De Inglaterra a Narnia

13 1 0
                                    

Como si no fuera nada, Susan entro a el cuarto de Peter, el hombre estaba durmiendo en su cama azul, su manta lo cubría completamente, Susan estaba guardando ropa y lo vio a él, dormido como un ángel, cosa que no iba a permitir, ella se acercó a Peter y con su mano comenzó a comer el cuerpo dormido de Peter

-Despierta! Llegarás tarde a el trabajo!- Susan continúo moviendo a Peter, y al no encontrar respuesta, tomó una almohada roja y se la puso en la cara.

Peter se despertó, y con su voz ronca hablo mientras miraba a Susan -Dejame dormir- Dijo Peter con sus ojos entreabiertos.

-Son las ocho!- Y de un brinco se levantó de la cama Peter al escuchar las palabras de Susan, el corrió a el baño en su pijama verde y se encerró.

Susan se quedó totalmente bruta, salió de la habitación y fue a la cocina a prepararle el desayuno a Peter.

Unos minutos más tarde, mientras Peter comía sus panqueques, Susan verificaba lo que tenía que comprar mientras la leche hervia, ella abrió l puerta y la leche comenzó a hacer burbujas rápidamente, ella observó con detenimiento y comenzó a anotar cuidadosamente mientras la leche seguía hirviendo y aumentando su tamaño, el sonido de Peter comiendo llenaba la habitación, era un ruido asqueroso, Susan abrió la puerta del congelador y comenzó a anotar lo que faltaba, la leche habia aumentado su tamaño que estaba a punto de desbordarse.
Susan cerró el congelador, y tomó el café previamente calentado y lo sirvió en la leche, así bajo su tamaño, Susan apagó la estufa y le sirvió el café a Peter.

-Muchas gracias, hermanita- Peter le agradeció y tomó café. Susan le sonrió y continúo anotando lo que faltaba para la casa.

Más tarde, cuando Susan alistaba sus cosas para ir a el mercado, ella notó como Peter se iba y lo saludó desde la puerta. Susan paso junto a un pasillo y observó un gran árbol con manzanas plateadas, ella se intento acercar a el árbol, pero por cada paso que daba el pasillo se estiraba, ella continúo caminado en el pasillo pero le pareció extrañó y se dió la vuelta. Inmediatamente fue a la cocina y se tomó una pastilla para el dolor de cabeza, creyendo que no había dormido bien.

En el trabajo de computadora de Peter, el estaba haciendo unas anotaciones y una fuerte briza lo sorprendió, sus papeles se fueron con el viento aunque entraron a la oficina de su jefe, el corrió tras de ellos y cuando entro a la oficina, los papeles se metieron a la taza de café de su jefe, y parece que se habían desaparecido ahí. Eso le pareció extraño a Peter, el metió su dedo en el café de su jefe pero este lo sorprendió.

-¡Pevensie! ¿Que está haciendo usted aquí?- El jefe se detuvo en la puerta y miró fijamente a Peter.

-Solo revisaba su oficina, que todo estuviera en orden...- Peter comenzó a sudar, tal mentira lo puso nervioso y comenzó a temblar como una gelatina.

-Hmm, bien, puede irse ya...- Peter al escuchar esas palabras se fue de la oficina sin decir nada. El jefe tomó su taza de café y la probó. -Espero que no le haya hecho nada...-

En la casa, más tarde, Peter llegó del trabajo y vio a Susan escribiendo algo en su computadora, bueno, intentado, se veía aún poco agobiada.

-Hola hermanita. ¿Cómo estás?- Peter puso su maletín en la mesa y se sentó junto a Susan.

-No entiendo está computadora. ¿Tu me puedes ayudar? Ya que trabajas en eso.- Susan le sonrió a Peter y le enseño la computadora.

-Ya que hablaste de trabajo, me ocurrió algo extraño, estaba tranquilo y mis papeles comenzaron a irse, cayeron en la oficina de mi jefe y desaparecieron, fue muy raro...- Peter se quitó sus lentes y comenzó a mirar las uñas pintadas de Susan.

-Eso no es nada, cuando te fuiste, ví un árbol en el pasillo, ven conmigo.- Susan se levantó y llevó a Peter a el pasillo, ella podía ver el árbol de manzanas doradas, pero Peter no, ella dió un paso y el pasillo se estiró, ella siguió caminando, el pasillo se hacía infinito, aunque Peter solo podía ver a Susan caminando contra la pared. El se acercó a ella y la miró a los ojos.

-¿Dormiste bien?- Peter puso sus manos en los hombros de Susan y se rió.

-Yo espero que sí...- Susan se veía un poco rara, Peter decidió creerle lo del árbol que el no podía ver, en eso, las luces de la casa comenzaron a fallar, prendían y se apagaban, hasta que en un momento pararon.

Susan llevó a Peter hasta la mesa y le señaló la computadora.

-Ayudame con esto, es una porquería, y si, estoy intentando ignorar todo, pero, encerio, ayúdame...- Susan se quejó y miró a Peter y los ojos.

-Yo también estoy aprendiendo, pero sin duda estás haciendo algo mal. ¿Que quieres hacer?- Peter se sentó en la silla y tomó la computadora.

-Quiero guardar eso que escribí pero no sé cómo...- Susan se sentó junto a Peter.

-Es fácil, ves está carpeta, le das click y le pones el nombre que tú quieras, por ejemplo: "Susan es fea".- Peter se rió, aunque a Susan no le divirtió.

-¿Encerio soy fea?- Susan se quedó mirando a Peter e hizo una cara triste.

-¡Claro que no! Hermanita, eres hermosa... Lo siento...- Peter apretó la mano de Susan y continúo guardando lo escrito, cuando terminó, las luces comenzaron a fallar otra vez y una luz en la escalera se prendió, Peter y Susan y levantaron y vieron como la luz de arriba se prendió, mientras la de la escalera se apagó, era una señal.

Los hermanos subieron las escaleras y la luz iluminaba el sótano, Peter abrió las escaleras para el sótano y se hizo a un lado.

-Damas primero...- Peter se rió y Susan subió las escaleras, la luz del sótano se encendió y Susan y Peter se sorprendieron, habían muchos objetos raros y de un lugar particular.

Susan tomo una flauta, era parecida a la de un fauno... -¿Esto es?- Susan se volteo y vio que Peter tenía la poción curativa de Lucy, ella de acercó y la abrió, tomando una gota. -¿Por qué hiciste eso?- Preguntó Peter un poco curioso. -Tengo dolores de espalda constantes y el quiropráctico no me ayuda...- Susan cerró el frasco.

Peter se acercó a un lugar y vio su espada, el la saco y estaba casi como nueva, mientras que Susan encontró su arco y su flecha. -¡Narnia!- Otra luz se encendió, revelando el ropero tan familiar que al instante reconocieron.

-¿Eso no debería estar con el viejo Digory Kirke?- Susan y acercó a el ropero y vio como estaba tallado ese árbol que vio, y sonrió.

-Tal vez solo llegó... ¿Entramos otra vez?- Peter le sonrió a Susan.

Susan se quedó mirando y sonrió. - Creí que los adultos no entraban a Narnia...- Susan abrió la puerta del ropero.

-¿Crees en Narnia?- Peter dijo y se rió.

-¡Por supuesto!- Susan se hizo a un lado y le sonrió a Peter. -Damas primero.-

Peter entro y Susan cerró la puerta del ropero, la ropa no los dejaba ver pero sabían que estaban entrando. -Habia olvidado lo raro que podía ser esto.- Susan se rió y al salir del ropero, vieron a Narnia, estaba muy cálida y naranja, las hojas naranjas en el suelo eran preciosas y el viento los saludó.

-Que hermoso es Narnia...- Susan cerró sus ojos y respiró...

Las Crónicas De La HermandadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora