A veces despierto
a veces no
desnudo entre tus huesos
solitarios.
Iris congelado
qué sal esperas?
arde tu sombra
si te callo.
Amanecer de las llagas
al sol
tu sangrada pena
me ilumina
y despierto un poco.
Dime tú,
sientes la sal?
Por mis pies sedimentados
la cal me circula
y alcanza mis ramas.
Toco las puertas
de tu ausencia
y en todas acudes
hambriento y
me devoras.
Dime que amarga
el último bocado.
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Me hacías tanta falta, SOLEDAD - poemas para enviar a la hoguera
PoesíaSoy el cuerpo tiznado de caricias, el alfarero del infierno que moldea con su sangre un crepúsculo nuevo, me dejo lamer porque prefiero, la lengua tibia y roja y ese silencio tuyo y mìo, bailando alrededor de la ceniza.