Love is war | KTH & JJK

007.

VII.

Misión: Infiltración en el imperio.

Las cifras de crímenes violentos en Corea han incrementado de manera preocupante, durante los últimos meses. Los crímenes que más han aumentado son los de asesinato, secuestro y venta de drogas, en ese orden. Los homicidios preocupan a las autoridades y a la población, ya que muchos de ellos son aún sin resolver.
El gobierno coreano emitió un comunicado, advirtiendo a la población de que debían mantenerse alertas y ser cautelosos, ya que estos casos son graves y amenazan la seguridad del país. Añadieron que estaban haciendo todo lo posible para encontrar las personas responsables, antes de las nuevas elecciones de presidente.

Jungkook río sarcástico.

La mafia de Kim.

Esto es parte del plan de Kim Songjoo, quien pretende llegar a la presidencia de Corea. La forma en la que lo hará será mediante el uso de su influencia económica para manipular la opinión pública y apoyar la campaña del partido político que le convenga, de modo que, una vez ingrese a la presidencia, pueda cubrir todos sus actos ilícitos e incrementarlos. La venta de drogas, armamentos, tráfico de personas, tráfico de órganos.

Ese es todo el informe que han podido recopilar sobre Kim Songjoo, pero saben que detrás de todo este poder se esconden muchas más cosas. El dinero y el poder tienen el potencial de corromper a las personas, mucho más de lo que ya están.

El perro es una amenaza creciente, un perro con rabia, por lo que para que la rabia desaparezca deben matar a la fuente, complicado. Un hombre con tanto poder e influencia puede matarlos de manera fácil, si no son lo suficientemente cuidadosos.

—¿Lista para tu primer día, princesa? —cuestionó con voz vacilante, Taehyung, deteniendo el auto frente a la escuela donde la menor estudiaría.

Sora miró por la ventana del auto con dirección a la escuela y abrazo su mochila negra decorada con un osito en la parte del frente, suspiró mientras se deslizó por el asiento. No pudo evitar sentir un peso en el corazón. Miró a su papá con una expresión pesarosa. ¿Podría confiar en que no la dejaría sola? Han sido buenos, pero nunca  se sabe. Podía sentir su corazón golpeando con fuerza en su pecho.

—¿Regresarán por mi? ¿No me abandonarán? —preguntó con la voz ahogada, parecía que iba a llorar.

Jungkook podía percibir la tensión en el aire, dejó su teléfono de lado colocandolo sobre su regazo para girarse. Observó a Sora parecía angustiada, insegura y asustada, ella apretaba con fuerza el osito que estaba en su mochila.

Agh, su lobo gruño furioso al verla así.

—No lo haremos —dijo seguro—. No te abandonaremos jamás. Te aseguro. Te prometo que cuando salgas de la escuela, la niñera más confiable que contratamos estará esperándote para llevarte a casa y cuidarte hasta que tu papá y yo regresemos de nuestro trabajo, pero regresaremos por ti, siempre lo haremos.

Comprendió al instante el temor de la niña, desde que la entregaron ninguno de los tres se separó o estuvieron separados por mucho tiempo, para lo único que lo hacían era para dormir. Además entendiendo una parte del trauma del que vivió con sus antiguos cuidadores. Es comprensible.

Sora lo miró con sus grandes y preciosos ojos marrones. Parecía más tranquila con sus palabras dadas.

—¿Lo juras por la garrita? —preguntó,  alargando el meñique.

—Lo juro por la garrita —pronunció Jungkook entrelazando los meñiques, sellando el pacto.

Sora sonrío, se reincorporó sobre el asiento. Se sintió segura y confiada de las palabras de su padre, Kookie. Levantó el puño al aire y suspiró, sabiendo que debía ir a la escuela y hacer lo que la señorita Jihyo le dictaminó.