Mil Veces Tu...

CAPITULO II.

El viaje a Toledo fue un poco largo,estaba muy cansada,solo quería un baño caliente y envolverme en mis sábanas calientes; pero al parecer no dormiríamos en la nueva casa,nos quedaríamos en un hotel por esta noche.

–Creo que necesito unas,20 horas de sueño–Dice Mara al tumbarse en la cama.

Por desgracia Mara y yo compartiremos habitación,según Rebeca solo será por esta noche,espero que sea así,por qué no creo que pueda soportar una noche más junto a ella.

#*#

Todo indicaba ser un buen día para desempacar,nos habíamos tardado un poco ya que Mara se estaba dando una mano de tigre antes de poder salir.

Mara se habia maquillado lo suficiente como para ir a una fiesta,llevaba puesto un shorts negro,un top del mismo color,su cabello corto está suelto como de costumbre,lleva unos lentes para el sol.

Miro a mi media hermana y veo la gran diferencia entre ambas,ella se esmera para poder verse bien,yo en cambio solo llevo puesto una braga corta de jeans azul,una playera blanca,mi cabello largo y abundante esta recogido en una cola alta,algunos mechones de cabello se han escapado pero no me molestan.

El asunto del maquillaje es un tema muy complicado para mí,en resumen tengo mis propias razones para no hacerlo; Robert está conduciendo mientras que Rebeca está a su lado como siempre, con una gran sonrisa de lado.

–Cariño, hay está nuestra casa–Rebeca señala a la enorme casa de color rosa pastel.

–Pensé que ya no había más caja que traer– dice Robert frunciendo el ceño; un camión de mudanza estaba al frente de la  casa.

–Amor, recuerda que hoy traen los libros de Megan.

–Ya lo había olvidado.

Robert me mira por el retrovisor,desvío la mirada hacia la ventanilla,se que el odia mis libros y ese lindo gesto de querer ser el padre perfecto, no funcionará.

Al bajar del auto, un hombre de estatura baja se acercó a nosotros,podía decir que era el encargado del camión,no lucía cansado por bajar cajas pesadas ni nada.

–Buenos días,sus cosas ya están dentro de la casa–El hombre le extiende la mano a Robert,este se la toma de mala gana–Soy Josep el encargado.

Josep fue muy amable con cada uno al presentarse,las expresiones de Mara y Rebeca no eran nada cortes,decido alejarme de ellos para poder observar la casa,se ve que a sido remodelada,me preguntó cuánto a costado todo esto,y quién lo habría pagado.

Entro a la casa para verla más detalladamente,camino por el pasillo de cajas y muebles que aún faltan por acomodar; la cosina da vista a las escaleras,lo que es genial,no tendré que correr por un pasillo hasta llegar a ella.

Doy una vuelta por los alrededores de la cocina,no veo nada interesante así que decido subir las escaleras,en el segundo piso hay un pasillo con varias puertas; le había pedido a Rebeca que me diera una habitación alejada de ellos y por primera vez Rebeca me daba lo que le pedía,la habitación no era tan grande como la antigua,pero si tenía ese color que tanto me encanta,un azul marino, perfecto para mis libros.

Abro una caja y saco algunas cosas,entre ellas la foto de mi padre, paso mis dedos por el marco admirando la belleza de mi padre,lo extrañaba tanto,extraño sus canciones,sus cuentos,sus chistes malos,pero lo que más extraño de el,era su sonrisa..

–Por que una sonrisa sincera,dice más que mil palabras,en mil idiomas.

Digo su frase favorita en mi mente,desde que papá murió no suelo mencionarlo cerca de Rebeca o Robert,la última vez que mencioné a mi padre terminamos en una discusión muy fuerte. Dejo el retrato de mi padre en la mesita que está al lado de mi cama,escucho un poco de ruido que provenían de afuera,miro por la ventana para saber de dónde venían esos ruidos,veo que el camión de mudanza se a ido; el sonido se hace más fuerte y es más claro,no es ruido es música electrónica que suena muy fuerte.

Baje para ir a ver el jardín tracero,Mara había dicho que eres muy hermoso así que quería verlo con mis propios ojos.

–¿Vas a salir?–Escucho la voz de Rebeca detrás de mi.

–Voy al jardín.–me doy la vuelta para poder verle la cara.

–Es hermoso–dice al tomar una caja pequeña en sus manos.

–¿Que haces?–me acerco para poder ayudarla a levantar la del suelo–Te recuerdo que estas embarazada.

–No te preocupes, no pesa tanto–dice quitándome la caja de las manos–Ya has visto tu habitación.

Odiaba como Rebeca evadía las cosas,siempre hace las cosas según su criterio,no le importa si le trae consecuencias o no.

–Si.

–¿Te gusta el color? Lo elegí para ti–Rebeca me mira con una mirada dulce.

–Azul como el oceano,es hermoso–no podia negarlo, las paredes de mi nuevo habitación eran de ese azul que tanto me encanta.

–Me alegra que te haya gustado.

–Supongo que fue idea de Robert–muy dentro de mi sentía  esa sensación de que detrás de todo esto se escondía el.

– Solo intenta cambiar,dale una oportunidad.

–Te recuerdo que no soy su sangre,no tenemos por que tener un vínculo o algo parecido.

Dejo a Rebeca con la palabra en la boca,ella y Robert han dañado mi vida,me han quitado lo único que solía tener... una amiga.

Me hecho en mi cama,sin nada en que pensar o en que hacer,mi vida está en un punto dónde todo parece odiarme pero no entiendo el por qué,por qué este cambio me afecta solo a mi y no a los demás,es difícil entender el destino.

Escucho el tono de llamada de mi móvil,lo cogo para ver quién está llamando.

–Harold.

¡Es una broma! Con todo lo que ha pasado hoy, no le es suficiente,por qué tiene que llamarme,acaso su nueva novia no le responde o ya me hecha de menos.

Bloque la pantalla,no quería saber nada de él,y menos después de lo que pasó.

–¡Tanto me odias!–digo en voz alta.

¿A quien le gritó? Pues al destino,al tiempo,al día, al maldito amor que me hizo caer en este delirio de sentir cosas por alguien.

¿Por qué el amor es cruel?  Se supone que deberia ser mágico,único, sincero,y no doloroso,engañoso,y maligno.

Hola estrellitas✨

Bueno aquí les tengo un segundo Capítulo,espero que lo disfruten,y ya saben delen una oportunidad,no se van arrepentir.

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Adiós beby✨

Nelis✨