el salto.

Me cierno sobre él y parpadea muchas veces para orientarse.

- ¡Qué mierda Hoseok! - grita, tapándose la cara con una almohada.

- Oh no no, no lo hagas -Mi voz suena ronca y seca. Agarro la almohada y la aviento al suelo-. Ya es tarde, debemos apurarnos si queremos llegar a tiem...

Echo un vistazo al reloj de mi microondas

4:00 pm.

Mierda. Mierda.

Mierda.

- ¿Qué mierda? - gime él, levantando la almohada del suelo y volviéndose a recostar.

- ¡He faltado otra vez! Jackson me va a matar. Estoy tan desempleado.

Ignorando mi cabeza golpeando y mi boca seca, corro a mi habitación y me pongo ropa interior limpia. No tengo nada decente que ponerme, así que opto por ropa de gimnasio haciendo una nota mental de que tengo que lavar ropa pronto.

- Relájate, Sporty Spice. - No me detengo. Deslizo mis pies en unos tenis casuales y empiezo a atar los cordones-. Llamé a Jackson anoche y le conté todo lo que sucedió. Él sabe que estás fuera hoy.

Me detengo y miro a Jimin. Está sonriendo perezosamente hacia mí.

- ¿Y no me lo dijiste antes?

- Mi pequeña venganza por el despertador de esta tarde.

Exhalo profundamente.

- ¿Él sabe que me drogaron?

Él asiente.

- Bueno, tenía que decirle la verdad, de lo contrario pensará que bebiste demasiado y no tienes ningún sentido de la responsabilidad, bla bla bla.

- Sí, supongo. -Me dirijo a la cocina-. Gracias por eso.

- De nada. -Él tira de la almohada sobre su cabeza mientras bebo de mi botella de agua que está en el refrigerador.

- Oh, no te vas a dormir -declaro, acomodando la botella y cerrando la puerta-. Vamos al gimnasio.

Jimin bufa y se mueve en el sillón para darme la espalda acomodando la almohada sobre su cabeza.

Jimin nunca va al gimnasio. No creo que tenga la motivación para algo que no requiera divertirse, beber y bailar. Jalo la almohada de su agarre y la tiro al otro lado de la habitación. Él no se mueve y vuelvo a sonar la cacerola con la cuchara. Después de un minuto y medio de ruidos molestos metálicos se pone de pie y golpea la cacerola de mi mano.

CONSUMIDO #YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora