→ Cuando el destino es más poderoso que nosotros mismos.
Cuando la vida misma te lleva a recorrer tantos escenarios incapaces de creer.
Cuando un amor se vuelve un martirio, un vaivén de situaciones difíciles de comprender. Hechos que parecen una locura y simplemente intentas ignorarlos.
Cuando parece ser que el delirio sabe incluso mejor que algo remotamente "normal".
Somos incrédulos ante los ojos de un romance, aunque esté pareciera ser tragedia a veces. Lleno de dolor, éxtasis, dulzura, rechazos...
Quizás, esta historia sería digna de ser contada en los historiales clínicos de un sanatorio psiquiátrico.
¿Pues quien en su sano juicio podría decirle amor, a estar siempre al borde del peligro?.←
♥ Esto es una locura, pero es la locura más dulce que he de vivir. ♥
🫴✨❤️🔥
Cecilia era una adulta joven en busca de sueños. Había dejado atrás muchas cosas, que aunque cargará con algunas, estaba dispuesta a sacrificarlas para conseguir sus objetivos.Tiene una doble vida, totalmente diferentes una a la otra. Chocando entre sí, provocando un colapso y complicando más aún su propia integridad física.
Robbie es un hombre que cargaba consigo años de traumas vividos. Su mirada demostraba una catástrofe dentro de su mente. Su sonrisa quebrantada y a la vez alegre. Sus máscaras, voces, atuendos, traumas.
En él conviven personalidades que, aunque fuera pesado y difícil de entender, mantenían ciertamente a salvo la poca cordura que le quedaba.
Un pasado oscuro lo persigue. Con diestras y siniestras, problemas, dolencias y tragos fuertes que ha tenido que aprender a digerir con el pasar del tiempo.
Recuerdos que aún atormentan a algunos. Memorias que aunque no todos las compartan, y manchones que aún tiñen por completo los recuerdos de su extenuante y cruel vivencia. Aquello es ciertamente el causante de aquél mal con el que convive. Aunque no recuerde nada, su memoria es resguardada con recelo por aquellas voces que alguna vez lo guiaron, y que ahora cuidan de él con gran recelo.
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— No te vayas, no me dejes. Por favor.
Una voz quebrantada, susurraba al viento sin cesar. Estaba cansado de luchar, de suplicar una y cien veces. Sin respuesta alguna de nadie, se hallaba pérdido dentro de toda aquella oscuridad que lo cubría.
Entre sus brazos, yacía un cuerpo débilmente estable. Una respiración sensible, una mirada perdida. Sus labios, resecos luchando por conseguir tan solo un poco de oxígeno.
— Por favor. No cierres tus ojos.
La insistencia y el miedo se unían, para suplicar que no se quedará sin aliento aquél cuerpo herido y agotado.
Quizás, antes hubiera dejado todo para salvarse a si mismo. Pero, en ese momento nada más le importaba, que la vida que parecía irse desvaneciendo entre sus brazos.
— Ya llegara la ayuda, todo estará bien. Pero no me dejes.
Se percibía dolor en el ambiente, un corazón destruido, lágrimas cayendo una tras otra.
La espera se hacía eterna, cada segundo que pasaba era crucial. Si la ayuda no llegaba pronto, aquél cuerpo iba a sucumbir, desvaneciendo el alma hasta no dejar rastro de vida alguna.
El hombre tomó aquel cuerpo, y lo atrajo más al suyo. Lo sentía frío, débilmente mantenía la compostura, pues aunque intentará demostrar fuerza, ver cómo su amada se iba en cada suspiro era una cruel escena que no quería revivir.
— Mikhail yo, y-yo…
Un débil susurro se lograba percibir. Una entre cortante y frágil voz quería ser escuchada, pero la fuerza que aún conservaba era casi nula.
Quizás solo eran delirios antes de dejar el mundo, o un grito de auxilio que no podía dar.
Para el hombre, aquellas suaves palabras eran gotas de esperanza. Quizás no todo estaba perdido, solo tenía que lograr que no quedará al borde de la inconsciencia.
Una sonrisa se había dibujado en su rostro, un suspiro de alivio acompaño el gesto.
— Shh, respira. No gastes tus fuerzas.
Un fuerte ruido de sirenas comenzaba a hacerse audible. La ayuda estaba cerca.
— ¿Lo escuchas?. La ayuda está aquí, todo estará bien.
La voz del hombre se notaba perturbada por la pena y la emoción. Pronto todo acabaría.
El cuerpo que yacía débilmente entre sus brazos heridos, había inclinado la cabeza ligeramente. Buscando entre la tenue luz que bañaba sus cuerpos,el rostro de aquél salvador que resguardaba sus últimos instantes juntos.
— Mikhail, te amo…
Aquél último susurro fue penetrante para el hombre. La poca luz que se podía visualizar era suficiente para ver el rostro de la joven que estaba al borde del colapso. Sus ojos, apenas abiertos, brillaban con toda la fuerza que aún quedaba en ellos. Sus dulces y frágiles palabras habían destrozado el alma de ese hombre que parecía tan difícil de roer, logrando que esté se desplomara en lágrimas.
Los pasos apresurados de los paramédicos comenzaron a escucharse muy cerca de donde estaban. Al fin habían dado con ellos.
De pronto, todo aquello que parecía haber acabado, solo empeoró.
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Lo que habita en sus mentes.
ActionCecilia Bianco, una psiquiatra de origen italiano, se ve envuelta en un juego peligroso que desafía los límites de su doble vida. De día, su pasión por la psiquiatría la guía; de noche, se sumerge en un mundo de sombras y secretos. Pero en la oscuri...