Al pensar en cómo actúo frente a él, solo puedo decir que soy torpe. Mis palabras no fluyen con normalidad, es un hecho. Su presencia provoca en mis mejillas un tono rojo bastante obvio. Pensar en todas esas emociones y reacciones físicas que me genera puede resultar un poco abrumador, a veces, pero cuando él está cerca mío logra teñir estos sentimientos complicados, de alguna manera, todo se vuelve rosa y tontos clichés.
Como si el amor del que me hablan fuera real, como si por un instante esos sentimientos inundados de tonalidades rosáceos no fueran solo mitos.
Las películas de amor y sus estúpidos protagonistas cobran sentido y concuerdan con mi actuar. Me vuelvo uno de ellos, un tonto enamorado más.Y cómo no, si en los momentos en el que mis pensamientos me consumen, con tan solo su presencia lograba darle un brillo cálido y reconfortante. Cellbit logra suavizar todo el alboroto en mi cabeza y transforma aquellos pensamientos en un momento dulce. Con sus dulces palabras, sus abrazos, y su presencia eran suficientes para domar el rumbo acelerado que mantenían las ideas en mi cabeza. Es increíblemente reconfortante. Podría decir que para mí, Cellbit es quien despeja y me ayuda a trabajar todo lo malo, como el sol que sale tras la lluvia, demasiado cursi y tonto, lo sé. Pero así me sentía con él, ¿Estaba bien sentir tanto a pesar de que somos solo amigos?
Su risa es lo único en lo que me enfoco, ya no puedo recordar de qué nos reíamos. Solo sé que me perdí en como sus ojos azules se iluminan y se entrecerraban al reír.
—¿De verdad no lo habías notado? Enserio creo que harían buena pareja. O tal vez ya lo son en secreto.
Mientras nos encaminamos a las mesas ubicadas en una esquina del comedor, Cellbit confesó lo que pensaba acerca de dos de nuestros amigos, específicamente sobre Charlie y Mariana. Su observación sobre una posible relación secreta entre ellos me pareció divertida, especialmente porque surgió justo cuando los vimos pelearse por quién se comería el postre que Quackity no quería. Este se encontraba en el medio de ambos y de lo que parecía una divertida discusión, porque este aguantaba risas cubriendo su boca con una mano. La escena me causó gracia.
Aunque sabía que Charlie y Mariana eran buenos amigos, la teoría de Cell (o más bien, un hecho según él) de que escondían su relación me resultó graciosa. No comprendía cómo llegó a esa conclusión, ni mucho menos cómo tenía tanta seguridad al hablar de eso.
— Realmente no lo creo Gatinho. Para mí, son solo buenos amigos. Tienen una conexión especial, pero no nos ocultan una relación, créeme.
Respondí mientras ambos nos sentamos uno al lado del otro en un par de bancas alejadas de ellos.
— Pero se verían lindos juntos.
Negué con la cabeza, riendo ante la idea.
— No me los imagino siendo melosos el uno con el otro. Y no quiero imaginarmelo. — fingí una cara de asco.
— Tienes razón, ahora solo quiero sacarme esa imágen de mi cabeza. — Rió.
Su sonrisa era tan bella, tenía un poder en mí, uno tan profundo que podía olvidarme de todo cuando lo observaba. Y me declaro culpable, porque yo amaba ese efecto que tenía en mí.
¿Me tenía tan mal? ¿Estaba tan perdido como para no percatarme a tiempo de que había acercado su mano a mi rostro? Volví en sí cuando sus manos se retiraron y ya había apartado un mechón de mi rostro. Demasiado tarde pero el gesto de todos modos logró confundirme.
Su gesto desató un torbellino de emociones en mi estómago, mientras mis mejillas ardían, teñidas de un rubor que no era capaz de controlar. Él lo percibió, lo sé, pues se disculpó por invadir mi espacio de esa manera. Pero él no sabía cuánto ansiaba su cercanía, y yo experimentaba un corto circuito internamente cada vez que el espacio no se interponia en nuestro camino, cuando nuestras manos rozaban la una con la otra al caminar por los pasillos, y como mis nervios crecían cuando a veces, él tomaba mi mano, o cuando nadie veía y sus manos se apropiaban de mis mejillas y las acariciaba diciéndome cosas lindas, capaces de derretir mi corazón. Pero eran gestos de amistad, y me tenía que convencer a mí mismo de eso. Debía bajarme de aquella cómoda nube sustentada por el anhelo de ser correspondido.
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Delicate • guapoduo
FanficMe gusta mi mejor amigo, ¿Está bien que diga esto? Lo sé, es delicado. (Guapoduo's Version) La delicada situación de Roier al descubrir sus sentimientos por su mejor amigo, entrelazada con los versos de la canción "Delicate" de Taylor Swift. (solo c...