Capítulo 11

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Cuando Lilly llegó a casa se le veía con una sonrisa en su cara, su hermano Antonio solo pensó que tuvo un gran día, y no era mentira.

Lilly se dejó caer sobre su cama, aún manteniendo esa calida sonrisa, sentía su cuerpo mucho más ligero de lo normal, ¿Como es eso posible? Tal vez por un momento Lilly olvidó sus problemas y pudo ser feliz genuinamente por unos momentos.

Cerró los ojos y recordó como había logrado hacer a Mary Anne subirse a su bicicleta.

—¿No es peligroso? —La voz temerosa de Mary Anne la hizo rodar los ojos.

—No...cuando no te caes —Respondió en su mismo tono.—Tranquila, yo te voy a cuidar, ¿No confías en mí?

Mary Anne la miró fijamente, tal vez respondería "no" pero la seguridad que Lilly emanaba la hizo sentirse segura y respondió.—Si, confío en ti, pero no en esto.

Lilly soltó una risa.—Está bien, si no quieres hacerlo no te voy a presionar —Y con eso Mary Anne sintió la tranquilidad y alivio volver a su alma.

—Gracias...

—De todos modos logré hacer que subieras —Lilly sonrió con triunfo.

Y Lilly volvió en sí, ese sentimiento que la rodeaba le gustaba, hace mucho que no sentía eso y pronto como la felicidad la recorría, el miedo también lo hizo, no sabía que significaba eso, pero sentía miedo de algo que no sabía, sin duda tendría que comentárselo a su psicóloga.

Lo hizo, en su siguiente cita habló con ella, Charlie era buena en su trabajo, al principio Lilly era algo terca y no quería hablar, pero ella lo entendía.

—¿Tienes miedo de sentirte feliz? —Preguntó desconcertada. Se acomodó mejor en su silla, mirando desde el otro lado del escritorio a la pelirroja, que jugaba con su pisa-papeles. En su larga experiencia siendo psicóloga había tenido muchos casos similares a excepción de que los pacientes estaban entusiasmados por el nuevo sentimiento después de toda la tormenta.

—¿No lo sé?

—¿Eso fue una pregunta?

—¿Tal vez? —Charlie sonrió, estaba acostumbrada a tratar con niños, pero Lilly, siempre le respondía sus preguntas con otras.

—Es normal que te sientas así...Es una forma de defensa que tienes, el miedo es más común de lo que crees, es nuestro mecanismo de defensa a situaciones que desconocemos.—Le informó, Lilly prestó suma atención a cada una de sus palabras, comprendía un poco la situación.

—¿Entonces es normal que me sienta así? —La psicóloga asintió.—Supongo que está bien.

—No supongas, está bien.

—Ah, si, está bien.—Se corrigió, ahora sonando más segura. Repitiéndose en su cabeza que todo eso estaba bien.

Charlie sintió orgullo al ver a su paciente cada vez mejor. Pero pronto tendrían que hablar del verdadero tema originario de esas citas.

(…)

Esa misma tarde Lilly volvió a tener su teléfono en sus manos nuevamente, después de que la hayan castigado más de seis veces en lo que lleva del mes, sus padres llegaron al punto que prefirieron dejarle el aparato antes de dejarla sin forma de contactarlos.
Pero les desconcertó más el que Lilly no lo usara tanto como pensaron, en realidad ella pasaba más viendo la televisión.

Justo como en estos momentos.

—¿Y como te fue hoy? —Preguntó su madre, quien llegaba temprano a casa después de dos turnos en el hospital, se mostraba cansada, pero no iba a dejar su preocupación e interés por su hija mayor.

Cuentos De Hadas || Mary Anne x OcfemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora