«NOCHE DE GINEBRA»
(RUSLANA)Cayó la noche y los suburbios de Denver comenzaron a llenarse de gente con ganas de fiesta.
"So what" de Pink retumbaba por las paredes del local a todo volumen. Apostaría a que lo escuchaban hasta en Arizona pese a que el club estaba técnicamente insonorizado -o eso nos decía la jefa-.
Cansada de toda mi jornada de tarde trabajando, me quité la pinza que ataba mi larga melena naranja y la dejé caer sin molestarme apenas en peinarla mucho.
Resoplé frente al espejo del baño del personal y saqué un pequeño estuche de mi bolsa mientras escuchaba el barullo que comenzaba a formarse tras esas paredes.
Me pinté sutilmente los ojos con una sombra color oscura, un par de capas de rímel y labios rojos.
— ¿Lista? — Naiara irrumpió entreabriendo la puerta.
Asentí suspirando.
— Allá vamos.
Salí tras esas puertas que daban al interior del club y la música que antes oía más lejana, comenzó resonar en mi pecho.
— ¿He escuchado por ahí la palabra chupito? — chillé subiéndome a la barra mientras avivaba el ánimo de los allí presentes, que gritaban como locos.
Naiara y Ana bailaban al ritmo de "Gimme! Gimme! Gimme!" de ABBA mientras sacábamos y colocábamos una gran fila de pequeños vasos con los distintos tipos de alcohol que iba pidiendo la gente.
La norma número uno que la jefa me pidió que cumpliese a rajatabla en mi época de principiante era no consumir nada de alcohol mientras estuviésemos del lado interno de la barra, sirviendo. Lo que ella no sabía era que aquel día estaba mentalmente inestable, estresada y cansada con todo el peso que cargaba con los proyectos de la universidad y mis problemas personales con mi hermana en casa. Lo que me llevó a beber en más de una ocasión cuando algún cliente me pedía que me incluyera en la ronda de chupitos y bebiese con ellos.
Un chupito. Dos. Tres. Cuatro. Tequila. Aguardiente. Licores... Ya casi había perdido la cuenta cuando llegó la madrugada.
— ¿Qué haces? — me agarró Ana del brazo en cuanto se percató de mi estado —. Sabes que si te invitan a beber con ellos tienes que hacer el paripé y llenar tu chupito de agua. ¡Hasta un novato lo sabe!
— Ana estoy haciendo mi trabajo, si me disculpas...
Me deshice de ella como pude y volví a subirme ahí arriba cuando llegó el turno de "Guantanamera (She's Hot)" de Pitbull.
El local estaba a rebosar.
En uno de mis momentos más altos de desvaríe, no se me ocurrió otra que agarrar una de las botellas de ginebra y comenzar a jugar con ella como si de un micrófono se tratase. Los chicos y chicas bajo mis pies cantaban y me animaban a seguir, eufóricos.
Todo iba genial hasta que fui consciente del líquido que de repente empapó mis manos y bajaba por mis pantalones. Se me había abierto la botella y, por ende, había bañado de ginebra al grupito de chavales que se encontraban en primera fila.
Me agaché para limpiar el alcohol derramado a mis pies y ya de paso disculparme con los chicos, pero aquello último no llegó a pasar. Toda la bebida que había consumido a lo largo de la noche desapareció de mi organismo en cuanto lo vi. El chico de la universidad. Formaba parte del grupito que había mojado. Mi cara se descompuso en una mueca de sorpresa y miedo en cuanto hice contacto visual con él, que al parecer también se quedó atónito cuando reconoció que la loca que estaba subida en la barra era yo.
ESTÁS LEYENDO
Cómo Defender a un Asesino - Rusmar OT23
FanfictionUn nuevo curso académico comienza en la Facultad de Derecho de Denver. Los alumnos de primer año deberán acostumbrarse a las exigencias de la carrera, además de hacer frente a los obstáculos que la vida de cada uno de los protagonistas les pone por...