Capítulo 30

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Mientras mis suegros visitan a Jin, me tomo el tiempo para hacer el trabajo. Con Kaothung, Kim Kwon y Jackson en Seúl, evitamos tener una reunión en nuestro lugar habitual y nos reunimos en mi apartamento. Los tres alfas también se quedarán en mi casa mientras estén en la ciudad. Cuando entro en el vestíbulo de mármol, escucho risas provenientes de la sala de estar y encuentro a los hombres disfrutando de una bebida. Jiyoon me nota primero y hace un gesto en mi dirección. Los otros tres vienen a estrecharme la mano, Jackson esperando hasta el final.

―¿Cómo lo llevas?

― Jin se está curando lentamente, así que estoy mejor.

―No puedo creer que te hayas casado ―murmura Kwon. ―Pensé que
Jiyoon mordería la bala antes que tú ―se ríe.

―¿Yo? ―Jiyoon parece contrariado.

―Con tu Jisuu con todas sus espinas ―le recuerda Kwon.

―¿Todavía tienes al cachorro? ―le pregunta Jackson.

―Cambien el tema,  Namjoon fue el que se aprovechó de mi hermano borracho ―me tira debajo del autobús para quitarle los reflectores.

Kaothung levanta una ceja hacia mí, pero niego con la cabeza.

―Tú obligaste a Hana a casarse contigo.

―Entonces sonrío―. Jin me arrastró a la capilla y yo simplemente no lo detuve.

―Te arrastró ―se ríe Jiyoon―. Buena.

―Entonces, ¿qué es eso de que eres el objetivo de dos pandillas? ―pregunta Jackson.

―Millori Koji ―les informa Jiyoon―. Veintidós años y nacido en Kioto, y Nun Yoshinori, veinticinco y de Osaka. A los idiotas se les metió en la cabeza que quien derribe a Namjoon se queda con el control de Asia.

Jackson parece francamente enojado.

―Estoy ofendido.

―Yo también ―murmura Kwon, y mira a Kaothung―. Claramente estamos haciendo algo mal.

―¿De qué mierda están hablando? ―Jiyoon pregunta.

―Yo soy dueño de Kioto y Osaka. Jackson tiene control sobre Hiroshima, pero no, los hijos de puta solo van tras Namjoon.

―Eso es porque él es el líder del Sacerdocio. Piensan que si él cae, todos caemos ―afirma Kaothung.

―¿Cómo manejaremos esto? ―pregunta Jackson.

―Estoy concentrado en Jin en este momento. Solo necesito tiempo hasta que la den de alta del hospital.

―Entonces te daremos tiempo ―dice Jackson―. Dinos a dónde ir y a quién matar.

―Necesito que te quedes aquí. La mayoría de mis hombres están en Italia, hasta el cuello de mierda yakuza. No puedo confiar en nadie más con la seguridad de Jin.

―Y yo soy como un puto cero a la izquierda ―murmura Jiyoon ―. Organizaré un ejército para protegerlo.

―Podemos traer a nuestras omegas―dice Kwon―. Lo verán como unas vacaciones mientras mantenemos a todas a salvo hasta que podamos solucionar el problema.

―Buena idea ―está de acuerdo Kaothung.

Miro a la hermandad.

―Hemos pasado por algunos momentos difíciles juntos, y hemos triunfado cada vez.

―Esta vez no será diferente ―dice Jiyoon, sirviendo a todos una bebida.

Una vez que tenemos los vasos en nuestras manos, brindo.

Ante en velo de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora