XVIII. Fuego 1/2

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Advertencia: pequeña mención de algo que podría ser considerado como crossdressing o algo por el estilo.

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"Dios...." Roier persiguió una lagartija que había entrado a su casa por las plantas "ven acá, ven acá" corrió detrás de la pequeña criatura, disminuyendo la velocidad cuando el animal lo hizo "está bien, quédate ahí" pidió y se agachó rápidamente para atraparlo.

"¡Mami!"

Roier saltó, fallando en el intento de atraparla, llenando sus manos solo de aire. Soltó un suspiro de pura frustración pues llevaba casi veinte minutos persiguiendo al animal. Se dejó caer en el suelo y giró hacia su hijo con el ceño fruncido "¿si?"

La sonrisa de Bobby decayó y rápidamente dejó la caja de su nuevo rompecabezas "mami...." bajó la mirada con culpa "Bobby malo."

El omega rió suavemente "no bebé, ven aquí" en su rostro se dibujó una sonrisa "ven."

Bobby corrió, haciendo que la caja se agitara con cada paso "¿por qué mami está enojado?"

Roier miró a su alrededor pero la lagartija ya no estaba "he estado persiguiendo una lagartija por un rato pero se ha escapado" explicó al tiempo que dejaba un beso en la pequeña nariz del niño "está bien."

El alfa menor asintió con seriedad, entregándole la caja a Roier "la encontraré para mami" murmuró antes de correr por las plantas y flores, mirando detrás de todas las cosas.

Roier suspiró, abrazando la caja "tan dulce...."

El día había estado lleno de limpieza, recogió restos de plantas, flores e incluso encontró plumas. Estaba esperando que Cellbit llegara para poder sacar algunas cosas del departamento, había demasiadas y el espacio era muy reducido. Aún así algo dentro de él quería conservar las plantas pero dos abejas, tres caracoles y una lagartija le demostraron que en definitiva esa no era una opción.

Fue una semana extremadamente lluviosa. Cellbit salió a buscar un regalo para Roier por la semana del fuego.

El omega estaba ansioso. No era virgen pero se sentía como uno. Cellbit siempre era amable y gentil con él, como si pudiera romperse. No podía imaginar cómo sería el sexo a su lado.

Roier estaba preocupado....

Sobre embarazarse: quería otro hijo, en serio lo anhelaba.

Desafortunadamente, lo más seguro era que no le daría ningún hijo a Cellbit, al menos no pronto. El alfa había dicho que tendrían hijos y sabía que lo que decía, lo cumplía, pero a Roier le costaba trabajo embarazarse y su cabeza se llenaba de preguntas. ¿Y si no podía? ¿Y si Cellbit se molestaba por eso? No era probable, pero la gente cambiaba.

Roier estaba preocupado....

Si se mudaban a Alaska, Cellbit no debía volver a la milicia. No es un tema que mencionara porque sabía cómo reaccionaría Cellbit. No quería que el alfa pensara que se sentía presionado. Conocía a Cellbit y sabía que quería un hijo porque quería ser papá, no porque lo viera como un medio para escapar de algo.

Si algo había aprendido era que Cellbit no escapaba de las cosas, les hacía frente.

No quería que su alfa lo dejara un día, que dejara la familia que estaban formando. Roier sería fuerte si necesitaba serlo, pero Cellbit lo consentía demasiado, le hacía sentir que nada podía separarlos y Roier le creía, había puesto toda su fe en eso.

Cold little heart - GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora