La importancia que no le di

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El olor del café predomina en la habitación, junto con la suave brisa desbordante de la ventana, los colores pasteles en las paredes, la muy fina y delicada decoración, mientras cocinaba palomitas para ver mi programa de televisión favorito, pensaba en si era normal todo lo que me había pasado, ¿Cómo pondríamos llamarlo? Los desmayos constantes, los mareos, es algo a lo que no le tome mucha importancia hasta ahora .

-Ya te dije que visitemos al doctor hija-Eran los constantes regaños de mi madre lo que me hacía preocuparme un poco más, supongo que desde su punto de vista me veo muy mal como para querer llevarme al doctor.

-Mamá, no creo que sea algo realmente grabé quizá solo sea el cansancio del trabajo y las pocas horas que he dormido.-Con eso me gustaba excusarme por el miedo a recibir un diagnóstico muy poco alentador, el problema era que esto ya había pasado antes con la hermana de mi madre, mi tía Rachel, pero dah, esa es otra historia.

Mi vida muy poco interesante se volvía un poco más caótica cada día, salir con el miedo de quedarme desmayada en cualquier lugar no es algo sencillo, sin embargo es con algo que prefería vivir.

Con el pasar de los días los mareos y desmayos empezaron a formar parte habitual de mi vida y como era de esperarse, la preocupación de mis familiares iba cada día en aumento, para evitar esto al final, decidí ir para salir de dudas.

En el hospital:

El doctor fue muy amable, nos recibió muy bien, hizo las preguntas necesarias para proceder a hacer los estudios que me serían entregados en unas horas.

Mientras tanto decidí ir por unos cigarrillos, para calmar mis nervios, al menos si recibía una noticia poco alentadora estaría un poco tranquila, aunque esperaba que solo fuera cansancio.

Luego de eso fui por un café, el desayuno perfecto de hecho.

Regrese al hospital y los resultados ya estaban listos.

-Ana Michelle sus resultados están listos, pasar a la sala de entregas-Sonó en las bocinas por lo que me levanté y empecé a dar pasos lentos, al parecer ni el café, ni los cigarrillos funcionaron.

-Lamento la notícia señorita Ana-

Una vida sin mi Amado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora