Verano otra vez. [Terminada.]

Capítulo 42.

Este capítulo es muy corto, pero interesante.

                       El dolor es real.

Miro a Smith, confusa.

—¿A qué te refieres?

—Mira a tu alrededor.

Hago lo que me dice.

Miro a mi alrededor, todo está oscuro, los árboles me dan escalofríos.

Hay personas muertas en la punta de los árboles.

Niego con la cabeza.

Me giro para ver a Smith, y no está. Se ha ido.

No lo veo por ningún lado.

Caigo de rodillas al suelo.

Grito con todas mis fuerzas.

Y...

Abro los ojos.

Solo fue un sueño, pero... ¿por qué se sintió tan real?

Ese beso fue muy real, el dolor lo fue.

La desesperación que sentí fue real, no puedo creer que haya sido solo un sueño.

Me giro para ver a Smith, él sigue tirado en el suelo.

Sin poder evitarlo empiezo a llorar. Ya no aguanto más el llanto.

[...]

Smith.

Mi cabeza a empezado a doler.

Miro a mi alrededor. El clima está nublado, está lloviendo.

¿Por qué siempre para estas cosas llueve?

Intento no llorar con todas mis fuerzas, pero mi corazón me lo impide.

Tengo que llorar, gritar, desahogarme.

¿Pero para que lo voy a hacer?

De nada sirven mis gritos, mis súplicas, mis lágrimas.

El dolor es real, al igual que la vida y la muerte.

Ella no merecía esto.

Ella siempre fue una mujer fuerte.

Pero se ha rendido, su fuerza se ha desvanecido, el brillo de sus ojos a terminado de desaparecer.

No la volveré a ver. No la volveré a escuchar. No volveré a sentir sus abrazos. No volveré a hablar con ella. No volveré a oler ese aroma tan distintivo que tenía ella.

Se ha ido y se ha llevado mi mundo con ella.

Dejo de resistir. Lloro, como si mi vida dependiera de eso, como si haciéndolo ella volvería.

No hay nada que pueda hacer. Nunca lo hubo.

Mi corazón duele.

He resistido tanto las ganas de llorar que mi cabeza ha empezado a doler.

Mi garganta arde. Pequeños sollozos, desesperados, escapan de ella.

Mi vista se nubla debido a las grandes lágrimas que hay en mis ojos.