La emperatriz Bai Yueguang ha caído en desgracia.

CAPÍTULO 06

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"Estaré solo para hablar más tarde, simplemente siéntate, pase lo que pase, no necesitas hablar, ¿recuerdas?"

Jiang Xuan asintió, "Sí", y se recordó agregar en general: "Y siéntate erguido."

Los ojos de Ji Ke no pudieron evitar suavizarse.

Miró a Jiang Xuan en ese momento. Llevaba una bata de seda gris azulada recién confeccionada por el supervisor general de acuerdo con sus requisitos. El dobladillo era muy largo, lo que hacía su figura delgada y elegante. La corona de jade de grasa de cordero en su cabeza era blanca y cálida, lo que hacía su rostro más delicado y gentil.

Jiang Xuan notó que Ji Ke lo estaba mirando e inmediatamente levantó las manos en cooperación, se dio la vuelta lentamente y preguntó con una sonrisa: "¿Se ve bien? ¿Es este el tipo que te gusta?"

La expresión de Ji Ke se condensó, se dio la vuelta y dijo: "Vamos".

Después de esa noche, Jiang Xuan pensó seriamente en darle a Ji Ke una concubina y que debería ayudar a Ji Ke como un hermano mayor y ayudarlo a superar las dificultades, y se lo mencionó a Ji Ke una y otra vez, después de varias veces, Ji Ke finalmente estuvo de acuerdo.

En ese momento, poco después de la reunión imperial, Ji Ke vino al salón lateral para recogerlo y llevarlo al estudio imperial, donde continuó discutiendo asuntos oficiales con varios ministros importantes.

Como emperatriz, ya había despertado el descontento entre muchos cortesanos, pero ahora que Ji Ke lo llevó consigo cuando se ocupaba de los asuntos estatales y planeaba dejarlo participar, el descontento en el estudio imperial empeoró aún más.

Jiang Xuan se sentó junto a Ji Ke con las manos y los pies juntos y la espalda recta, observando en silencio los alrededores: el Ministro de la Casa Imperial, el Ministro de los Seis Ministerios, el Ministro de la Academia Hanlin, el Comandante del Ejército Prohibido de la Ciudad Exterior de la Capital y el Comandante de la Guardia Qin del Palacio de la Ciudad Imperial, todos ellos primeros ministros del Estado.

Las expresiones de todos eran serias, algunos dijeron "inapropiado" directamente y otros hicieron eco, esperando que Ji Ke lo reconsiderara.

"¿Considerarlo?" Ji Ke tomó un sorbo de té y dijo: "No es necesario. La selección de concubinas no es sólo un asunto de estado, sino también un asunto de familia. No hay nada de malo en que la emperatriz trabaje con el Ministerio de Ritos para manejarlo".

"Pero Su Alteza está en el harén..."

"La emperatriz tiene talento, algunas reglas irrazonables deberían cambiarse. A lo largo de la historia, todos los monarcas sabios han tratado de reformar las deficiencias y crear otras nuevas".

"Su Majestad ..."

"No tienes de qué preocuparte, nombro a las personas según sus méritos. Si la emperatriz hace las cosas mal, yo me encargo de su tarea. En consecuencia, también les aconsejo que no sean impacientes. Después de ver "La habilidad de la emperatriz , creo que estarás convencido".

Jiang Xuan tenía una sonrisa en los ojos bajos y sonrió muy levemente. Asintió con aprobación.

La mayoría de los funcionarios todavía parecían insatisfechos y dudaban en hablar. Ji Ke lo miró, tomó otro sorbo de té, se reclinó en su silla, relajó su postura y dijo en broma: "aunque el hijo de un funcionario sea un vividor, puede seguir protegido por los méritos de su padre y sus abuelos y disfrutar de su sueldo dentro y fuera del gobierno, así que ¿Por qué no puede ser lo mismo para mi emperatriz? Es más, la emperatriz tiene verdaderos talentos y conocimientos". Sonrió y miró hacia Jiang Xuan, "También quiero darle los nueve templos y los cinco supervisores del palacio interior.Es realmente una pena para él vivir en el harén".