Hongos

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Amber continuaba volando sobre Narnia, espiando a los hermanos, Amber se escondió tras un gran árbol mientras los vigilaba desde la distancia.
Peter y Susan comenzaron a tener mucho frío, la neblina los seguía desde atrás, en un lugar lejos, vieron una cabaña y decidieron correr hacia ell, al llegar, vieron a un hombre verde con facciones femeninas, el hombre tenía sus ojos oscuros y unas antenas rosadas.

-¿Que es eso?- Susan miró a Peter y luego miró a el hombre verde.

El hombre verde se acercó a Susan, le tomó la mano y la besó. -Soy Thorax, señorita...-. Thorax se rió y miró a Peter. -Ustedes deben ser... ¿Humanos?.

-Emm, si, somos humanos...- Peter se sonrojó y miró a Susan. Thorax fue tras una puerta y les dió unos abrigos. -Tengan, se ve que tienen frío. ¿Quieren té?- Thorax le sonrió a los chicos y materializó una mesa con sillas y tazas.

Peter se sorprendió y se sentó en la silla, Susan siguió a Peter mientras que Thorax le servía té.

-¿Ustedes son los Pevensie?- Thorax sirvió té en las tres tazas, el se sentó y bebió del té.

-Si, somos reyes de Narnia.- Peter se quitó sus lentes y se quitó su chaqueta azul. Susan desconfío un poco de Thorax, y le tiró una mirada muy seria.

Amber vigilaba desde la ventana y decidió entrar de una forma muy alarmante. -¡Hola¡-. Los chicos se asustaron y Thorax materializó una escopeta.

-¿¡Quién eres!?- Thorax disparó a el techo. Amber se asustó y se escondió tras de Peter.

-Solo soy Amber! No te preocupes...- Amber se acercó a Thorax y le sonrió. -Soy una libélula. ¿Que eres tú?- Amber cruzó sus brazos y le hizo frente a Thorax.

-Soy una luciérnaga...- Thorax suspiro y guardó la escopeta. -¡Mucho gusto, somos dos insectos!-.

-Seré directa, necesito ayuda, las libélulas nos estamos extinguiendo, y... Necesito a un humano, ya no hay hombres en nuestro campo...-. Amber miró a Peter y se acercó a el.

-¿Quieres que el rubio tenga relaciones contigo? ¿Y si no salen libélulas hombres, que harás?- Thorax se acercó a Amber y la miró mientras ella acariciaba el cabello de Peter.

-Lo haremos otra vez supongo, mi campo cuenta conmigo, y el chico no coopera.- Amber continúo acariciando el cabello de Peter y se puso de rodillas.

Por un momento hubo un silenció, Peter se levantó de la silla y se sentó junto a Amber.

-¿Por qué se están extinguiendo las libélulas?.- Peter miró a Amber a los ojos y observó como su mano se hizo de color dorado. -¿Que es eso?- Peter pensó para si mismo.

-No puedo decirlo...- Amber miró su mano y volvió a gritar, el gran ruido hizo que el suelo temblará y los oídos de Peter volvieran a sangrar, cuando el ruido terminó, Amber comenzó a hiperventilar. -¡Estoy muriendo!-.

-Solo estás dorada...- Thorax se sentó junto a Amber y tomó su mano dorada. -Me estoy muriendo, no puedo morir, si yo muero, las libélulas se extinguirán...-. Amber comenzó a llorar y Peter se acercó más a ella.

-No te preocupes, te ayudaremos...- Peter puso su mano en el muslo de Amber y le sonrió.

Peter se levantó del suelo junto a Amber. -Ven conmigo...- Peter se llevó a Amber a un cuarto, Thorax se quedó con Susan tomando té.

Amber y Peter se encerraron en la habitación, todo fué muy incómodo, Peter se acercó a Amber y se le quedó mirando a los ojos.

-Lo siento, no puedo obligarte...- Amber salió rápidamente de la habitación llorando y al salir de la cabañas voló hacia ningúna parte. Peter salió de la cabaña y se quedó en la puerta.

-No te preocupes Peter, se que podemos ayudarla...- Susan se puso su abrigó y le puso otro a Peter. -Debemos irnos...-.

-¿Puedo ir?- Thorax se acercó a Peter y miró a Susan. -¡Por supuesto!- Dijo Peter. -¡Que no!- Dijo Susan.

Peter se enojó con Susan la miró seriamente. -El irá, ven Thorax...-. Peter, Susan y Thorax salieron de la cabaña, continuaron caminando por varias horas.

Peter y los demás comenzaron a escuchar gruñidos en el camino, ellos comenzaron a caminar más rápido. En el camino, unos lobos enormes se pusieron frente a Peter.

-Hola niño...- Dijo el lobo del centro. Otros lobos se pusieron alrededor de los chicos y comenzaron a atacarlos y a morderlos, los chicos intentaron defenderse pero no pudieron. En un momento de estrés y en un acto de defensa, Thorax volvió a materializar su escopeta y le disparó a todos los lobos, ahora solo quedaba uno.

-¿¡Quieres irte tu también!?- Thorax le gritó a el lobo, el lobo rápidamente se fue corriendo y Susan y Peter se levantaron.

-Gracias...- Dijo Susan y le sonrió a Thorax.

-No me gusta dañar a los animales, pero creo que es entendible...- Thorax bajó su cabeza y desapareció su escopeta y comenzó a llorar.

-Hey no llores, está bien, solo nos defendías...- Peter acarició el cabello verde de Thorax y le sonrió, Susan le dió un abrazo a Thorax y siguieron su camino.

Los chicos continuaron caminando hasta que llegaron a un lugar lleno de hongos gigantes, sobre un hongo estaba Amber llorando, ellos sin avisar se treparon en el hongo.

-Hola Amber...- Dijeron todos al mismo tiempo mientras se acercaron a Amber.

-¡Dejenme sola!- Amber se limpió sus lágrimas y se acostó en el hongo. -Solo espero a morir de una vez...- Amber se notaba muy perdida, su respiración era casi nula y su piel se volvió pálida, casi rosada.

-No morirás, buscaremos como ayudarte... Quiero ayudarte...- Peter se acostó junto a Amber y le sonrió.

-No puedo obligarlos... No puedo obligarte a tener sexo conmigo...- Ámbar se volteó de cara y comenzó a llorar nuevamente.

-Ya se está haciendo de noche... Debemos irnos, llevemos a Amber...- Susan dijo calmada y miró a Thorax.

-Ven conmigo...- Thorax y Susan se fueron a el hongo de al lado. Thora creó una carpa para Amber y Peter y otra para ellos dos.

En la noche, Peter se levantó al escuchar a Amber llorar, el se estiró y se volteó hacia Amber.

-¿Estás bien? Cuéntame que ocurre...- Peter se acercó a Amber y puso su mano en su hombro.

-Me siento muy mal, es que, tenemos un colonizador, el mató a todos los hombres libélulas para nosotros extinguirnos, yo vendría siendo una líder... Y ya no se que hacer, fallé en mi misión...- Amber se limpió sus lágrimas, Peter se sintió un poco triste y le dió un beso en su mejilla.

-No te preocupes, estarás bien...- Peter abrió sus brazos y Amber se recostó en su pecho.

-Tranquila, te voy a ayudar...- Peter se acostó junto a Amber, realmente quería ayudarla, y estaba dispuesto a hacerlo, pero no tenía idea de cómo...

Las Crónicas De La HermandadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora