La emperatriz Bai Yueguang ha caído en desgracia.

CAPÍTULO 13

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Jiang Xuan experimentó una emoción extraña por primera vez en su vida.

Es como una gran red negra corriendo hacia ti, como un pesado martillo golpeando su corazón inesperadamente, como un día brillante y soleado que de repente se cubre con nubes oscuras, como un feliz pez nadando que es succionado fuera del agua en un instante.

Un poco aturdido, un poco adolorido, sin aliento, y luego el dolor abrumador que envolvió todo su cuerpo.

Ji Ke quiere reclutar una concubina, y de ahora en adelante no será sólo suyo; el reciente amor de Ji Ke por él será compartido con otros, y él también... tendrá relaciones sexuales con otros.

Antes de este momento, nunca había pensado seriamente en este asunto, incluso fue debido a sus repetidas persuasiones que Ji Ke aceptó el borrador, pero ahora es él quien está triste.

¿Cómo ocurrió eso?

¿Es porque le gusta Ji Ke más que antes?

Pero Ji Ke es el emperador, y el emperador debería tener un harén y estar lleno de descendientes. Y todavía no tiene veinte años y todavía no puede tener hijos. Incluso si puede tener hijos en el futuro, no quiere seguir teniendo hijos...

Sería genial si Ji Ke no fuera el emperador.

Jiang Xuan frunció los labios con depresión, tomó los pergaminos del Ministro de Ritos con indiferencia y los miró de manera deprimida.

Habían discutido los pergaminos juntos, y es lógico que no habría más problemas, pero...

"Todo lo demás está bien, excepto que elegiré primero a las bellas damas y doncellas. Necesito discutirlo con Su Alteza otra vez ", dijo Ji Ke antes.

Cuando llegaba gente nueva, tenía que mirarlos primero. No pensó demasiado y estuvo de acuerdo de inmediato. Pero de vez en cuando, su estado de ánimo cambiaba. En ese estado de ánimo, al elegir alguien para Ji Ke, tenía miedo de traerlo inconscientemente con él. Era egoísta, no lo suficientemente justo.

Jiang Xuan volvió a mirar el pergamino de los trajes para las consortes: "Bueno, a Su Majestad no le gustan los colores que son demasiado llamativos, así que reduzca esos colores y use colores más suaves y claros, así como los materiales de la ropa. Es mejor para todos tener un estilo de ropa uniforme. De lo contrario, no es bueno".

Esto en realidad redujo los recados para el supervisor general.

El supervisor hizo una reverencia y elogió: "Su Alteza es virtuosa y es admirado por todos los ministros".

El Ministro de Ritos también repitió: "Su Alteza es una bendición para nuestra dinastía y para el campo.

Jiang Xuan nunca ha entendido estas escenas. Estaba concentrado en hacer cosas, pero no sabía por qué. En ese momento, pareció tener una iluminación repentina. Se quedó atónito por un momento antes de darse cuenta.

Dijeron que no confiaron en su estatus y favor para evitar que Ji Ke tomara a la concubina, ni aprovecharon sus posiciones para manipular a las hermosas damas y doncellas, ni crear fuerzas para eliminar a los disidentes, pero trataron a todos por igual. Eran muy magnánimos y virtuosos.

Por qué.

Solía ​​​​estar feliz cuando escuchaba elogios, pero ahora no se siente feliz en absoluto, sino que se siente cada vez más incómodo cuanto más los escucha.

Después de agitar las manos para que los dos funcionarios se fueran, Jiang Xuan regresó al Palacio Minghua en silencio.

Luego se inquietó y continuó sintiéndose triste.