El inició del fin

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De un gran huevo de horno gigante salió la mano de Thorax, el comenzó a romper el cascarón hasta que logró salir, estaba pegajoso y muy asustado, el vió como de otros juegos dorados salían polillas, el comenzó a caminar por todo el lugar oscuro y lleno de polillas, hasta que vio una gran pared transparente, un domo aparente, tenía un gran hueco por el que salió usando sus alas, su piel cambio de verde a amarilla, como la luz de una luciérnaga, esa luz atrajó a las polillas que comenzaron a seguirlo.

-¡Mierda! Tengo que salir lo antes posible...- Thorax voló rápidamente hasta que salió de ese lugar.

Voló y voló hasta que con una gran niebla que encontró, el continúo volando en sentido contrarió hasta que se detuvo al ver una gran pirámide de oro gigante, con una puerta triangular, el volvió a el suelo y comenzó a caminar, pero a medida que iba avanzando, la pirámide se hacía más y más pequeña, hasta que en un punto se convirtió en una pirámide pequeña del tamaño de una taza, el la tomó y la pirámide comenzó a brillar, el la guardo en su bolso y volvió a volar hacia otra parte, buscando el campo de las libélulas.

En el campo, Amber estaba en su habitación, estaba destrozada, ella la había destrozado, estaba muy histérica y no podía procesar que algo secuestró a sus hijos, ella cortó su hermoso cabello largo, un cabello que llegaba casi al suelo ahora llegó a sus codos, no fue un corte extremo, pero al cortar su cabello la habitación se llenó de mariposas, Amber comenzó a llorar, pero decidió que tenía que dar la cara y se levantó, ella de miro en el espejo y se hizo uja promesa.

-¡Los vas a recuperar! Cueste lo que cuesta, recuperarás a tus hijos...- Amber salió de su habitación y de la casa de una tienda de antigüedades tomó una armadura, una espada y unas botas para salir a pelear por sus hijos.

Peter estaba con Susan, quería ayudar a Amber, Susan y a Thorax, pero no puede ayudarlo a todos a la vez, comenzó a sentirse impotente y vió como Amber salía volando, el no gritó ni hizo nada, solo volvió dentro de la enfermería y vió que Susan ya no estaba, el se asustó y comenzó a correr por el hospital.

Thorax, por su parte, seguía volando por Narnia, estaba muy lejos de su destino, el recordó el papel y lo sacó de su bolso, pensando que lo ayudaría, el papel estaba en blanco, pero tenía una bruja la pintada, el norte de la bruja la estaba brillando, estaba por esa dirección, muy lejos de donde deberia estar, el se giró y comenzó a ir hacia el sur.

-De algo sirve...- Thorax vió como del papel comenzaron a pintarse los lugares por lo que pasaba, por lo que intuyó que era un mapa.

Mientras eso ocurría, Amber seguía volando por todas partes sin llegar a un lugar, ella se detuvo al ver a Aslan y se acercó a el, pero no era Aslan, el león se volteó y se hizo negro, sus ojos comenzaron a sangrar y su rugido pareció el de un demonio furioso, Amber se asustó y voló hacia el cielo, aunque un enjambre furioso de polillas se la llevaron y se comieron gran parte de sus alas, Amber cayó a el suelo y chocó con una piedra, cayendo inconsciente.

Peter por su parte siguió buscando a Susan por todo el lugar, la busco por todas partes y no estaba en ningún lugar, pero si encontró a alguien, a la reina, el se acercó a ella.

-¿Reina?- Peter se sentó frente a ella, cruzó sus piernas y miró a la reina a los ojos.

-Peter... Tu eres un líder, y eso lo reconozco... Así que te pido de favor, he visto a esas polillas y lo que han hecho antes... Quiero que me ayudes a sacar a las libélulas de el campo, no quiero ni una sola libélula muerta... Las polillas llegarán pronto...-. La reina se levantó del suelo y tomó la mano de Peter.

Peter y la reina corrieron a el campo y comenzaron a sacar y a alarmar a la libélulas, en eso, una fuerte alarma sonó, todas las libélulas se asustaron y Peter y la reina comenzaron a guiarlas.

-¡Vengan conmigo!- Dijeron Peter y la reina mientras los dirigían a todos a quien sabe dónde, dejando lo que era su hogar.

Thorax mientras se dirigía a la colmena escuchó esa fuerte alarma, el se asustó y comenzó a volar más rápido, aunque unas águila enormes comenzaron a volar frente a el, el las estaba esquivando hasta que una de ellas chocó con el y lo tumbó a el suelo. Thorax tenía la vista borrosa, aunque pudo ver cómo la gran niebla venía hacia el, el cerró sus ojos y la niebla oscura lo cubrió completamente.

Peter estuvo tan concentrado en llevar a las libélulas a un lugar seguro que no notó que la reina se fué, el comenzó a mirar por todos lados.

-¿¡Alguien vio a la reina!?- Peter gritó paniqueado, el decidió recobrar el sentido y continúo caminando, esperando llegar a alguna parte.

Amber se despertó en la entrada a el mundo de Peter, la puerta estaba cerrada, no supo como llegó ahí, pero intuyó que fueron las polillas, ella estaba confundida, había escuchado que el tiempo en ese mundo es distinto, pero decidió entrar a la puerta, ella salió del ropero y vió el sótano de Susan y Peter llenos de objetos antiguos de Narnia, ella tomó el arco de Susan, la espada de Peter y la poción curativa de Lucy, entre eso, encontró el cuerno de Susan con el que podría llamar a Aslan, ella decidió volver a entrar al ropero aunque sentía que algo estaba en ese mundo y decidió continuar ahí.

Peter por su parte continúo caminando, tenía la esperanza de encontrar un lugar, y de encontrar a Susan, a Thorax y a Amber, estaban caminado rápidamente, estuvieron así por un largo tiempo hasta que encontraron una pequeña aldea abandonada, las libélulas se acercaron junto con Peter y decidieron quedarse ahí escondidos.

-Se que no es mucho, pero podremos adaptarnos mientras ésto termina. ¿Bien?- Peter se volteó de la multitud y comenzó a ver la aldea y verificar que no tuviera nada malo, el intentó sentirse bien, aunque no sabía que hacer. Mientras que las libélulas comenzaron a montar carpas y a explorar los espacios, Peter se encontraba llorando tras un árbol en su inmensa tristeza.

Susan caminaba por un bosque llenó de árboles, con su vestido de piedra que se iban desprendiendo y se hacían cenizas, su vestido iba cambiando mientras que su corazón se hacía más débil, sus lágrimas se derramaban por sus mejillas, su cabello se movia con el viento. Susan estaba decidida a continuar vagando, aunque no duró tanto, pues vio a Aslan caminando y ella lo siguió...

Las Crónicas De La HermandadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora